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Richard Davidson, quien durante d�cadas ha practicado la meditaci�n budista, una forma de ejercicio mental, insiste en que podemos.

Y Davidson, quien ha meditado desde que visit� India cuando se gradu� de Harvard en los a�os 70, est� convencido de esto, m�s all� de su propia experiencia.

Como psic�logo en la Universidad de Wisconsin, se volvi� l�der de un campo relativamente nuevo, llamado neurociencia contemplativa, la ciencia que estudia los efectos de la meditaci�n en el cerebro.

Durante la �ltima d�cada, Davidson y sus colegas han producido evidencia cient�fica para la teor�a de que la meditaci�n �la antigua pr�ctica oriental de sentarse concentr�ndose en ciertos objetos� puede mejorar al cerebro.

"Todos sabemos que si realizamos cierto tipo de ejercicios de forma regular podemos fortalecer grupos musculares de forma predecible", dijo Davidson, en su oficina en la Universidad de Wisconsin, donde su equipo de investigaci�n ha estudiado a monjes budistas y a otros meditadores con tomograf�as cerebrales.

"Fortalecer los sistemas neurales no es fundamentalmente distinto", dijo. "B�sicamente remplaza ciertos h�bitos mentales por otros". Los neurocient�ficos que estudian la meditaci�n dicen que obtener este h�bito puede fortalecer los circuitos cerebrales responsables de mantener la concentraci�n y de generar empat�a.

Un estudio reciente realizado por el equipo de Davidson descubri� que los meditadores novatos estimularon sus sistemas l�mbicos, la red emocional del cerebro, durante la pr�ctica de meditaci�n de compasi�n, una antigua pr�ctica del budismo tibetano.

Esa no es una gran sorpresa, dado que la meditaci�n de compasi�n pretende generar un estado emocional espec�fico de empat�a intensa, en ocasiones llamado "de amor y bondad".

Pero el estudio tambi�n descubri� que los meditadores expertos (monjes con m�s de 10,000 horas de pr�ctica) mostraron una actividad significativamente mayor de su sistema l�mbico. Los monjes parec�an haber cambiado permanentemente sus cerebros para ser m�s emp�ticos.

Un estudio previo realizado por algunos de los mismos investigadores descubri� que los meditadores comprometidos experimentaban cambios sustanciales en las funciones base del cerebro, es decir, hab�an modificado la forma en la que sus cerebros funcionaban incluso fuera de la meditaci�n.

Estos cambios inclu�an la activaci�n acelerada de la regi�n anterior izquierda cerebral que, se cree, es responsable de generar las emociones positivas. Los investigadores descubrieron la transformaci�n en novatos que se inscribieron a un curso de ocho semanas de meditaci�n de conciencia plena, una t�cnica budista.

Pero la mayor�a de las investigaciones cerebrales en torno a la meditaci�n siguen siendo preliminares, y esperan ser corroboradas por otros cient�ficos. Los beneficios psicol�gicos de la meditaci�n y su uso en tratamientos para condiciones tan diversas como depresi�n y dolor cr�nico son m�s reconocidos.

La ciencia cerebral seria en torno a la meditaci�n surgi� apenas en la �ltima d�cada, desde que las resonancias magn�ticas permiten a los cient�ficos observar el cerebro y monitorear los cambios en tiempo relativamente real.

A principios de los 90, un investigador de la Universidad de Pensilvania, Andrew Newberg, dijo que los escaneos cerebrales de los meditadores con experiencia mostraban que la corteza prefrontal, la zona del cerebro que alberga la atenci�n, ten�a un mayor desempe�o durante la meditaci�n, mientras que la regi�n cerebral que se concentra en la orientaci�n de tiempo y espacio, llamada l�bulo parietal superior, se oscurec�a.

Newberg dijo que sus hallazgos explican por qu� los meditadores son capaces de concentrarse intensamente al mismo tiempo que describen sentimientos de trascendencia durante esa pr�ctica.

Los efectos de la meditaci�n en el cerebro y su futuro

La neurociencia que estudia la meditaci�n gan� m�s credibilidad en la comunidad cient�fica desde sus primeros escaneos.

