Con más y más frecuencia observamos titulares médicos que parecen salidos de una película de la ciencia ficción. Pesadillas hospitalarias donde súper bacterias acaban con la vida de pacientes que llegaron días antes para una simple operación de rutina.
Estas historias recogen los verdaderos monstruos que acechan a la humanidad en el siglo actual, organismos microscópicos capaces de exterminar un hospital completo y sus alrededores y que, además, pueden fortalecerse con las mismas sustancias que usamos para erradicarlos de nuestras vidas.
La noticia no es nueva. Por mucho tiempo, médicos y científicos han advertido sobre el fuerte poder de adaptación que poseen los virus y las bacterias. Con estas últimas, el uso de desinfectantes y otros productos puede hacerlas más fuertes, que es lo que intentamos evitar en primer lugar.
“Regularmente, es bueno que el niño sea expuesto desde temprana edad, si no tiene algún problema específico que se lo impida, al mundo exterior, a la bacterias que lo rodean, es una forma de inmunizarlo, de hacer su sistema inmunológico más fuerte para cuando realmente necesite batallar contra esos bichos”.
“Pero la sociedad moderna lo esteriliza todo y ahora estamos viendo que el enemigo es capaz de evadir esta esterilización y hasta salir mucho más poderoso del efecto”, explicó para El Caribe el doctor Walter Fong, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Pittsburgh en el estado de Pensilvania.
Ahora, un nuevo estudio publicado este mes en el diario científico Microbiología, involucra a unos productos utilizados de forma general con el fin de eliminar bacterias y microbios, como responsable de hacerlos aún más vigorosos gracias a ciertas mutaciones que impiden la entrada a los tratamientos que usamos.
Se trata de los biocidas (biocides), que pueden venir en su forma natural o la elaborada por hombre, y que se utilizan como limpiadores de agua y canales pero también como potentes desinfectantes.
El cloro, por ejemplo, es un biocida de corta vida que se usa mucho con estos fines.
“Bajos niveles de biocidas permiten que la bacteria letal conocida como Estafilococo aéreo erradique de las células los químico tóxicos eficientemente, haciéndolo resistente a algunos antibióticos, nuestras únicas salidas contra ellas”, explicó en EurekAlert Glenn Kaatz, del Centro Médico para Veteranos en Detroit.
“Estas bacterias producen proteínas que bombean distintos químicos tóxicos fuera de la célula para que interfieran con los efectos antibacterianos. De hecho, interfieren eficazmente con el tratamiento”.
La importancia del nivel justo de dosis
Las biocidas son utilizadas todo el tiempo, tanto en hospitales, industrias como en la casa, y si se utilizan correctamente pueden matar a los microbios y a las bacterias.
Los hospitales, por ejemplo, limpian los instrumentos antes de una cirugía con productos que contienen biocidas. Pero de acuerdo con el nuevo estudio, es preciso dosificar muy bien el producto ya que bajas dosis pueden hacer mucho más daño que bien.
No sólo eso, las bajas dosis incrementan el poder de las bacterias que no sólo sobreviven al ataque sino que se hacen más fuertes.
Los investigadores expusieron la bacteria, extraída de sangre de pacientes, a bajas concentraciones de biocidas y observaron cómo la bacteria producía mutantes que bombean más tóxicos contra los antibióticos.
Microbios que viven en casa
Las bacterias y microbios que habitan en nuestras casas y en hospitales descubren formas de protegerse de nuestros constantes ataques. Si estas bacterias son expuestas a biocidas frecuentemente desarrollan resistencia a los antibióticos.
Es lo que ocurre cuando limpiamos obsesivamente o deseamos mantener a los niños en pequeñas burbujas donde los únicos microbios o bacterias existentes están muertos.
Esta estrategia no funciona, primero porque la bacteria se hace más fuerte y evita nuestros golpes y, segundo, porque el niño se hace más débil a no estar expuesto a estos microbios.
Pero estas bacterias de las bombas, que despiden químicos tóxicos, asustan a los investigadores que ahora inventa una forma de evitar quelas desarrollen.
Publicado originalmente en El Caribe (República Dominicana)