Opini�n publicada en Libertad Digital
De un tiempo a esta parte vienen public�ndose r�os de tinta sobre la cuesti�n del calentamiento global. El tema es candente, pero apenas hay debate porque ya se ha establecido una corriente medi�tica que pide frenar el desarrollo econ�mico, desde una perspectiva ideol�gica sesgada e interesada, que no admite voces discrepantes. Sin embargo, la cuesti�n del calentamiento global, como todo aquello que, en general, tiene que ver con econom�a y medio ambiente, oculta tras de s� todo un conjunto de oscuros intereses econ�micos y pol�ticos que arrojan bastante luz sobre la verdadera naturaleza de las posiciones de unos y otros. Posiciones que quedan de manifiesto con las amenazas recibidas por aquellos cient�ficos que, en un documental, se han atrevido a discrepar de la posici�n establecida oficialmente en los medios de comunicaci�n.
Hoy por hoy, pocos dudan de la realidad del calentamiento global. Lo que de verdad est� en cuesti�n es la aut�ntica naturaleza del problema. Muchos cient�ficos est�n hablando de que la Tierra ha entrado en una nueva fase de calentamiento, de la misma forma que en el pasado hubo periodos de glaciaci�n y otros de mayores temperaturas. Por tanto, y para estos cient�ficos, lo que ocurre forma parte de la propia din�mica del planeta. �Qu� es lo que cuestionan? Que, como dice la corriente medi�tica sobre esta manera, sea la actividad humana el verdadero origen del cambio. Pero eso es lo que otros pretenden callar, de la forma que sea, incluso con amenazas. �Por qu�?
Detr�s de todo este asunto hay muchos intereses econ�micos y pol�ticos. Por ejemplo, muchas multinacionales, sobre todo francesas, est�n financiando todas las actividades de los grupos ecologistas y de los movimientos antiglobalizaci�n por la simple y sencilla raz�n de que son incapaces de competir en la econom�a global. Por su propia idiosincrasia, y por la del pa�s al que pertenecen, estas empresas son incapaces de adaptarse a las exigencias competitivas que impone un mercado global y, por tanto, pretenden ir contra �l. Pero eso es un problema de esas compa��as, que tratan de evitarlo fomentando y financiando movimientos ecologistas y antiglobalizadores. Parte de la realidad del debate sobre el cambio clim�tico es �sta.
Por otro lado nos encontramos con una realidad econ�mico-pol�tica. El fracaso del comunismo en t�rminos pol�ticos y econ�micos dej� hu�rfanos de ideolog�a a muchos militantes izquierdistas, incapaces de ver el mundo tal y como es y no como ellos imaginan. Para ellos, el cambio clim�tico, el desarrollo sostenible, la econom�a ecol�gica, etc�tera, no son m�s que banderines de enganches para tratar de imponer por otra v�a un modelo econ�mico, pol�tico y social que, al negar las libertades m�s b�sicas, ha cosechado un fracaso hist�rico rotundo.
Esta perspectiva se aprecia en los economistas m�s en boga entre aquellos que sostienen que el cambio clim�tico es un problema derivado de la actividad humana. Por ejemplo, el premio Nobel de Econom�a, Joseph Stiglitz, quien gan� el preciado galard�n por sus estudios sobre la informaci�n asim�trica en los procesos de toma de decisiones econ�micas, no por sus aportaciones a la econom�a ecol�gica. As�, Stiglitz, izquierdista de pro, aprovecha la cuesti�n del cambio clim�tico para arremeter contra una concepci�n liberal de la econom�a, acus�ndola de provocar todos los males del mundo y de no resultar eficaz para promover el desarrollo y el bienestar de las naciones m�s atrasadas cuando la realidad dice lo contrario.
Aquellos pa�ses que, como los del sudeste asi�tico, se han apuntado al liberalismo econ�mico y a la globalizaci�n, est�n reduciendo la pobreza y mejorando el nivel de vida y bienestar de sus sociedades. Stiglitz, que fue economista jefe del Banco Mundial a finales de la pasada d�cada, deber�a saberlo muy bien puesto que la instituci�n multilateral ha publicado sendos informes al respecto cuando �l formaba parte de la misma. Sin embargo, lejos de demostrar que aquellos estudios eran falsos, Stiglitz se ha apuntado a una cr�tica f�cil que est� dej�ndole mucho dinero en forma de venta de libros, art�culos en los medios de comunicaci�n de masas y conferencias.
Stiglitz, en cualquier caso, no es el peor. Los "grandes" nombres de la econom�a del desarrollo sostenible, como Nicholas Georgescu-Roegen o Herman Daly, tan citados por quienes acusan al hombre de provocar el cambio clim�tico, propugnan en sus escritos cambios radicales del modelo econ�mico para que, a su juicio, sea m�s respetuoso con el medio ambiente. A partir de ah�, toda una serie de pensadores, como Jorge Riechman, derivan hacia la necesidad de imponer a la sociedad pol�ticas y comportamientos para preservar el medio ambiente y evitar el cambio clim�tico, cuando ni Georgesu-Roegen ni Daly abogan por semejante cosa.
Pero estos caballeros que quieren salvarnos a todos de los males ecol�gicos que dicen que provoca el hombre no ven m�s soluci�n que dictaduras, no democracias, y sistemas colectivistas que cercenen de ra�z las libertades, econ�micas, pol�ticas y de todo tipo con el fin de salvarnos de nosotros mismos. �Les suena el discurso? Marx habl� de la dictadura del proletariado para resolver los problemas del mundo. Ahora el marxismo se ha vestido con el disfraz del ecologismo para tratar de vender un discurso agotado y un modelo de sociedad que, adem�s de fracasado, se ha llevado de por medio millones de vidas. En gran medida, estas son las verdades que esconde la cuesti�n del cambio clim�tico.