La Leica es la pionera de las c�maras de 35 mm. En realidad, no fue exactamente la primera c�mara fotogr�fica que us� pel�cula de 35 mm, pero fue la primera en ser ampliamente publicitada y exitosamente comercializada.
Se trata de un producto alem�n, preciso, minimalista, sumamente eficiente. Detr�s de su aceptaci�n mundial como herramienta creativa, hab�a una firma familiar, orientada socialmente, y que durante la era nazi actu� con gran generosidad y modestia: E. Leitz Inc., dise�ador y fabricante del producto fotogr�fico m�s famoso, salv� a sus empleados jud�os.
Y Ernst Leitz II, el patriarca protestante de ojos de acero, que encabezaba y dirig�a la firma mientras el Holocausto se cern�a sobre Europa, actu� de tal forma que gan� el mote de �El Schindler de la industria fotogr�fica�.
Seg�n George Gilber, un escritor veterano en t�picos de fotograf�a que cont� la historia en la �ltima convenci�n de la Sociedad Hist�rica Leica de Am�rica, en Portland, Oregon, la Leitz Inc., fue fundada en Wetzlar en 1869, tuvo una tradici�n de comportamiento muy humano hacia sus trabajadores. Pensiones, licencias por enfermedad y seguro de salud. Todo esto fue instituido tempranamente en Leitz, que depend�a en su fuerza de trabajo de generaciones de empleados muy preparados, muchos de los cuales eran jud�os.
El �Tren Leica de la Libertad� (el �Leica Freedom Train�)
Tan pronto como Adolf Hitler fuera nombrado canciller de Alemania en 1933, Ernst Leitz II comenz� a recibir llamados fren�ticos de sus asociados jud�os, pidiendo su ayuda para hacerlos salir del pa�s a ellos y a sus familias.
Como cristianos, Leitz y su familia eran inmunes a las leyes de N�remberg, que restring�an el movimiento de los jud�os y limitaban sus actividades profesionales.
Para ayudar a sus trabajadores y colegas jud�os, Leitz estableci� en forma muy discreta lo que ha sido conocido entre los historiadores del Holocausto como �El tren Leica de la libertad�, una forma encubierta de ayudar a jud�os a abandonar Alemania con el pretexto de tratarse de funcionarios de Leitz con misiones asignadas en el extranjero.
Y as�, empleados, vendedores, miembros de sus familias, y amigos de miembros de sus familias fueron �asignados� a oficinas de venta de Leitz en Francia, Inglaterra, Hong Kong y los Estados Unidos.
Las actividades de Leitz se intensificaron luego de la �Kristallnacht� de noviembre de 1938, durante la cual se incendiaron comercios jud�os y sinagogas a lo largo de Alemania.
Al poco tiempo �empleados� alemanes desembarcaban del trasatl�ntico Bremen en Nueva York y de all� se dirig�an directamente a las oficinas de Manhattan de Leitz Inc., donde los ejecutivos r�pidamente les encontraban empleos en la industria fotogr�fica.
Cada nuevo viaje que llegaba tra�a consigo el s�mbolo de la libertad: una nueva Leica.
Los refugiados recib�an un estipendio hasta que lograban encontrar un empleo. Con esta migraci�n arribaron a Am�rica dise�adores, t�cnicos en reparaci�n, vendedores, expertos en marketing y escritores para la prensa gr�fica.
Manteniendo esta historia en un muy bajo perfil, el �Tren Leica de la Libertad� lleg� a su pico m�ximo de actividad en 1938 y principios de 1939, enviando grupos de refugiados a Nueva York cada pocas semanas.
Pero con la invasi�n de Polonia, el 1 de septiembre de 1939, Alemania cerr� sus fronteras. Hasta entonces, cientos de jud�os en peligro lograron escapar a Am�rica, gracias a los esfuerzos de los Leitz.
Las consecuencias de la solidaridad
�C�mo lograron Leitz II y su personal realizar todo esto?
Leitz Inc. era una marca internacionalmente reconocida, que le daba buen nombre al reci�n surgido Reich.
La empresa produc�a sistemas �pticos diversos para los militares alemanes.
Ademas, el gobierno nazi estaba desesperadamente necesitado de moneda extranjera fuerte, y el m�s importante mercado para los productos �pticos eran los Estados Unidos.
A pesar de ello, miembros de la familia Leitz y de la firma, sufrieron por sus buenas acciones.
Un ejecutivo importante, Alfred Turk fue encarcelado por ayudar a los jud�os, y fue liberado luego de pagar un importante soborno. La hija de Leitz, Elsie Kuhn-Leitz, fue encarcelada por la Gestapo al ser encontrada en la frontera, ayudando a mujeres a cruzar hacia Suiza.
Eventualmente, qued� en libertad, no sin antes haber sufrido un muy rudo tratamiento durante los interrogatorios a que fue sometida.
Tambi�n cay� bajo sospecha al intentar mejorar las condiciones de vida de 700 a 800 trabajadoras esclavas ucranianas, que hab�an sido asignadas a trabajar en la planta durante los a�os "40.
Luego de la guerra, Kuhn-Leitz recibi� numerosos honores por sus esfuerzos humanitarios, entre ellos: �Officier d"honneur des Palms Academic�, por parte de Francia en 1965, y la medalla Aristide Briand de la Academia Europea en los a�os 70.
La modestia de los grandes
�Por qu� esta historia no fue contada hasta hoy? Seg�n el fallecido Norman Lipton, escritor freelance y editor, la familia Leitz no deseaba publicidad de sus esfuerzos heroicos.
Solo despu�s que el �ltimo miembro de la familia Leitz falleci�, sali� a la luz la historia de �El Tren Leica de la Libertad�.
La historia es ahora tema de un libro, �La mayor invenci�n de la familia Leitz: El Tren Leica de la Libertad�, escrito por Frank Dabba Smith, un rabino nacido en California, radicado en Inglaterra.
Pero en momentos como el actual, vale la pena -a�n m�s- saber y difundir esta historia.
Publicado en Mila 18