Noticia completa en Astroseti
Redactado por Heber Rizzo Balad�n
Montevideo, Marzo 24, 2007
Un informe tendencioso e inexacto
El �Panel Intergubernamental sobre el Cambio Clim�tico� (IPCC), el organismo que tiene como misi�n elaborar y publicar cada cinco a�os un informe sobre el cambio clim�tico, es un cuerpo integrado por cient�ficos que a priorisostienen posiciones claras tanto sobre los efectos como sobre las causas del fen�meno. Por lo tanto el informe resultante ya es tendencioso, si bien este aspecto resulta muy limitado por el car�cter cient�fico de sus elaboradores.
Pero a su vez, ese informe produce (inicialmente, y antes de ser publicada su versi�n definitiva) un resumen confeccionado por periodistas y pol�ticos, el as� llamado �Resumen para hacedores de pol�ticas� (Summary for Policy Makers) que toma lo que sus redactores consideran destacable (para sus propia agendas), mientras que minimiza o simplemente oculta los datos que pudieran ser contrarios a su posici�n pre-establecida. Y como si fuera poco, el informe final del IPCC, seg�n las propias reglas del IPCC, �tiene que ajustarse a las reacciones pol�ticas de ese resumen preliminar!.
No es para nada novedoso que las opiniones emitidas en esos reportes sean pol�tico-filos�ficas y no cient�ficas. Ya en el informe emitido en 1995, el IPCC declaraba que "toda afirmaci�n sobre la posible detecci�n de un cambio significativo del clima permanecer� siendo controvertida hasta que las incertidumbres en la total variabilidad natural del sistema clim�tico se hayan reducido" y que "ning�n estudio a la fecha ha establecido positivamente y atribuido todo, o parte del cambio de clima observado, a causas antropog�nicas". Sin embargo, el informe final, pol�ticamente corregido, declaraba que ��el balance de las evidencias sugiere una discernible influencia humana sobre el clima"!.
Pero como si no bastara la alteraci�n pol�tica de los datos cient�ficos, se intenta omitir o despreciar toda otra explicaci�n del cambio clim�tico (cualquiera que sea su significado real) a los efectos de enfatizar la �nica opci�n que est�n interesados en presentar al p�blico.
Entre esas otras causas m�s probables y mucho m�s poderosas, se encuentra la influencia de la actividad solar y del mismo ambiente gal�ctico. Para explicar y cuantificar estos efectos no solamente hay varias teor�as, sino que existen tambi�n registros f�sicos claros que se est�n publicando y que se continuar�n investigando en el futuro.
Conexi�n del Sol con el clima en antiguos registros del Nilo
A los efectos de conocer como se comport� el clima en el pasado, los registros de largo plazo resultan esenciales. A su vez, ese conocimiento nos permitir� tener alguna idea sobre lo que podr� suceder en el futuro.
Hoy en d�a, podemos obtener esos datos tomando mediciones directas de las temperaturas, de la lluvia, de los vientos, de la masa de nubes, y de la emisi�n de radiaci�n solar, entre otros.
Seg�n nos informa el Laboratorio de Propulsi�n a Chorro (JPL), estas mediciones directas sugieren que las variaciones de la actividad solar tienen influencia sobre el clima a largo plazo de la Tierra.
Lamentablemente, las mediciones directas comienzan a registrarse en un pasado muy cercano, con el desarrollo de la tecnolog�a y del m�todo cient�fico. Por lo tanto, tradicionalmente los investigadores han debido utilizar m�todos indirectos para obtener informaci�n sobre el tema, como por ejemplo los n�cleos de hielo y las burbujas de aire antiguo encerradas en los mismos que se obtienen con perforaciones del suelo en Groenlandia y la Ant�rtida.
Pero ahora, un grupo de cient�ficos universitarios y de la NASA ha desarrollado un nuevo m�todo utilizando los antiguos registros del nivel del agua del Nilo, el r�o m�s largo de nuestro planeta.
El equipo analiz� los registros anuales del Nilo recogidos entre los a�os 622 y 1470 dC en la isla de Rawdah, en el Cairo. Luego, compararon esos registros con otros datos muy bien documentados del mismo per�odo, los reportes del n�mero de auroras boreales ocurridas por d�cada en el hemisferio norte. Como las auroras deben su existencia a la masa eyectada desde la corona solar, o a continuaci�n de las llamaradas solares, son un medio excelente para registrar las variaciones de la actividad solar. En ambos casos y para el per�odo comprendido, los registros fueron meticulosos y precisos.
Al realizar su trabajo, los investigadores descubrieron relaciones claras entre la actividad solar y las variaciones clim�ticas. Los niveles de agua del Nilo y los registros de auroras presentaban dos variaciones que ocurr�an regularmente en com�n, una con un per�odo de unos 88 a�os y otra con un per�odo de unos 200 a�os.
Seg�n Ruzmaikin, como el r�o Nilo proporcional el drenaje para aproximadamente un 10% del continente africano, y a su vez el clima africano est� relacionado con la variabilidad clim�tica en los oc�anos �ndico y Atl�ntico, su investigaci�n ofrece un mejor conocimiento del cambio clim�tico global.
�Y cu�l es la relaci�n entre la variabilidad solar y el Nilo? Los autores sugieren que las variaciones en la energ�a ultravioleta del Sol provocan ajustes en un patr�n clim�tico conocido como Modo Anular Boreal, que afecta al clima en la atm�sfera del hemisferio norte durante el invierno. A nivel del mar, este Modo se convierte en la Oscilaci�n del Atl�ntico Norte, una especie de borde de sierra a gran escala que afecta la forma en que el aire circula sobre el oc�ano �ndico. A su vez, estos ajustes pueden afectar la distribuci�n de las temperaturas del aire, que subsecuentemente tienen influencia sobre la circulaci�n del aire y las lluvias en las fuentes del Nilo. Cuando la actividad solar es alta, las condiciones son m�s secas, y cuando es baja, las condiciones son m�s h�medas.