Resulta curioso lo que est� ocurriendo con un mineral denominado colt�n, del que se extraen niobio y t�ntalo, y que en los �ltimos 10 a�os ha sido blanco estrat�gico de las compa��as de exploraci�n minera, tema de controversia social y medioambiental e incluso objeto de debate en las propias Naciones Unidas.
El colt�n no es realmente ning�n mineral establecido. Es un t�rmino que no se utiliza en el lenguaje cient�fico y que responde a la contracci�n de dos minerales bien conocidos: la columbita, �xido de niobio con hierro y manganeso (Fe, Mn), Nb2O6 y la tantalita, �xido de t�ntalo con hierro y manganeso (Fe, Mn), Ta2
O6. Estos �xidos constituyen una soluci�n s�lida completa entre ambos minerales; son escasos en la naturaleza y un claro ejemplo de c�mo el avance tecnol�gico contribuye a que materiales considerados simples curiosidades mineral�gicas sean cruciales debido a sus nuevas aplicaciones.
El colt�n es fundamental para el desarrollo de nuevas tecnolog�as: telefon�a m�vil, fabricaci�n de ordenadores, videojuegos, armas inteligentes, medicina (implantes), industria aeroespacial, levitaci�n magn�tica, etc�tera. Esto es debido a sus singulares propiedades, tales como superconductividad, car�cter ultrarrefractario (minerales capaces de soportar temperaturas muy elevadas), ser un capacitor (almacena carga el�ctrica temporal y la libera cuando se necesita), alta resistencia a la corrosi�n y a la alteraci�n en general, que incluso le hacen id�neo como material privilegiado para su uso extraterrestre en la Estaci�n Espacial Internacional y en futuras plataformas y bases espaciales.
Los yacimientos m�s importantes de origen primario est�n asociados a granitos alcalinos y rocas relacionadas, como pegmatitas, asociado con cuarzo, feldespatos, micas, turmalina, microclima, monazita, casiterita, berilo, espodumena y wolframita, entre otros. Sin embargo, destacan tambi�n los dep�sitos de alteraci�n y aluviales, como los de tipo placer, originados por la erosi�n, transporte y concentraci�n de los primarios, por ser m�s f�cilmente recuperables con t�cnicas de extracci�n menos costosas.
Los principales productores mundiales son Australia, Brasil, Canad� y algunos pa�ses africanos (Rep�blica Popular del Congo, Ruanda y Etiop�a), aunque sus reservas base son pr�cticamente desconocidas para todos ellos. El valor del niobio consumido en 2006 fue de 118 millones de d�lares americanos, y el de t�ntalo de 164 millones. Espa�a es deficitaria en niobio y t�ntalo, aunque es cierto que no existen estudios detallados de esta materia prima y los trabajos de exploraci�n minera realizados hasta el momento son escasos y poco conocidos. Curiosamente s� es posible encontrar vendedores de colt�n en nuestro pa�s.
Su explotaci�n en �frica ha estado, y est�, ligada a conflictos b�licos para conseguir el control de este material, condiciones de explotaci�n en r�gimen de semiesclavitud, desastres medioambientales con grav�simas repercusiones en la fauna local de especies protegidas (gorilas, elefantes), e incluso a graves problemas de salud asociados con los arcaicos e infrahumanos m�todos de explotaci�n.
Para comprender el papel decisivo del colt�n en relaci�n con estos problemas y conflictos hay que recurrir al magn�fico y pionero reportaje de Ram�n Lobo (EL PA�S, 2 de septiembre de 2001), as� como a otros informes especializados, como el elaborado en 2004 por las prestigiosas International Alert y The Pole Institute y los que se vienen realizando desde junio de 2000 por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Muy recientemente se ha puesto de manifiesto un problema adicional, que podr�a tener consecuencias graves, relacionado con la explotaci�n artesanal del colt�n en la Rep�blica Popular del Congo y que est� directamente relacionado con las parag�nesis minerales t�picas de estos yacimientos. Elementos como el uranio, el torio y el radio, entre otros, pueden aparecer formando fases minerales ex�ticas, asociadas al colt�n, o estar incluso presentes en la propia estructura cristalina de la columbita y tantalita. En el �ltimo n�mero de 2007 de la revista Journal of Radiological Protection, cient�ficos del Departamento de F�sica y del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad de Nairobi han evidenciado dosis de radiaci�n en los trabajadores congole�os que se dedican de forma artesanal a la extracci�n de colt�n de hasta 18 mSv por a�o.
Aunque ha salido a la luz el problema socioecon�mico, medioambiental y pol�tico relacionado con la mala explotaci�n y comercializaci�n de esta materia prima, la crisis ligada a su extracci�n todav�a contin�a, y los estudios cient�ficos sobre el colt�n son a�n insuficientes. Una clara prueba de ello se evidencia al realizar una b�squeda en la base de datos cient�fica, SCI/web of science, comparando el n�mero de art�culos cient�ficos relativos a los t�rminos columbita, tantalita y colt�n. Los resultados obtenidos revelan que, mientras que existen 183 referencias sobre tantalita y 474 sobre columbita, solamente hay un �nico art�culo cient�fico referido al colt�n realizado en 2002. Este dato es especialmente relevante si se considera que estudios mineral�gicos y geoqu�micos detallados sobre muestras de colt�n de distintas �reas permitir�an servir de herramienta para identificar los afloramientos geol�gicos de procedencia y ayudar as� a controlar su tr�fico ilegal.
Rosario Lunar es catedr�tica de Yacimientos Minerales de la UCM. Jes�s Mart�nez Fr�as es investigador Cient�fico del CSIC.
Publicado originalmente en El Pa�s (Espa�a)