El arque�logo ecuatoriano Holguer Jara, apasionado por esa cultura, lleva ya 30 a�os excavando varias zonas noroccidentales de Quito para, seg�n dijo a Efe, desenterrar la "fascinante cultura" de este pueblo de comerciantes, sabios, astr�logos y dioses.
Jara ha instalado su puesto de mando en Tulipe, una peque�a poblaci�n de campesinos, situada unos 70 kil�metros al noroeste de Quito, donde dirige un museo natural para estudiar las costumbres del pueblo Yumbo.
Antes de construir el museo, Jara encontr� en ese sitio seis piscinas, dos rectangulares, dos semicirculares, una zoomorfa y una cuadrada.
Las rectangulares y semicirculares est�n alineadas entre s�, de tal forma que, con algo de abstracci�n, sus bordes y v�rtices se entrelazan en figuras geom�tricas perfectas, que superpuestas crean una cruz cuadrada, com�n en varios pueblos de Sudam�rica.
En uno de los bordes de estas piscinas, cuyas paredes son de piedra, se sit�a una escalinata y en frente los conductos por los que recog�an las aguas.
El agua tampoco recorr�a directamente, sino por angostos canales con esquinas de 90 grados para que el l�quido girara hacia la direcci�n de las piscinas.
Junto a las rectangulares, hay otra piscina poligonal, que Jara interpreta como un felino agazapado, y que recib�a el agua directamente desde otra alberca cuadrada, la �nica que puede llenarse del l�quido.
Jara no se explica qu� importancia pudo tener esa formaci�n para los yumbos y por qu� se juntaron en ese sitio seis piscinas.
Lo que s� tiene explicaci�n para el arque�logo es otra piscina construida a unos 700 metros de distancia, una circunferencia perfecta, a cuyo centro se puede llegar por un pasadizo elevado.
El cient�fico est� seguro de que esa piscina redonda es realmente un gran espejo instalado en un centro astrol�gico destinado al conocimiento del cielo, las estrellas y de lo divino.
Esa piscina esta delineada con cinco c�rculos de piedras, que representan la cosmovisi�n de la cultura aborigen pues, Jara supone que la circunferencia era para ellos la perfecci�n.
El hombre mismo era lo m�s perfecto de la realidad, aunque no tanto como Dios, que se representaba con el quinto anillo de la piscina, el m�s alejado del centro y por el que se "sal�a" del mundo sagrado al profano.
Otra de las razones que cautivan a Jara en su estudio de los yumbos son los petroglifos hallados cerca de Tulipe, con grabados en forma de c�rculos, espirales y l�neas rectas.
Por ello, Jara considera que esa cultura ten�an la idea de que los c�rculos representaban la perfecci�n y las espirales la eternidad, que son condiciones divinas.
Esa comunidad aborigen, seg�n los estudios del arque�logo, trabajaba casi todo el tiempo en el transporte y comercio de productos de la sierra a la costa y viceversa.
Por ello construyeron caminos estrechos, como trincheras o zanjas, de hasta ocho metros de profundidad, llamados "culuncos", que serv�an de v�as exclusivas y r�pidas para los caminantes, seg�n se iba o ven�a de la costa a la sierra.
Pero el estudio de esta cultura, olvidada por la historiograf�a tradicional, ha abierto a Jara y al Fondo de Salvamento del Municipio de Quito, un universo para la investigaci�n arqueol�gica sobre las ra�ces e identidad de los pueblos antiguos de la zona.
El pueblo de los yumbos desapareci� a mediados del siglo XVII debido a erupciones de volcanes vecinos, como el Pichincha y el Pululahua.
Los que sobrevivieron a esas cat�strofes tuvieron que remontar la cordillera y dirigirse a tierras seguras en la Amazon�a, donde todav�a existen asentamientos humanos de la cultura de los Yumbos, quienes s�lo recuerdan que provienen "del otro lado" de las monta�as.
Publicado originalmente en La Opini�n (Espa�a)