Si hay un nombre que chirr�e a los o�dos de los patriotas estadounidenses �se es el del Sputnik 1, de cuyo lanzamiento se cumplen esta semana 50 a�os. El Sputnik supuso el primer �xito sonado de la URSS en la incipiente Guerra Fr�a. Por si fuera poco, tres a�os despu�s, Mosc� daba otra vez el campanazo poniendo en �rbita, tambi�n por sorpresa, a Yuri Gagarin, primer cosmonauta de la Historia. Fue el pistoletazo de salida a la llamada Era Espacial, y tambi�n a la carrera tecnol�gica entre Mosc� y Washington.
Todo empez�, como tantos otros avances del siglo XX, en la II Guerra Mundial. La Alemania nazi se afanaba en desarrollar misiles bal�sticos que aligeraran el trabajo de la Luftwafe. La clave estaba en Wernher von Braun, un joven arist�crata e ingeniero, amante de la obra de Julio Verne, que viv�a apasionado con la posibilidad de iniciar la exploraci�n del espacio exterior. Ya en las filas de la SS, desarroll� el cohete A-4 con algunas ideas que tom� prestadas de otro pionero, el estadounidense Robert Goddard, considerado el padre de los cohetes.
Mosc� lleva la delantera
Pocos a�os despu�s, dejando al mundo perplejo, el Sputnik emiti� durante tres semanas una se�al -un simple �bip�- que pod�a ser captada por radioaficionados en todo el mundo. El ingenio consisti� en una esfera de acero de 58 cent�metros llena de nitr�geno con un peso de 83 kilos. La noticia provoc� una crisis institucional en Washington, donde, dos a�os antes, el presidente Eisenhower hab�a anunciado que EE UU ser�a la primera potencia en lanzar un sat�lite artificial. Para mayor escarnio, Mosc� lanzaba el primer ser vivo al espacio, la perra Laika. Washington pens� que si los sovi�ticos eran capaces de enviar al espacio una carga considerable, tambi�n podr�an usar el espacio como lanzadera de cabezas nucleares. De ah� naci� la NASA y los dos rid�culos intentos iniciales de poner en �rbita sus propios sat�lites -dos meses despu�s del Sputnik-, los Vanguard 1 y 2, que explotaron poco despu�s del lanzamiento delante de las c�maras de TV.
A partir de ah�, la carrera se volvi� vertiginosa, sucedi�ndose los hitos sin apenas tiempo de digerir los anteriores, aunque casi siempre con Mosc� a la cabeza. Transcurridos s�lo dos a�os desde el Sputnik 1, y con Washington a�n lami�ndose las heridas, la URSS env�a dos sondas a la Luna, toma las primeras im�genes de su cara oculta y logra que una de ellas tome tierra. Al a�o siguiente, en 1960, env�a dos ingenios a Marte y Venus, pero, antes de que alcancen su objetivo, anuncia el logro de Gagarin.
Aunque EE UU materializa algunos �xitos, como poner a un hombre en el espacio, John Glenn, apenas un a�o despu�s de Gagarin, Mosc� siempre lleva la delantera, con la primera mujer cosmonauta, el mismo a�o que el viaje inaugural de Glenn; el primer encuentro en el espacio entre dos orbitadores sovi�ticos (tambi�n en 1962); el primer vuelo tripulado por m�s de una persona (1965) o el primer paseo espacial, un a�o despu�s, otro hito que doli� en el orgullo de la Casa Blanca. Ya en 1963, a�n con John Kennedy en el poder, Washington decidi� que deb�a liderar la carrera espacial si quer�a demostrar al mundo su poder�o, mientras la Guerra de Vietnam se le pon�a cada vez m�s dif�cil.
EE UU contraataca
Las impresionantes im�genes de Marte enviadas por la Mariner 4 en 1965 se vieron en todo el mundo como un gran �xito norteamericano. Eso signific� un b�lsamo que alivi� el herido pundonor yanqui hasta que, cuatro a�os despu�s, Neil Armstrong pon�a el pie en la Luna. Fue el primer acontecimiento televisado en directo por todo el mundo, con m�s de 500 millones de potenciales espectadores, seg�n se dijo en su d�a, y el resarcimiento a d�cadas de humillaciones por parte de la Uni�n Sovi�tica. A partir de ah�, y gracias en parte al final de la guerra de Vietnam en 1975, la tensi�n entre Mosc� y Washington se fue deshaciendo.
Poco despu�s, la NASA desvelaba su proyecto estrella, los transbordadores espaciales, unos ingenios de aspecto futurista, capaces de penetrar la densa atm�sfera terrestre y aterrizar como un avi�n. S�lo dos a�os despu�s de su vuelo inaugural, en 1983, el Challenger se desintegraba tras su despegue ante la at�nita mirada de los familiares de la tripulaci�n, integrada adem�s por la primera civil astronauta, la maestra Christa McAuliffe.
La reacci�n de Mosc� a la superioridad tecnol�gica yanqui se materializ� en la primera estaci�n espacial habitada, la Mir. La Perestroika puso fin al costoso proyecto.
En 1990, un innovador proyecto toma forma. El telescopio espacial Hubble primero, y -hasta que el m�s sofisticado James Webb le sustituya en 2013- �nico de su clase, env�a n�tidas im�genes del espacio.
En los 50 a�os que van desde el lanzamiento del Sputnik, que se convirti� en el icono cultural de la generaci�n Beat, se han enviado al espacio m�s de 6.000 sat�lites, naves y sondas, y m�s de un millar de sat�lites artificiales orbitan la Tierra, m�s decenas de ellos en Marte, Venus y otros planetas.