A simple vista y conscientemente, esta diferencia no parece percibirse, pero tal y como revelan los datos extra�dos de este trabajo, realizado en la Universidad Brown, "el color es un elemento importante para reconocer el g�nero sexual de un individuo y tambi�n puede proporcionar informaci�n �til para reconocer objetos", explica Michael J. Tarr, profesor de Oftalmolog�a y Ciencias Visuales y de Ciencia Lingu�stica y Cognitiva de la Universidad estadounidense de Brown.
Este descubrimiento tiene importantes implicaciones en la investigaci�n cient�fica cognitiva, por ejemplo, en los estudios psicol�gicos sobre la percepci�n de las caras (un proceso por el que el cerebro y la mente entienden e interpretan los distintos rostros) y en los trabajos que se desarrollan sobre c�mo y por qu� se maquillan las mujeres. Tambi�n podr�a mejorar la actual tecnolog�a capaz de reconocer una cara (necesaria para la lectura de las fotograf�as digitales). "Nuestro estudio supone un paso adelante en el intento de atribuir un papel al color para utilizarlo en la clasificaci�n del g�nero sexual".
Tarr y Adrian Nestor, los responsables de este estudio, analizaron im�genes de 100 rostros femeninos y otros 100 masculinos. Fueron fotografiados bajo las mismas condiciones de iluminaci�n y posici�n. Ten�an una expresi�n neutral, ninguno estaba maquillado y no llevaban gafas ni ning�n otro accesorio. En las im�genes no se reflejaba el pelo ni el vello facial para no alterar la gama crom�tica. Los dos investigadores utilizaron un esc�ner de tres dimensiones y un software espec�fico (MATLab, frecuentemente empleado en universidades y centros de investigaci�n) para analizar la cantidad de pigmento verde y rojo que se localiza en las caras.
A trav�s de esta tecnolog�a se recrearon distintas im�genes andr�ginas a partir de los 200 rostros iniciales. Se desfiguraban las caras para que tres observadores decidieran el g�nero de cada imagen, simplemente distingui�ndose un dibujo de formas degradadas y colores.
Los observadores que participaron eran tres estudiantes de la Universidad Brown. Cada uno de ellos ten�a que clasificar unas 20.000 im�genes como masculinas o femeninas. Despu�s, se midieron los colores rojo y verde contenidos en ambos grupos para determinar as� la influencia real de este elemento.
"Si hab�a m�s gama de rojo, la imagen ten�a m�s probabilidades de ser hombre y si era m�s verdosa, mujer. Los observadores usan el color de una cara cuando intentan identificar su g�nero, especialmente si las formas de los rostros son ambiguas o incluso se han ocultado, como en ocurre en este trabajo", concluye el cient�fico.
Al finalizar el estudio, se comprob� que los tres estudiantes clasificaron las im�genes como hombres al 50%, excepto uno de ellos, que se�al� el 63% de los dibujos en el grupo masculino.
M�s diferencias entre hombres y mujeres
"Las im�genes de los hombres tienden a mostrarse m�s oscuras y rojizas que la de las mujeres, excepto la zona de la boca y los ojos", a�ade el investigador. Las mujeres muestran labios m�s oscuros, rojos y azules mientras que el ratio rojo-verde es mayor en los hombres en la parte baja de la nariz. "Este enfoque en los rasgos faciales principales hace que el mapa de color humano sea objetivamente distinto entre cada individuo", comenta Tarr.
El contraste de luminosidad entre los rasgos principales (los ojos y la boca) y el resto de la cara constituye uno de los elementos que facilitan esta clasificaci�n de g�nero, pero "parece generar m�s caras femeninas que masculinas. Con este estudio demostramos que los componentes crom�ticos son se�ales razonablemente fiables que suponen una ayuda adicional", sugiere el investigador.
Adem�s de la luminosidad y de los colores, "tambi�n notamos diferencias en las formas de los rasgos". As� por ejemplo, en general, las mujeres tienen la boca m�s estrecha mientras que los hombres tienen la nariz m�s protuberante.
"Nuestros resultados muestran que los observadores son sesibles a las diferencias de color locales cuando otros elementos, fundamentalmente las formas, muestran una imagen degradada", concluye Tarr. "El color tiende a ser ignorado en la clasificaci�n del g�nero sexual. No reclamamos que se utilice de forma exclusiva sino que sea un elemento m�s a tener en cuenta", propone el cient�fico.
Hist�ricamente, la contribuci�n del color al reconocimiento facial ha sido en gran parte rechazada, sin embargo, los estudios m�s recientes han desafiado dicha posici�n y, en particular, los resultados de dichos trabajos acreditan que el color tiene un rol en la representaci�n visual de objetos.
Publicado originalmente en El Mundo (Espa�a)