Una visita a los sitios arqueol�gicos Rumipamba y La Florida basta para desmoronar lo aprendido en la escuela e incluso en la Universidad respecto de la historia prehisp�nica de Quito.
Los dos son los principales hallazgos precolombinos en la actual zona urbana de Quito y, seg�n la interpretaci�n de cient�ficos, develan que la llegada de los incas a estas tierras no suplant� culturalmente a los quitus.
�La conciencia social de nuestro pueblo lleva a decir que todo lo antiguo es inca, pero no hay tal�, se�ala H�lger Jara, arque�logo y jefe de Investigaci�n del Fondo de Salvamento de Patrimonio Cultural (Fonsal).
El Mapa Arqueol�gico de Quito, que es levantado por ese ente, precisa que apenas el 3% del material cultural hallado en 3 500 sitios arqueol�gicos de la ciudad es de filiaci�n inca.
�Eso significa que su presencia fue temporalmente corta y no tan fuerte como se cree. Lo cierto es que ellos llegaron y construyeron sus pucar�s (estructuras militares incas en las cordilleras que circundan a la actual urbe) y dominaron pol�tica y militarmente, pero no culturalmente�. Seg�n los estudios, la mayor parte de la cultura hallada por Espa�a fue quitu.
El historiador Juan Paz y Mi�o refiere que �la presencia inca en el Ecuador fue tard�a, porque se realiz� durante la segunda mitad del siglo XV, de manera que el incario ten�a como m�ximo unos 60 a�os de ocupaci�n del territorio ecuatoriano, m�s en el sur que en las regiones del norte�.
Los arque�logos hemos excavado casi todo el Centro Hist�rico, a nivel de los monumentos religiosos y, con toda sinceridad, dice Jara, cient�ficamente no hemos hallado muros ni evidencia de una gran ciudad inca.
�Los arque�logos nos resistimos a aceptar que los atrios de Carondelet, San Francisco, Sagrados Corazones o La Merced tienen bases incas. Quienes conocemos la arquitectura inca sabemos que ellos nunca utilizaron el mortero de cal y arena�.
Seg�n el Mapa Arqueol�gico, en Rumipamba y La Florida ni siquiera se encontr� el 1% de presencia inca.
En 1999, en Rumipamba (cerca de la av. Occidental) se detectaron murales quitus (sin cer�micas, propias del incario), bases de estructuras arquitect�nicas, osamentas, vasijas y un culunco (camino como acequia), correspondientes al Per�odo de Integraci�n (500 a 1500 d.C.).
La investigaci�n arqueol�gica determin� que la cultura quitu all� asentada estaba integrada por comerciantes. Los culuncos (caminos trincheras con m�s de cuatro metros de profundidad) eran los caminos del pueblo yumbo, asentado al noroccidente, en Tulipe. Los yumbos eran el nexo entre los quitus y la Costa.
Una evidencia de que hace m�s de mil a�os las riquezas de la Costa llegaban a la Sierra se encontr� en el 2002 en La Florida, en una tumba de pozo, a cerca de 17 metros de profundidad.
All� se hallaron 16 fallecidos y 32 vasijas de barro del a�o 660 despu�s de Cristo. �Pero dos difuntos se conservaron casi intactos por su atuendo de concha spondylus�, se�ala el arque�logo Alfredo Santamar�a, quien en 1984 detect� la necr�polis.
El descubrimiento del 2002 permiti� en los �ltimos meses una nueva interpretaci�n. El an�lisis de osamentas de los dos cuerpos estableci� su sexo: un hombre y una mujer (por el estudio de la pelvis). El f�mur estableci� su estatura (1,55 m el hombre y 1,45 m la mujer), las piezas dentales, su edad (45 y 25 a�os).
Los dos abor�genes ten�an accesorios de oro, plata y cobre, y armas de caza, �lo cual indica que hab�a equidad de g�nero�, dice Santamar�a.
El hallazgo del Fonsal no solo determin� que esos pueblos eran pac�ficos, mercaderes y con una dieta basada en ma�z; sino que desemboc� en otras investigaciones cient�ficas.
Paola Le�n, odont�loga forense colombiana, realiz� un trabajo de reconstrucci�n facial con los cr�neos y recre� los rostros de los dos abor�genes, usando una t�cnica de proyecci�n sobre la estructura �sea. Ahora se conoce que eran parecidos a los capitalinos mestizos de la actualidad.
C�sar Paz y Mi�o, director del Laboratorio de Gen�tica Molecular de la U. Cat�lica, busca recuperar c�lulas aparentemente epiteliales para reconstruir el ADN y determinar el origen gen�tico de los abor�genes.
Javier Carvajal, jefe del �rea de levaduras del Laboratorio de Bioqu�mica de la Cat�lica, dirige al equipo que hall� seis tipos de levaduras en vasijas. En su laboratorio se cultivaron las cepas y se logr� recrear el sabor de la chicha prehisp�nica, colocada en las tumbas como ofrenda.
�Es la primera vez que se hace una investigaci�n as� en el mundo. Se buscaron levaduras en restos arqueol�gicos de China y Egipto, pero no se las ha recuperado vivas�, dice Carvajal.
�Es un aporte cultural �nico. Ten�amos una pel�cula en blanco y negro y ahora le damos profundidad, color a la historia. Se puede percibir y decir esto se beb�a aqu� hace 1 500 a�os�.
En julio, sus hallazgos al microscopio fueron identificados en la colecci�n brit�nica de levaduras. �Fue curioso ver que la domesticaci�n de la levadura por excelencia del viejo mundo, la Saccharomyces cerevisiae, que es la que se compra en las tiendas, no estaba en las vasijas de barro�.
El estudio adem�s determin� el descubrimiento de una nueva especie de levadura. �Nos ha puesto en el mapa mundial de investigaci�n�.
La nueva especie es pigmentada, de color rosa-anaranjado, y Carvajal cree que si se la desarrolla puede darse a las truchas para lograr su pigmentaci�n, en lugar de usar zanahorias.
�Ocurre que encontramos material quitu en Pichincha, Imbabura, Cotopaxi, Tungurahua, Bol�var, Manab�...�, dice el arque�logo Jara. �Es un territorio tan amplio, que podr�a ser el origen de la naci�n ecuatoriana�.
Publicado originalmente en El Comercio