Pocos se f�an ya del vecino sabelotodo en botica que anta�o lo mismo ofrec�a un Nolotil que recomendaba un chorro de miel para combatir un catarro. La enciclopedia de La salud es cosa suya, con la foto de Ram�n S�nchez-Oca�a en la portada, coge polvo en la estanter�a del sal�n. No se consulta. Al m�dico de cabecera todav�a se le hace caso. Eso s�, antes o despu�s de cada visita, el paciente acude al or�culo que todo lo sabe: el doctor Google. All�, quien m�s y quien menos confirma que los 37� de fiebre que tiene no cabe duda que son causados por el Dengue o que, desgraciadamente, es la �nica persona de Gipuzkoa que padece lepra !Qu� fatalidad! Otros se felicitan de adquirir a precio de ganga un paquete de Viagra en una web de habla inglesa con sede en Kuala Lampur.
Los contenidos de salud se han convertido, tras los de sexo y deportes, en los m�s buscados en internet. Seg�n un reciente estudio realizado por Google Espa�a, uno de los principales motores de b�squeda, el 85% de los enfermos que disponen aceso a la red usan este medio para estar informados en asuntos de salud. Luego trasladan sus inquietudes y temores al m�dico.
�Hay qui�n viene a la consulta con temas un tanto raros que ha sacado de internet. Que si ondas electromagn�ticas, que si las antenas que tiene cerca de casa, que si temas esot�ricos relacionados con la salud que le hacen somatizar cosas... Y te dicen que eso que han le�do en una pagina web es lo que les ocurre a ellos�, afirma V�ctor Rubio, m�dico de familia del ambulatorio de Irun.
Relaci�n m�dico-paciente
La generalizaci�n del uso de internet y el acceso a la informaci�n m�dica en la red est� empezando a cambiar la tradicional relaci�n m�dico paciente. De hecho, el 95% de los facultativos de atenci�n primaria asegura haber recibido alguna consulta de los pacientes sobre informaci�n que hab�an obtenido en internet, seg�n un estudio del Colegio de M�dico de Barcelona. En ocasiones, los enfermos visitan webs rigurosas que sirven para aclarar o confirmar determinados conceptos; en otros casos, los internautas caen en p�ginas pseudo m�dicas, cercanas al curanderismo virtual, con los riesgos que ello conlleva.
�Desde que existe internet, la relaci�n m�dico paciente ha cambiado, sobre todo con usuarios j�venes, que son quienes m�s tienen acceso a la red. Con la gente de nivel cultural elevado el entendimiento es m�s sencillo, pero con aquellos de un nivel cultural m�s bajo que recaban informaci�n en internet, ah� es m�s complicado�, reconoce Juan Larraz, jefe de Ginecolog�a del Hospital Donostia.
Los pacientes �cuentan con m�s informaci�n� pero, depende del uso que se haga de ella, �genera dudas, distorsiones, ansiedad, peligro de automedicarse...�, afirma V�ctor Rubio. En su opini�n, �si esta pr�ctica va en aumento, la relaci�n de confianza entre el m�dico y el paciente va a verse afectada�.
En unos casos, los enfermos acuden a la consulta con un diagn�stico previo �sacado de una web�. En otros, utilizan la red de redes a la b�squeda de una segunda opini�n m�dica que confirme o desmienta lo que el profesional le acaba de decir. Eso s�, muchos se guardan un as bajo la manga. Menos de la mitad comentan su consulta virtual con su m�dico y esperan acontecimientos. �El problema es cuando viene el enfermo en plan a cazarte, despu�s de haber le�do algo en internet. Ah� s� se corre el peligro a romper esa relaci�n m�dico-paciente�, asegura Jos� Manuel Merino, neum�logo del Hospital Donostia, que prefiere apostar por las oportunidades que aporta la red de redes.
Eso s�, Merino reconoce que, en casos extremos, hay usuarios que no dudan en acudir a la consulta del m�dico con �el dosier completo sobre una enfermedad un poco rara reci�n impreso de una p�gina web. En esos casos, se les aclara y se acab�.
El ginec�logo Juan Larraz ve adem�s en el acceso de determinados pacientes a p�ginas de salud el riesgo de �alarmismo�, por la tendencia que tienen algunas personas �a quedarse con lo peor� o al dificultad de interpretar determinados contenidos m�dicos. �Ocurre por ejemplo con la patolog�a del cuello de �tero. Hay chicas que autom�ticamente entran en internet en cuanto les hablas de lesiones premalignas que aparecen en una citolog�a. En muchos casos es una lesi�n de un grado muy bajo que desaparece sola, pero la joven entra en internet y !caramba� en una web le dicen que eso puede terminar en un c�ncer de cuello de �tero�. Luego regresan a la consulta y �requiere un tiempo adicional para tranquilizar a la paciente y decirle que no ha sabido interpretar la informaci�n que ha le�do en internet�. Falsa alarma.
Contenidos dudosos
Junto a la amenaza de la p�rdida de la confianza en la relaci�n m�dico paciente, los paseos sanitarios por internet guardan un riesgo no menos importante. �No toda la informaci�n en la red est� contrastada, ni tiene los niveles de evidencia necesaria, ni respaldo cient�fico. Adem�s, alguien que accede a esa informaci�n no siempre tiene capacidad para poder discernir lo que es cient�ficamente comprobable y lo que no lo es. Eso genera dudas y ansiedad�.
Por la red, junto a contenidos acreditados y realizados por instituciones, profesionales y centros hospitalarios, abundan p�ginas pesudom�dicas repletas de �remedios caseros� y aut�nticas tiendas virtuales de productos milagro de dudosa composici�n. �Hay p�ginas en las que se venden muchos medicamentos, desde Viagra u otros para potenciar las relaciones sexuales, hasta las cosas m�s peregrinas como vitaminas que rejuvenecen. Se venden m�ltiples productos sin control con una intenci�n �nicamente lucrativa, que juega con la voluntad de la gente�, a�ade el m�dico V�ctor Rubio.
Riesgos aparte, los expertos coinciden en las bondades que tambi�n atesora internet, si los pacientes hacen un uso adecuado de esa informaci�n. �El mejor consejo es que pregunten a su m�dico cu�les son las webs seguras y fiables para consultar. En esos casos, se refuerza el diagn�stico y la relaci�n con el enfermo�, cuenta Jos� Manuel Merino.
En cualquiera de los casos, el doctor Google nunca �debe sustituir la relaci�n del paciente con el m�dico�.
Publicado originalmente en Diario Vasco (Espa�a)