El agua es un recurso vital:
- El 60 a 70 por ciento de nuestros cuerpos son agua.
- Debemos consumir entre 3 y 4 litros diarios.
- Un mil millones de personas no tienen acceso a agua limpia y segura.
- 2,4 mil millones de personas no tienen acceso a servicios de desag�es efectivos.
- En un momento dado, cerca de la mitad de la poblaci�n urbana de �frica, Asia y Am�rica Latina sufren por una o m�s de las enfermedades asociadas con un mal suministro de aguas o deficientes provisiones sanitarias.
- 12 millones de personas mueren por falta de agua anualmente.
La falta de acceso al agua impide a las personas escapar de la pobreza. Son en gran medida las mismas personas las que no tienen acceso al agua limpia, y las que viven en extrema pobreza:
- El agua es necesaria para aumentar la producci�n agraria.
- El agua es necesaria para evitar problemas de salud; las personas pobres tienen dificultad en acceder a servicios de salud si enferman.
- Las personas pobres pasan muchas horas diarias (hasta seis) acarreando agua, a un alto costo de oportunidad.
Carest�a de buenas pol�ticas p�blicas, no de agua
La falta de acceso al agua no quiere decir que hace falta agua, como tal. Claro que el agua es un recurso finito, pero en principio, la oferta de agua es suficiente para satisfacer todos los prop�sitos humanos. Descontando el agua salada del oc�ano y la de los polos, congelada, contamos con 13.500 kil�metros cuadrados � 2.300.000 litros per c�pita. El agua es un recurso renovable.
Existe una conexi�n innegable entre los pa�ses que carecen de desarrollo y los pa�ses en los cuales la poblaci�n no tiene acceso suficiente al agua. El Consejo Mundial del Agua, las Naciones Unidas y otros opinan que la crisis que se vive es una crisis de gobernanza, de mal uso del recurso, aunque no todos est�n de acuerdo sobre cuales son los problemas pol�ticos concretos.
Mucha de la escasez de agua limpia y segura y de servicios sanitarios en el Tercer Mundo puede atribuirse a una sub-inversi�n en infraestructura o a una falta de mantenimiento de la misma. El 97% de toda la distribuci�n del agua en pa�ses pobres es administrada por proveedores gubernamentales. El agua potable no llega o llega por ratos; es de mala calidad; no se puede medir el consumo porque no hay contadores o �stos son deficientes, y por tanto se cobran precios irreales por el suministro de la misma; la tuber�a gotea y m�s.
El control gubernamental sobre el agua ha tra�do consecuencias negativas:
- Se tiende a invertir en grandes obras de infraestructura, como gigantescas represas, que crean oportunidades de corrupci�n y que no traen muchos beneficios a los usuarios.
- La inversi�n p�blica en infraestructura del agua ha provocado serios da�os al medio ambiente. (ejemplo, Uni�n Sovi�tica en los a�os cincuenta)
- Las burocracias encargadas de administrar los servicios de agua han sido d�biles, incompetentes y est�n sujetas a estructuras de incentivos perversos. Las burocracias no sobreviven merced a aumentar el n�mero de clientes y mantenerlos satisfechos, sino dependen de asignaciones presupuestarias.
- Las pol�ticas est�n excesivamente centralizadas para retener el control del agua en unas pocas manos, y los tomadores de decisiones est�n alejados de la realidad. Adem�s, se politizan las decisiones en torno a la administraci�n del agua.
Derechos de agua, la soluci�n a muchos problemas
Un gran problema con las leyes y regulaciones que gobiernan al agua alrededor del mundo es la falta de derechos de propiedad, especialmente la ausencia del derecho a poseer el agua, as� como la ausencia de t�tulos de propiedad sobre la tierra en asentamientos informales en los pa�ses en v�as de desarrollo.
Cuando plante� la Tragedia de lo Comunal, Garrett Hardin demostr� que nadie asume responsabilidad por lo com�n, no hay due�o de lo comunal. El incentivo es a sobre-explotar el recurso en el presente aunque ello implica agotarlo de cara al futuro, porque lo que no extrae una persona lo extraer�n las dem�s.
Si se asignan derechos sobre el agua, entonces �stos se pueden intercambiar y ello aumenta el acceso al agua en dos formas: la cantidad de agua disponible aumenta porque los due�os evitan el desperdicio para producir y repartir lo m�s posible, y el precio del agua cae porque hay una descentralizaci�n en la administraci�n del agua. De hecho, el intercambio espont�neo de agua se produce aun y cuando la ley no lo permite, como ha ocurrido en M�xico, Pakist�n y Sud�frica.
Los derechos de propiedad sobre el agua tienen un efecto positivo sobre su uso y conservaci�n. La posibilidad de intercambiar derechos ayuda a alcanzar el m�ximo uso del recurso. Maximiza el n�mero de personas que tienen acceso al agua limpia y segura. Y el intercambio de derechos tambi�n puede minimizar los conflictos en torno al agua.
Los mercados y los conflictos
Los conflictos en torno al agua han plagado la historia de la humanidad; se han documentado 507 conflictos interestatales alrededor del mundo en los �ltimos cincuenta a�os, incluyendo 21 casos serios. Tambi�n se dan conflictos entre municipalidades y distintos grupos y actores econ�micos. Si los derechos del agua no est�n claramente establecidos, el conflicto parece inevitable.
Por ejemplo, en Warangal, India, los campesinos se roban el agua del canal que distribuye agua a la ciudad porque la asignaci�n que les hace el gobierno es insuficiente y no existen mercados en los cuales pudieran adquirir el agua. No les queda alternativa y las autoridades intentan castigar este comportamiento: hay conflicto. En otras partes de India, han surgido mercados de agua y los usuarios pueden acceder a ella legalmente.
Fredrik Segerfeldt es un director en Timbro y fue estratega de comunicaciones y asesor principal de la Confederaci�n de Empresa Sueca. Aqu� puede obtener el texto entero en formato PDF.
Publicado originalmente en El Cato / Disponible tambi�n en versi�n PDF