Uno de los misterios a�n no resueltos de la diabetes de origen autoinmune, llamada de tipo 1, es por qu� dos hermanos o hermanas gemelas id�nticas no siempre desarrollan juntos esta enfermedad. Como bien saben las y los seguidores de esta columna, la diabetes de tipo 1 se produce por un ataque err�neo de las c�lulas del sistema inmune a las c�lulas del p�ncreas productoras de insulina, que son eliminadas como si se trataran de enemigos externos. Heredar determinadas variantes de algunos genes relacionados con la discriminaci�n que las c�lulas inmunes deben realizar entre lo propio y lo extra�o, aumenta dram�ticamente la probabilidad de desarrollar la diabetes.
Sin embargo, no est� gen�ticamente determinado que dos hermanos gemelos id�nticos sean diab�ticos: uno puede serlo, y el otro no. Adem�s de los genes, otros factores pueden ayudar a desencadenar por error el ataque del sistema inmune a las c�lulas del p�ncreas productoras de insulina. Sin duda, el conocimiento de estos factores podr�a ayudar a proteger de la diabetes a personas gen�ticamente susceptibles a ella, al permitir evitar los factores negativos y potenciar los positivos.
Dieta y Flora
Uno de los factores no gen�ticos m�s importantes a los que estamos expuestos diariamente es nuestra dieta. No todos comemos lo mismo, y a unos les gusta bien hecho y a otros, casi crudo. Muchos estudios cient�ficos han puesto de manifiesto una clara relaci�n entre variaciones de nuestra dieta y la incidencia de enfermedades, algunas de las cuales involucran tambi�n al sistema inmune, por lo que podr�a suceder que estas variaciones incidieran en que algunas personas desarrollen la diabetes y otras, no.
No obstante, existe la fundada sospecha de que, adem�s de la dieta, la flora intestinal es un importante factor externo que puede afectar al funcionamiento del sistema inmune. Parte de la sospecha se basa en estudios con ratones de laboratorio nacidos y criados en un ambiente completamente libre de microbios. Estos animales no posen flora intestinal alguna y, como consecuencia de ello, tienen disminuida la talla de los principales �rganos del sistema inmune y producen anticuerpos de manera anormal. Resulta claro, por tanto, que al menos en el caso de los ratones la flora intestinal afecta al funcionamiento de la inmunidad y las defensas.
El efecto de la flora intestinal sobre las defensas podr�a ser simplemente debido a que es necesario un contacto temprano con microbios, aunque sean solo aquellos que colonizan nuestro intestino, para ir educando al sistema inmune sobre lo propio y lo extra�o. Pero la flora intestinal no son microbios cualesquiera, sino microorganismos que ayudan a procesar los alimentos que consumimos, y que lo hacen mejor o peor dependiendo de qu� dieta les demos, es decir, de qu� dieta nos damos a nosotros mismos.
Entre los componentes m�s importante de la dieta que necesita de la flora intestinal para su procesamiento se encuentra la fibra alimentaria. La fibra est� compuesta por material no digerible, en particular por la celulosa vegetal, pero tambi�n por muchos otros componentes de las verduras y hortalizas que toda dieta sana debe contener. Aunque no puede ser digerida, la fibra s� puede ser fermentada por la flora intestinal. Como sabemos, procesos de fermentaci�n familiares, que incluyen la fermentaci�n l�ctica, que hace posible el yogur, y la fermentaci�n alcoh�lica, que hace posible la civilizaci�n, transforman unas sustancias iniciales, por ejemplo la glucosa, en otras finales, por ejemplo el alcohol.
Flora y fibra
En el caso de la fibra intestinal, algunos de sus componentes son fermentados a los llamados �cidos grasos de cadena corta, a los que pertenece el m�s corto de todos, el �cido ac�tico, vulgarmente conocido como vinagre, de solo dos eslabones en su cadena. En un estudio reciente publicado en la revista Nature, un consorcio de investigadores australianos, estadounidenses y brasile�os ha descubierto que estos �cidos grasos pueden ser necesarios para que el sistema inmune no se active demasiado y no ataque a lo que no es necesario atacar.
Los investigadores indujeron una colitis inflamatoria, es decir, causada por una excesiva activaci�n del sistema inmune, a ratones de laboratorio mediante la administraci�n con su agua de bebida de una sustancia indigerible, llamada sulfato de dextrano. En ratones sin flora intestinal este tratamiento induce una colitis m�s severa que en animales normales. La severidad de la colitis pod�a ser debida al efecto protector en s� mismo de la flora intestinal, pero tambi�n a los �cidos grasos de cadena corta que estas bacterias producen. Para dilucidar entre estas posibilidades, los investigadores suministraron �cidos grasos de cadena corta con la dieta a ratones con colitis y sin flora intestinal y comprobaron que su colitis mejoraba muy sustancialmente debido a una regulaci�n a la baja de la actividad inmune.
As� pues, la flora intestinal y la cantidad de fibra de nuestra dieta, que pueden variar de individuo a individuo, podr�an afectar de manera importante al correcto funcionamiento del sistema inmune y a la correcta discriminaci�n entre lo propio y lo ajeno. Esta correcta discriminaci�n es fundamental para que el sistema inmune no se equivoque y acabe atacando a algunas de nuestras c�lulas, entre ellas a las c�lulas pancre�ticas productoras de insulina, causando la diabetes. Si una dieta adecuada es importante para nuestro sistema cardiovascular, para controlar la obesidad, y tambi�n para prevenir el c�ncer, puede ser tambi�n fundamental para no desarrollar diabetes, aun habiendo heredado los genes que nos inclinen a ello. Algo sobre lo que reflexionar mientras estas fiestas disfrutamos de la tradicional ensalada navide�a, a base de bombones y turr�n.
Publicado originalmente en La Tribuna de Albacete (Espa�a)