La tarde en el King"s College de la Universidad de Cambridge transcurr�a con quietud. Mientras un nuevo mundo se erig�a de entre los escombros de Europa, John Maynard Keynes conversaba con su supuesta ant�tesis intelectual, Friedrich August Hayek. Intervencionismo frente a liberalismo. �Qu� poco ha llovido desde entonces! Keynes se explayaba explicando la situaci�n del coleccionismo de libros del periodo isabelino. Inesperadamente -porque ellos �nunca hablaban de Econom�a�-, Hayek le pregunt� si no le preocupaba la forma en la que los que se llamaban "keynesianos" aplicaban sus teor�as. �Ah... No son m�s que unos tontos. Puede creerme, Hayek, mis ideas han ca�do en el olvido�.
Pero la muerte le sorprendi� seis semanas despu�s y pocos supieron que en aquella tarde l�nguida de 1946, Keynes hab�a aceptado su derrota. Para entonces, el flem�tico economista brit�nico ya hab�a asentado su legado en forma de los Acuerdos de Bretton Woods, que regir�an la econom�a durante las siguientes d�cadas. Hayek tuvo que esperar el colapso de los a�os 70 para ver como se reconoc�an los m�ritos del ideario liberal. Parec�a que por fin el mundo sab�a qui�n hab�a sido el aut�ntico vencedor de uno de los debates m�s apasionantes de la Historia.
Habr�a que remontarse al periodo de entreguerras. Un austriaco nacido en 1899 llega a Londres para integrarse en el profesorado de la London School of Economics (LSE). Converso al liberalismo por la obra y gracia de Ludwig Von Mises, Hayek no tard� en encontrar su perfecta n�mesis en un reputado profesor de la Universidad de Cambridge. Por entonces, Keynes gozaba de una infabilidad cuasi papal gracias a las virtudes prof�ticas de su ensayo "Las consecuencias econ�micas de la paz." Pese a que en lo econ�mico era un fiel partidario de la intervenci�n del Estado, en el �mbito de la moral puede decirse que Keynes era un liberal, pues como era la t�nica habitual en el grupo de Bloomsbury, no dudaba en deleitarse en impacientes "affaires" homosexuales. Pronto, Keynes y Hayek se enfrentaron. En una materia tan aparentemente abstracta los profesores parec�an dos duelistas marrulleros disput�ndose los favores de una mujer, la Econom�a, ciclot�mica y con tendencia a la depresi�n.
El primer golpe lo asest� Hayek realizando una despiadada cr�tica al "Tratado sobre el dinero" del brit�nico. Keynes reaccion� atacando "Precios y producci�n". En ambas diatribas se definieron las posiciones de las dos escuelas econ�micas. Al identificar lo que parec�a un nexo imperfecto entre ahorro e inversi�n Keynes abr�a las puertas a la intervenci�n gubernamental.
A�os despu�s, los intensos bombardeos sobre Londres hicieron que el claustro de profesores de la LSE se mudara a Cambridge. All�, Hayek intim� con su rival y comparti� sus preocupaciones sobre el peligro que representar�a la inflaci�n -y no la deflaci�n- durante la contienda mundial. Seg�n Hayek, que no se ahorraba iron�as sobre los habituales cambios de opini�n del ingl�s, por entonces �Keynes ya no era "keynesiano"�.
Precisamente la vocaci�n de trabajar con el Gobierno, con el Estado, fue lo que diferenci� a los dos contendientes. Hayek era un economista y Keynes, un hombre de(l) Estado.
Tras su muerte, y pese a que Keynes hab�a alabado "Camino de Servidumbre" y en privado, le hab�a reconocido su derrota, Hayek sigui� analizando la obra de su contrincante. �Me agradaba y le admiraba. Pero no era un buen economista�. En 1974 se le otorg� a Hayek el Nobel de Econom�a. Entonces se le di� como vencedor del duelo econ�mico e intelectual. Hoy, tras la quiebra de Lehman y la crisis "subprime", el resultado del debate vuelve a cuestionarse. �Ha muerto el liberalismo�, claman. �Pero qu� dir�a Keynes de ellos? �Ah... No son m�s que unos tontos�.
Universidad de Cambridge (Reino Unido)
Desde que fuese fundada en 1209 por un grupo de acad�micos de Oxford, la Universidad de Cambridge ha sido el "alma mater" de multitud de personalidades. Isaak Newton no destac� como estudiante, sin embargo desde su c�tedra en el Trinity College enunci� la Ley de Gravitaci�n Universal. Charles Darwin postul� la Teor�a de la Evoluci�n. M�s recientemente, en 1953, Francis Crick y James D. Watson descubrieron la estructura del ADN. Actualmente, el f�sico Stephen Hawking ocupa la c�tedra Newton. Tambi�n ha acogido en sus aulas a una extensa n�mina de literatos: Lord Byron, el m�s excelso poeta rom�ntico, desfil� por sus corredores ataviado con llamativos ropajes. El novelista E. M Forster convirti� el escenario de su juventud en el marco en el que se desarrollar�an algunas de sus novelas. Cambridge tambi�n ser�a testigo de los primeros esbozos po�ticos de la escritora norteamericana Sylvia Plath (en la imagen). Pero sobre todo, la Universidad de Cambridge ha sido la instituci�n predilecta de la clase dirigente brit�nica. Hasta 15 primeros ministros y tres monarcas se han educado en sus prestigiosos "colleges," entre ellos Robert Walpole o el propio Pr�ncipe Carlos. Un prestigio que de medirse cuantitativamente se resumir�a en los 82 premios Nobel cosechados entre ex alumnos y docentes.
Publicado originalmente en El Mundo (Espa�a)