Cuando se oye hablar de las Islas Caim�n, la gente tiende a pensar en actividades financieras ilegales. Es cierto que Caim�n es el centro financiero m�s grande de los llamados para�sos fiscales y ocupa el quinto lugar entre los centros financieros m�s grandes del mundo.
Pero, contrario a la mitolog�a de pel�culas y novelas, esas islas del Caribe no se enriquecieron amparando a delincuentes. La realidad es todo lo contrario. P�enselo; si usted estuviera buscando un lugar para su dinero, �escoger�a un banco manejado por incompetentes o delincuentes en alg�n sitio controlado por una mafia o lo colocar�a en un banco administrado por administradores honestos y competentes, en un pa�s donde rige el imperio de la ley?
La verdad es que esos para�sos fiscales como las Islas Caim�n, Bermudas y los grandes centros financieros como Suiza, el Reino Unido y Estados Unidos se caracterizan por gozar de tribunales honorables y administradores competentes.
La mayor parte del dinero en las Islas Caim�n es institucional m�s que de individuos y es m�s dif�cil para una persona abrir una cuenta nueva en Caim�n que en Estados Unidos.
Las Islas Caim�n tienen arreglos con el Servicio de Impuesto sobre la Renta y el Departamento de Justicia de Estados Unidos para intercambiar informaci�n sobre presuntos delincuentes, evasores de impuestos y terroristas. Si usted es un maleante, no le recomiendo tratar de abrir cuentas bancarias en Caim�n ni en Suiza porque ni los bancos ni los gobiernos lo proteger�n.
Sin embargo, la gente honesta se beneficia de una razonable privacidad bancaria en esos lugares y la realidad es que m�s �lavado de dinero� ocurre en Nueva York y en Londres que en lugares como Caim�n y Suiza.
Mucha gente cree que hay monta�as de dinero en efectivo y en oro en las b�vedas de Caim�n. La realidad es que hay muy poco efectivo y casi nada de oro. Lo que las Islas Caim�n y otras jurisdicciones llamadas �offshore� proporcionan es un lugar donde las grandes compa��as e instituciones financieras concentran recursos �de forma electr�nica- sin ser gravados o sujetos a costosas e innecesarias regulaciones, hasta que ese dinero pueda ser productivamente reinvertido en alg�n otro lugar del mundo. Las transferencias se llevan a cabo en cuesti�n de segundos.
La mayor�a del dinero que pasa por las Islas Caim�n es invertido en Estados Unidos. Alrededor de un mill�n de millones de d�lares (un bill�n en espa�ol o un trill�n en ingl�s) pasan por las Islas Caim�n cada a�o, pero ese dinero no est� f�sicamente all� ni es propiedad de los isle�os. Ellos se ganan la vida como abogados o contadores y dando buen servicio financiero y tur�stico.
El dinero pertenece a millones de inversionistas en empresas de todo el mundo, muchos de los cuales no est�n conscientes que parte de sus inversiones son reempaquetadas en Caim�n para ser luego colocadas m�s eficientemente en otras partes del mundo.
La gente no sabe que el mundo ser�a m�s pobre si lugares como Caim�n no existieran. El mundo moderno depende de las inversiones de capital. El capital financiero es necesario para establecer f�bricas, comprar maquinaria, financiar investigaciones, contratar personal y desarrollar nuevos productos, incluyendo medicinas milagrosas. Muchos pa�ses imponen altos impuestos al capital, lo cual significa menor inversi�n y baja creaci�n de empleos.
Ni las personas ni las empresas ahorran si esos ahorros son altamente gravados con impuestos. Y sin ahorro no hay nuevas inversiones.
El crecimiento econ�mico mundial se maximiza cuando el capital se invierte en actividades y empresas con alta rentabilidad despu�s de impuestos. Lugares como Caim�n proveen ambientes m�s eficientes y de bajo costo para que las instituciones tengan acceso y utilicen capital, con seguridad jur�dica. Por eso la mayor�a de los grandes bancos internacionales operan en las Islas Caim�n, as� como cientos de compa��as de seguros y miles de fondos de inversiones.
Debido a que existen lugares como las Islas Caim�n, hay m�s gente dispuesta ahorrar y a invertir. Sin esos centros, la utilizaci�n del capital ser�a menos eficiente.
Muchos pol�ticos quieren acabar con los centros financieros como Caim�n porque no castigan al capital con altos impuestos. Lo que lograr�an es reducir el ahorro y las inversiones alrededor del mundo. Si no quieren que los fondos fluyan hacia Caim�n, que procedan a bajar los impuestos en sus pa�ses.
Publicado originalmente en Aipenet