Desde el 24 de mayo, los ministros de medio ambiente del Grupo de los 8 (G-8 en ingl�s) estar�n en Jap�n para iniciar su encuentro anual. Mientras tanto en Londres, la academia cient�fica m�s antigua del mundo, la Royal Society of London, se ha vuelto recientemente una verborragia defensora del alarmismo clim�tico. Entre los miembros de la RS se incluyen Isaac Newton y Charles Darwin.
Pero, bajo la conducci�n anterior de Lord Robert May, la Society parece haber dado un giro equivocado. Incluso intentaron sumar a otras academias cient�ficas para que se les uniesen en un manifiesto alarmista. No obstante, la U.S. National Academy, pese a compartir algunas de esas opiniones, decidi� no suscribirlo, y la dAcademia Rusa de Ciencias ha asumido la posici�n opuesta.
En junio de 2007, la Royal Society public� un panfleto intitulado "Climate Change Controversies: a simple guide" ("Controversias sobre el Cambio Clim�tico: Una gu�a sencilla"); pensado para socavar los argumentos cient�ficos de los esc�pticos clim�ticos. Presentaron lo que denominaron "argumentos enga�osos" sobre el calentamiento global y luego intentaron derribarlos.
Mi respuesta a la RS est� basada en los trabajos de unas dos docenas de cient�ficos clim�ticos independientes de 16 naciones que contribuyeron al informe del Panel No-Gubernamental Internacional sobre el Cambio Clim�tico o NIPCC, intitulado "Nature, Not Human Activity, Rules the Climate" ("La naturaleza, no la actividad humana, gobierna el clima"). El NIPCC corrige varios de los errores y aserciones equivocadas realizados en el informe del IPCC, discute la evidencia ignorada por el IPCC y cita evidencia disponible desde mayo de 2006, fecha de corte del m�s reciente informe del IPCC de mayo de 2007.
Para contrarrestar el panfleto de la RS, he elaborado una respuesta que ser� publicada ma�ana por el Centre for Policy Studies con sede en Londres bajo el t�tulo de "Not so simple? A scientific response to the Royal Society"s paper" ("�No tan sencillo? Una respuesta cient�fica al trabajo de la Royal Society").
En todo momento, la Royal Society ha dependido fuertemente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Clim�tico (IPCC) de las Naciones Unidas, que sol�a ser considerado como una fuente confiable de informaci�n cient�fica. La RS adopta de este modo la aseveraci�n del IPCC de que el calentamiento actual es casi con certeza antropog�nico (causado por los humanos) pero no presenta evidencia independiente alguna para apoyar dicha afirmaci�n.
En su panfleto, la Royal Society pretende hablar en nombre de un consenso de cient�ficos. Pero ning�n consenso as� existe. El sondeo directo de cient�ficos clim�ticos ha demostrado que alrededor del 30% son "esc�pticos" del calentamiento global antropog�nico. M�s de 31.000 cient�ficos estadounidenses suscribieron recientemente el Petitorio de Oreg�n, el cual expresa dudas acerca de las principales conclusiones del IPCC y se opone a las dr�sticas exigencias de mitigaci�n del Protocolo de Kioto y a la propuesta legislaci�n sobre "l�mites m�ximos y comercio" del Congreso de los EE.UU..
Los argumentos con base cient�fica en favor de un enfoque m�s racional del calentamiento global y del cambio clim�tico pueden sintetizarse del siguiente modo:
- El clima de la tierra ha cambiado siempre, con ciclos tanto de calentamiento como de enfriamiento, mucho antes de que los humanos fuesen un factor. La extensi�n del ciclo abarca desde d�cadas hasta el ciclo de 1.500 a�os descubierto en los n�cleos de hielo de Groenlandia, a las 17 eras de hielo que dominaron los �ltimos dos millones de a�os.
- El informe del NIPCC presenta evidencia s�lida de que cualquier calentamiento global causado por los humanos hasta la fecha ha sido insignificante en comparaci�n con estos ciclos clim�ticos naturales. En contraste, el IPCC no posee evidencia real alguna para apoyar su afirmaci�n del calentamiento global antropog�nico.
- Mientras los recientes incrementos en el di�xido de carbono atmosf�rico de origen humano pueden, en principio, contribuir de alguna forma al aumento de la temperatura, las vinculaciones asumidas a fin de predecir un calentamiento global significativo en el futuro no est�n probados.
- Contrariamente a las simulaciones de computadora de los modelos clim�ticos, las temperaturas no han subido durante la �ltima d�cada-a pesar de un continuo incremento en los niveles de CO2.
- Otros factores, tales como la actividad solar variable, el viento solar y los rayos c�smicos, parecen haber tenido todos un impacto m�s significativo sobre el clima de la tierra.
- Las reacciones llenas de p�nico ante los escenarios exagerados del calentamiento global est�n destinados a ser costosos y causar graves da�os al desarrollo econ�mico del mundo.
- La adaptaci�n, no la mitigaci�n, es una respuesta m�s apropiada al cambio clim�tico-particularmente para los pa�ses m�s pobres.
El temor al calentamiento global est� distorsionando las pol�ticas en materia energ�tica. Se necesita una acci�n urgente para garantizar las futuras provisiones de energ�a: el cierre de las estaciones impulsadas a carb�n y las viejas estaciones nucleares existentes durante los pr�ximos 10 a 20 a�os arriesga causar un serio faltante de energ�a hasta que la nueva energ�a nuclear pueda empezar a fluir. Incluso la actual resistencia de los manifestantes en contra de los combustibles f�siles ya est� retardando el desarrollo de la muy necesaria capacidad generadora convencional.
Las decisiones que se est�n tomando actualmente acerca del uso de los recursos y los costos impuestos sobre el desarrollo global tendr�n un enorme impacto sobre la prosperidad tanto actual como futura. Es imperativo, por el bien de una pol�tica de desarrollo racional a nivel mundial, que el debate sobre la verdadera naturaleza del calentamiento global y sus causas pase de ser una cuesti�n de aseveraciones y alarmismo exagerado a un debate m�s razonado basado en hechos cient�ficos.
Es una l�stima que la Royal Society, en vez de facilitar el debate, haya tratado de representar err�neamente los honestos puntos de vista de aquellos que son esc�pticos de lo que se ha vuelto la ortodoxia del cambio clim�tico.
Publicado originalmente en El Diario Exterior