Algunas de estas teor�as fallidas sorprenden por su originalidad y belleza, dando una explicaci�n err�nea a fen�menos naturales cuya interpretaci�n era imprescindible para el progreso cient�fico.
Comento seguidamente algunos de los fiascos m�s famosos de la historia del conocimiento cient�fico.
El modelo geoc�ntrico del universo de Ptolomeo se mantuvo vigente durante nada menos que catorce siglos, desde el II de nuestra era hasta que Cop�rnico en el siglo XVI estableciera su modelo llamado helioc�ntrico y con �l diera luz verde as� al nacimiento de la ciencia experimental.
Como su nombre indica, el modelo considera a nuestro planeta Tierra el centro del Universo y explica con gran ingenio matem�tico los movimientos del Sol, la Luna y los dem�s planetas del sistema solar. Su complejidad me impide explicar el significado de t�rminos como ecuante, movimientos retr�grados, epiciclos o deferente. Sorprende que, partiendo de una realidad equivocada, no s�lo explicaba el movimiento de los astros, sino que predec�a fen�menos como los eclipses de Sol y de Luna, que tanto llamaban la atenci�n en aquellas �pocas.
Si pasamos de la f�sica a la qu�mica nos encontramos que en sus albores, entre 1700 y 1774, una teor�a llamada del flogisto se sostuvo a pesar de su planteamiento err�neo.
El flogisto era considerado como el alma de los metales. Portaba sus propiedades como brillo, conductividad, ductilidad, etc, y se caracterizaba por ser imponderable e incluso tener un peso negativo. Cuando el metal se transformaba en �xido met�lico, aumentando de peso, lo interpretaban como p�rdida de flogisto, de ah� la asignaci�n del peso negativo.
Es evidente que desconoc�an los procesos fundamentales de las transformaciones qu�micas que el padre de esta disciplina, Lavoisier, esclareci� antes de ser ajusticiado por los revolucionarios en 1794.
Aunque hoy resulte una teor�a extra�a e il�gica, en su momento dio paso a una racionalizaci�n de los conocimientos qu�micos que se ten�an y permiti� realizar investigaciones con rigor cient�fico, con planteamientos l�gicos aunque claramente equivocados, pero que fueron �tiles para el avance de la metalurgia y todo el progreso industrial que �sta impuls�.
En 1774, Priestley descubri� el ox�geno en el aire, desencadenando el desarrollo imparable de esta ciencia, y con ello el fin de la teor�a del flogisto.
Para terminar quiero hacer referencia a una de las teor�as que actualmente intentan dar explicaci�n a fen�menos como el inicio del Universo o la unificaci�n de las fuerzas de la naturaleza, tarea que quit� el sue�o, y a�n lo hace, a muchos cient�ficos, entre los que figura Albert Einstein.
Me refiero a la teor�a de supercuerdas, la cual intenta unificar los dos pilares de la F�sica del siglo XX: la teor�a de la relatividad y la mec�nica cu�ntica.
Puede que dentro de un tiempo esta teor�a cient�fica pase a figurar entre las grandes teor�as fallidas, pero por su elegancia, agudeza e ingenio tendr� un lugar siempre en la historia de la Ciencia.
Publicado originalmente en Diario de C�rdoba (Espa�a)