El cerebro es la estructura m�s compleja que existe en el universo. Las neuronas que lo componen tienen una organizaci�n tan complicada, que era de esperar que su funci�n tambi�n lo fuera. "El cerebro es el �rgano de la mente".
Seg�n Damasio, el cerebro funciona bien cuando gestiona automatismos. Respirar, andar, ingerir. Pero cuando entran en acci�n los pensamientos, la imaginaci�n, el razonamiento, las emociones o las intuiciones, el mundo parece derrumbarse
Una parte del cerebro es emocional e inconsciente, preocupada sobre todo por sobrevivir y fuertemente unida a nuestra visceralidad. La otra es el cerebro cognitivo, consciente, racional y volcado en el mundo externo. Estos dos cerebros son independientes entre s�, cada uno de ellos contribuye de manera muy distinta a nuestra experiencia de vida y a nuestro comportamiento.
Desde la humilde ameba hasta el ser humano, nacemos con automatismos suficientes para conservar la vida sin aprendizaje previo. La b�squeda de la energ�a, defenderse y reparar las lesiones recibidas, son los postulados b�sicos para mantener nuestra biolog�a.
Darwin manten�a que estamos condenados a vivir dentro de nuestro cerebro con el de los animales que nos han precedido en la evoluci�n. Cada una de estas partes del cerebro esta inhibida por otra de aparici�n posterior, de forma que cuando se rompe este equilibrio, predomina la parte m�s primitiva.
El l�bulo frontal, el �ltimo en aparecer filo gen�ticamente, inhibe al l�bulo l�mbico y al de los reptiles y la ruptura de este equilibrio conduce al descontrol emocional
La integridad estructural y biol�gica cerebral son imprescindibles para que no s�lo los automatismos, sino tambi�n las funciones mentales o superiores, funcionen adecuadamente.
La relaci�n entre lesi�n cerebral y enfermedad fue puesta de manifiesto hace un siglo y medio.
Paul Broca vio que la lesi�n de la tercera circunvoluci�n cerebral frontal produc�a trastornos severos y persistentes del habla y en EEUU, en 1848, un capataz del ferrocarril, Phineas Gage, se perfor� el cr�neo con una larga varilla de hierro que le hizo un enorme agujero de la convexidad del cr�neo, lesion�ndole severamente ambos l�bulos frontales. Vivi� como 15 a�os m�s con indemnidad corporal pero con severos trastornos mentales. De ser �l un hombre de 25 a�os, considerado el m�s eficiente y capacitado del equipo en la opini�n de sus jefes, se torn� en bebedor, incumplidor, incapaz y sobre todo, agresivo y embustero.
Una lesi�n del cerebro alteraba severamente la mente pero no el resto de las funciones cerebrales. Ten�amos, pues, que determinadas lesiones cerebrales produc�an lesiones focales, trastornos del habla y en otros, eran capaces de alterar la mente.
Todos los neur�logos y neurocirujanos hemos tenido ocasi�n de ver este cuadro repetidas veces y no por traumas como el sufrido por Phineas, sino, por hemorragias, trombosis, infecciones e intoxicaciones del cerebro.
Podr�amos extrapolar el caso de Phineas a la violencia que a todos los niveles, vivimos en nuestros d�as. La violencia que estamos viviendo no se explica s�lo por un trastorno de la educaci�n, de la p�rdida de valores, del enfriamiento de la religiosidad, y por tanto no la vamos a reparar educando al mundo.
Nos encontramos ante una lesi�n, f�sica, qu�mica o biol�gica del cerebro que altera nuestra mente y por tanto cualquier programa educacional est� condenado al fracaso.
M�ltiples trabajos de investigaci�n y de observaci�n demuestran que conviven en nuestro cerebro virus de la familia Herpes durante a�os, a los que nuestro sistema inmunitario es capaz de controlar mucho tiempo, pero peri�dicamente se rompe este equilibrio y nos lesionan, con herpes cut�neos, encefalitis y en el decir actual son posiblemente responsables de las enfermedades demenciales como el Alzheimer. Esto lo mantiene entre otros el profesor Fernando Valdivieso, del Centro de Biolog�a Molecular Severo Ochoa, y posiblemente tambi�n sean responsables de alg�n tipo de tumor cerebral.
Por otra parte, la contin�a intoxicaci�n a que nos somete la industrializaci�n puede ser total o parcialmente responsable de los disturbios mentales, entre otras muchas enfermedades. L. Pani, en el Molecular Psychiatry del a�o 2000, afirma: "Existe un desajuste entre el sistema dopamin�rgico que ha permitido a nuestro cerebro evolucionar y las condiciones ambientales actuales en los pa�ses industrializados, que est�n alterando este sistema", y Lynn Margulis y Sagan culpan a las dioxinas de m�ltiples lesiones cerebrales y del resto de nuestra biolog�a.
Yo no creo que esto deba asustarnos, sino m�s bien ilusionarnos. Saber que nuestros problemas de conducta no son un castigo de los dioses, sino una serie de enfermedades cuya causa podemos encontrar y curar o evitar, con el mismo �xito que hemos tenido con m�ltiples enfermedades como la poliomielitis, la difteria, el ulcus g�strico y muchas mas, y tener un hombre con madurez cerebral que le permita tener equilibrio entre la raz�n y la emoci�n.
Quiz�s un equilibrio emocional ideal fuera ya expresado hace 3.000 a�os.
Qui�n en medio del placer no siente deseo, qui�n ha abandonado todo impulso, temor o c�lera; qui�n ni odia ni se entristece. �ste esta s�lidamente en posesi�n de la sabidur�a.
"Mahabharata, en el Bhagavad-Gita o Canto del Bienaventurado".
Publicado originalmente en Diario de Jerez (Espa�a)