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El fin de la prueba era medir la buena voluntad de un participante para obedecer las �rdenes de una autoridad, incluso cuando dichas �rdenes entrasen en conflicto con su conciencia personal.

Los experimentos comenzaron en julio de 1961, un a�o despu�s de que Adolf Eichmann fuera juzgado y sentenciado a muerte en Jerusal�n por cr�menes contra la humanidad durante el r�gimen nazi en Alemania.

Milgram estaba intrigado acerca de c�mo un hombre completamente normal, e incluso aburrido, y que no ten�a nada en contra de los jud�os hab�a podido ser un activo part�cipe del Holocausto.

La curiosidad de Milgram

La curiosidad oblig� a este psic�logo a llevar a cabo un experimento, en el que los participantes creyeron que estaban probando los efectos del castigo en el aprendizaje.

El Experimento de Milgram consisti� en que un voluntario deb�a infringir da�o a otro voluntario, que en realidad era un actor compinchado con el investigador y que simulaba dolor, sin que el otro voluntario fuera consciente del enga�o.

Situado el actor en un m�dulo de cristal visible para el primer participante, se le colocaban electrodos a trav�s de los cuales el primer voluntario deb�a enviar corrientes el�ctricas al actor, corrientes que supuestamente eran extremadamente dolorosas. Estas corrientes iban aumentando de intensidad, mientras el actor hac�a que sent�a cada vez m�s dolor.

Los participantes se iban poniendo nerviosos de ver sufrir al otro, pero segu�an obedeciendo al investigador, al menos hasta cierto punto.

Ahora, casi medio siglo despu�s de que se desarrollara este experimento, otro psic�logo de la Santa Clara University, de Estados Unidos, ha descubierto que nada ha cambiado: la gente sigue dispuesta a hacer da�o a otros, si se lo ordena una figura autoritaria.

Obediencia universal

Seg�n la American Psychological Association, Jerry M. Burger repiti� el Experimento Milgram demostrando que las tasas de obediencia ciega a la autoridad �por encima del dolor que est� sintiendo la otra persona- son tan s�lo ligeramente m�s bajas que hace cincuenta a�os.

Por otro lado, la investigaci�n demostr� que no hab�a diferencias en el grado de obediencia entre hombres y mujeres.

En la revista especializada American Psychologist, que pertenece a la American Psychological Association, ha aparecido un art�culo en el que se explican estos resultados.

Seg�n Burger, la copia del experimento ha demostrado que los mismos factores de situaci�n que afectaban a la obediencia en el Experimento de Milgram siguen funcionando en la actualidad.

Milgram descubri� que, tras escuchar los primeros gritos de dolor del participante (actor) al aplicarle corrientes de 150 voltios, el 82,5% de los participantes segu�an administrando descargas. Y de ese porcentaje, el 79% continu� haci�ndolo, hasta los 450 voltios. En la r�plica experimental de Burger, los porcentajes fueron similares, aunque las corrientes fueron aplicadas s�lo hasta los 150 voltios.

Variaciones en la prueba

Las t�cnicas de Milgran fueron muy debatidas al publicarse los resultados de su experimento. Como resultado, existe actualmente un c�digo �tico para la experimentaci�n psicol�gica, y ning�n estudio utilizando procedimientos id�nticos a los de Milgram hab�a sido publicado en m�s de tres d�cadas, seg�n Burger.

Este investigador introdujo una serie de variables en la prueba para lograr la aprobaci�n institucional para su trabajo: la limitaci�n a 150 voltios de las descargas (en lugar de hasta 450 voltios) fue una de ellas. Ese punto en las descargas es el m�s cr�tico, porque es cuando comienzan a aparecer m�s resistencia por parte de los participantes.

Adem�s, en el estudio de Burger, se les repiti� a los participantes que pod�an abandonar el experimento en cualquier momento, y que recibir�an el dinero aunque lo dejasen a la mitad.

Por �ltimo, para que los voluntarios creyesen que las descargas el�ctricas eran reales, se les suministr� una descarga de 15 voltios (en el Experimento de Milgram las descargas �cebo� fueron de 45 voltios). A pesar de los cambios, las pruebas demostraron que la bondad no gana a�n a la obediencia.

Resultados similares en experimento virtual

El Experimento de Milgram ha sido tan controvertido que se han llegado a realizar simulaciones virtuales de �l. Tal y como explicamos hace un tiempo en Tendencias21, el University College de Londres repiti� en un entorno virtual dicho experimento con personajes reales y virtuales.

En este caso, los voluntarios sab�an que los que sufr�an las descargas el�ctricas eran personas irreales. Una parte de ellos se comunic� con los personajes virtuales a trav�s de un interfaz textual, y un segundo grupo fue introducido en un entorno gr�fico, en el que pod�an ver a su interlocutor: la representaci�n tridimensional de una mujer.

Los resultados, publicados en PlosOne fueron los siguientes: en el primer grupo todos los participantes administraron las 20 descargas el�ctricas que se les pidi�. En el segundo, tres personas aplicaron 19 descargas, mientras que otras tres provocaron, respectivamente 9, 16 y 18.

La mitad del segundo grupo admiti� que hab�a deseado detenerse, pero, de nuevo, la autoridad venci� a sus propios impulsos. Aunque la finalidad de esta prueba era probar si es �til la realidad virtual para la investigaci�n psicol�gica, de nuevo se recogieron resultados similares a los informados por Milgram y Burger.

Seg�n lo describi� Milgram, la f�rrea autoridad se impone a los fuertes imperativos morales de los sujetos de lastimar a otros y, a�n con los gritos de las v�ctimas sonando en los o�dos de los participantes, la autoridad subyuga con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento de estos experimentos.

Publicado originalmente en Tendencias 21