Adem�s, dichos escol�sticos formularon varias de las doctrinas econ�micas que a finales del siglo XIX ser�an sistematizadas por los fundadores de la escuela austriaca o austriana de econom�a, Menger y B�hm�Bawerk, quienes corrigieron varios de los errores de Smith, Ricardo y Marx
Probablemente, el m�s libertario de todos los escol�sticos fue el jesuita Juan de Mariana. Naci� en Talavera de la Reina. A los 16 a�os ingres� en la Compa��a de Jes�s. A los 24 fue trasladado a Roma para ense�ar teolog�a. De all� fue trasladado a Sicilia y luego a la Universidad de Par�s. En 1574 regres� a Espa�a y vivi� en Toledo hasta su muerte a los 87 a�os.
Su primer libro con contenido libertario fue De rege et regis institutione (Sobre el rey y la instituci�n real), en el que defiende el tiranicidio. Seg�n Mariana, cualquier ciudadano puede leg�timamente asesinar a un rey que impone tributos sin el consentimiento de la gente, se apodera de la propiedad de los s�bditos, impide las reuniones del parlamento democr�tico, construye obras fara�nicas o crea polic�as secretas para impedir que los ciudadanos se quejen libremente. Yo me acord� de Mariana cuando el cardenal Ortega exhort� a rezar por la salud de Fidel Castro.
El libro fue quemado en Par�s porque parece ser que su doctrina se utiliz� para justificar los asesinatos de Enrique III y Enrique IV. En Espa�a el libro fue respetado. De hecho, lo que Mariana hizo fue llevar a su conclusi�n l�gica la idea de que la ley natural es superior al poder del Estado. Esta idea ya hab�a sido desarrollada por Francisco de Vitoria, fundador del derecho internacional.
Quiz�s el libro m�s importante de Mariana es De monetae mutatione (Sobre la alteraci�n de la moneda). All� afirma que el rey no puede obtener ingresos adicionales disminuyendo el contenido met�lico. Mariana observ� que la reducci�n del contenido met�lico y el aumento de las monedas en circulaci�n era simplemente una forma de inflaci�n, lo que inevitablemente producir�a un aumento de los precios. Este libro, escrito a sus 73 a�os, le acarre� la detenci�n perpetua, que cumpli� en un convento de franciscanos.
Hay que notar tambi�n que Mariana sostiene que la "estimaci�n com�n" de la gente es el origen del valor de las cosas, en lo cual sigue la doctrina subjetivista iniciada por Covarrubias.
Al explicar los efectos de la inflaci�n, Mariana list� los elementos b�sicos de la teor�a cuantitativa del dinero. Tambi�n consider� la inflaci�n como un impuesto. Adem�s neg� que se pudiera contrarrestar la inflaci�n mediante el control de precios, ya que la experiencia demuestra que nunca ha funcionado. Claro que a nosotros nos va a funcionar porque somos m�s inteligentes.
Para evitar la inflaci�n Mariana defendi� el presupuesto p�blico balanceado. Para ello recomend� reducir los gastos de la familia real y los favores del rey para con cierto tipo de vasallos. Parece que el rentismo es de vieja data.
Mariana escribi� otro libro importante titulado Discurso de las enfermedades de la Compa��a. All� critic� la jerarqu�a militar establecida en la orden jesuita y desarroll� la idea austriaca de que los jefes no pueden coordinar en detalle las actividades de todos los miembros porque no tienen informaci�n suficiente.
Mariana critic� tambi�n la inflaci�n legislativa, tan com�n en nuestros d�as, en estos t�rminos: "Cuando las leyes son muchas en demas�a, y como no todas se pueden guardar, ni a�n saber, a todas se pierde el respeto". M�s de dos siglos despu�s, Bastiat acu�� una de sus memorables sentencias: "Para que las leyes sean respetadas deben ser respetables".
En resumen, Mariana y los otros escol�sticos enunciaron varios de los elementos que posteriormente fueron desarrollados por la escuela austriaca, como los 10 siguientes: teor�a subjetiva del valor; relaci�n correcta entre precios y costos; naturaleza din�mica del mercado e imposibilidad del modelo de equilibrio; concepto de competencia como rivalidad entre vendedores; principio de la preferencia temporal; influencia de la inflaci�n sobre los precios; efectos negativos de la banca de reserva fraccionaria; los dep�sitos bancarios como parte de la oferta monetaria; imposibilidad de organizar la sociedad mediante mandatos coercitivos, debido a la falta de informaci�n; cualquier intervenci�n del Estado en el mercado viola la ley natural.
Nunca dejo de asombrarme ante la perspicacia de este grupo que, dedicado b�sicamente al cultivo de la teolog�a, no obstante fueron capaces de notables contribuciones en el campo de la econom�a.
Publicado originalmente en Prensa (Panam�)