Una se�al de esto es el aumento del financiamiento del conjunto de Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, que ayudaron a establecer nuevos centros de investigaci�n cient�fica contemplativa en las universidades de Stanford, Emory y Wisconsin, donde se est� construyendo el primer laboratorio con una sala de meditaci�n para imagenolog�a cerebral.

El NIH no pudo ofrecer cifras sobre las cantidades que dona a investigaciones sobre meditaci�n, pero las subvenciones sobre medicina complementaria y alternativa, que incluyen varios estudios sobre meditaci�n, aumentaron de 300 millones de d�lares en 2007 a aproximadamente 541 millones de d�lares en 2011.

"Las investigaciones originales realizadas por gente como Davidson en la d�cada de 1990 luc�an intrigantes, pero tom� tiempo para que fueran convincentes con respecto al hecho de que los procesos del cerebro realmente cambian durante la meditaci�n", dijo Josephine Briggs, directora del Centro Nacional de Medicina Alternativa y Complementaria de los NIH.

En un estudio realizado en 2007, Davidson compar� las capacidades de atenci�n de los meditadores novatos con las de los expertos en la tradici�n budista tibetana. Los participantes en ambos grupos debieron practicar la meditaci�n de atenci�n en un punto fijo en una pantalla mientras los investigadores realizaban resonancias magn�ticas de sus cerebros.

Para retar las capacidades de atenci�n de los participantes, los cient�ficos interrump�an su meditaci�n con sonidos que los distra�an. Los escaneos cerebrales descubrieron que tanto los meditadores novatos como los experimentados activaban una red de regiones cerebrales relacionadas con la atenci�n durante la meditaci�n, pero los meditadores experimentados mostraron m�s activaci�n en algunas de las regiones.

Los meditadores sin experiencia mostraron un aumento en la activaci�n de regiones cerebrales que han mostrado una correlaci�n negativa con el mantenimiento de la atenci�n. Los meditadores experimentados fueron m�s capaces de activar sus redes de atenci�n para mantener la concentraci�n en el punto. El estudio sugiri� hab�an cambiado la estructura de sus cerebros.

Los escaneos de resonancia magn�tica funcional (fMRI) mostraron que los meditadores experimentados ten�an una respuesta neural menor a los ruidos de distracci�n que interrump�an la meditaci�n. De hecho, mientras m�s horas de experiencia tuviera el meditador, menos activas fueron sus redes emocionales durante los sonidos de distracci�n, seg�n los escaneos; esto quiere decir que la concentraci�n se les facilitaba m�s.

Recientemente, la neurociencia que estudia la meditaci�n se ha concentrado en la meditaci�n de compasi�n, que involucra la generaci�n de empat�a por medio de la concentraci�n, sin relacionarlo con otros objetos. Los practicantes la llaman meditaci�n de compasi�n sin referencia.

El nuevo inter�s neurocient�fico en esta pr�ctica proviene, sobre todo, de la petici�n del dal�i lama, el l�der pol�tico y espiritual de los budistas tibetanos, para quien la meditaci�n de compasi�n es una tradici�n deteriorada por el tiempo.

El dal�i lama organiz� el viaje de monjes tibetanos a universidades estadounidenses para que fueran estudiados mediante escaneos, y habl� en la reuni�n anual de la Sociedad de Neurociencia, la reuni�n m�s grande entre cient�ficos que estudian el cerebro.

El dal�i lama dijo que apoya a la neurociencia que estudia la meditaci�n, aunque los cient�ficos eliminen los or�genes budistas de la meditaci�n, trat�ndola simplemente como un ejercicio mental que pr�cticamente cualquiera puede hacer.

"Este no es un proyecto religioso", dijo Davidson. "La meditaci�n es una actividad mental que puede ser comprendida en t�rminos seculares�.

A�n as�, el naciente campo enfrenta retos. Los cient�ficos han escaneado apenas unos cientos de cerebros para estudiar la meditaci�n, una muestra de estudio muy reducida.

"Hay una serie de graduados de doctorado que descubrieron un valor personal en la meditaci�n y se inspiraron para estudiarla cient�ficamente", dijo Davidson. "Son personas de las mejores universidades y quieren hacer una carrera con esto".

Agreg� que, en 10 a�os, "veremos c�mo la investigaci�n sobre la meditaci�n se vuelve parte de la corriente dominante".

Publicado originalmente en CNN (M�xico)