Dientes artificiales, marcapasos, implantes cocleares y de rodilla e incluso lentes de contacto son aplicaciones de la ingenier�a bi�nica ampliamente extendidas, pero las posibilidades parecen infinitas. En los �ltimos a�os, por ejemplo, han aparecido implantes capaces de estimular la regeneraci�n de los tejidos y desaparecer dejando atr�s un �rgano nuevo. Estos biomateriales de tercera generaci�n, que anticipan lo que podr�a ser el futuro cuerpo bi�nico, fueron los protagonistas de BioBCN 2008, un congreso organizado este mes en Barcelona por la Sociedad Ib�rica de Biomec�nica y Biomateriales, la Universitat Polit�cnica de Catalunya (UPC) y el Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC). Las potencialidades de la bi�nica son enormes, pero tambi�n plantean dilemas: �el material biol�gico humano se convertir� en un negocio? �es �tico invertir en ellos cuando en los pa�ses pobres se sigue muriendo de enfermedades curables?
"Uno de los logros m�s impactantes es la reconstrucci�n de la vejiga humana", explica Elisabeth Engel, investigadora de la UPC y el IBEC. En el 2006, los cient�ficos norteamericanos Robert Langer y Anthony Atala consiguieron por primera vez sustituir una vejiga afectada por c�ncer: combinando un biomaterial hecho de pol�meros con c�lulas del paciente, consiguieron que un �rgano sano creciera en su cuerpo a partir de los restos sanos de vejiga.
Concepto
"El concepto de bi�nica es muy antiguo", explica Josep Planell, catedr�tico de Ciencia de los Materiales de la UPC y director del IBEC. "En cierto sentido, el Capit�n Garfio es un hombre bi�nico, ya que lleva un objeto artificial en sustituci�n de una parte del cuerpo", a�ade bromeando. La novedad es que la compenetraci�n entre el cuerpo y sus complementos es cada vez m�s profunda. A principios del siglo pasado se buscaba que los implantes fueran inertes para evitar los rechazos. En los a�os 50 y 60 se introdujeron los conceptos de biocompatibilidad, es decir, que el implante se integrara en el cuerpo sin producir rechazo, y de biodegradabilidad, que desapareciera tras haber llevado a cabo su tarea, explica Engel: "Hoy perseguimos una tercera generaci�n de biomateriales: sustancias capaces de enviar se�ales al cuerpo para estimular la regeneraci�n de tejidos".
El IBEC est� trabajando en una especie de andamio para propiciar el crecimiento de huesos artificiales. Las aplicaciones abarcar�an desde tratamientos para el c�ncer �seo hasta la recuperaci�n de fracturas especialmente complicadas, aunque de momento los implantes experimentales se limitan a conejos y ovejas. Los andamios son cilindros de diversas dimensiones hechos de un material inteligente poroso. Cuando se implantan en sustituci�n del tramo de hueso da�ado, atraen y estimulan el crecimiento de c�lulas en los poros y propician la regeneraci�n de la parte ausente. Los investigadores est�n experimentando tambi�n con mol�culas enlazadas a la superficie artificial que env�en se�ales a las c�lulas de la m�dula.
"El interfaz entre la superficie artificial y el tejido sano es muy importante -explica Planell-. Por ejemplo, una superficie rugosa e hidrof�lica puede facilitar la regeneraci�n". En el centro se est�n llevando a cabo estudios con superficies tratadas con t�cnicas de nanotecnolog�a y neuronas. Los investigadores producen peque�as placas capaces de dirigir el crecimiento de las neuronas y las siembran de mol�culas que potencian y conducen el proceso.
Ojo tecnol�gico
"A�n no existen sustitutos bi�nicos para cada �rgano y es probable que en algunos casos nunca se logre -comenta Engel-. Pero no hace falta aventurarse en la dificil�sima empresa de fabricar un ojo cuando en muchos casos es suficiente con una lentilla para resolver los problemas". Asimismo, no ser� f�cil sustituir los transplantes de ri��n, h�gado, pulm�n y coraz�n. Finalmente, es posible que la bi�nica se complemente con la medicina regenerativa, que apunta --quiz� con demasiada ambici�n de momento-- a estimular la regeneraci�n de un �rgano a partir del �nico ingrediente de las c�lulas madre. "Hay m�s que una empresa en Espa�a que desarrolla aplicaciones a implantes dentales o cardiovasculares -concluye Engel-. La bi�nica parece viable tambi�n comercialmente".
Publicado originalmente en El Peri�dico (Espa�a)