Artículos | M�dicas | Fisiolog�a

El debate sobre la despenalizaci�n de la mariguana en M�xico se ha basado en declaraciones de distintos actores pol�ticos, quienes se han puesto a favor o en contra esgrimiendo algunas razones siempre recurrentes, como el hecho que la yerba produce adicci�n, ansiedad o paranoia y que hace que las personas consumidoras disminuyan sus preocupaci�n por las obligaciones escolares.

�Qu� dice la ciencia sobre este asunto?

Los argumentos esgrimidos para oponerse a la legalizaci�n de la mariguana por el Consejo Nacional de las Adicciones (Conadic) pueden ser consultados en su p�gina de internet, la cual presenta un estudio donde se afirma que la droga genera adicci�n porque cada vez se necesitan mayores dosis para sentir los mismos efectos, y que genera s�ndrome de abstinencia. Tambi�n sostiene que existe una dosis mortal de mariguana.

Por otro lado, el estudio se�ala que el consumo de la planta es mayor en la regi�n norte del pa�s, en tanto el sur es la que tiene menos poblaci�n que alguna vez haya probado la "mota".

Efectos sobre adolescentes negativos, afirma Conadic

"Los adolescentes piensan que necesitan la mariguana y otras drogas para escapar de problemas en la casa, en la escuela o con sus amigos", afirma el estudio. Las respuestas m�s comunes de los j�venes sobre el consumo fueron: por curiosidad, para sentirse aceptado, como una expresi�n de rebeld�a y como un acto de libertad ante una prohibici�n injusta.

"El porcentaje m�s alto de consumidores regulares incluye a quienes se sienten relajados y perciben m�s intensamente los sonidos, los sabores y los colores, encontrando interesantes o graciosos algunos acontecimientos que en realidad son triviales; adem�s, sienten que el tiempo transcurre lentamente", indica el informe.

Al mencionar la peligrosidad, el estudio se�ala que existen investigaciones cient�ficas "irrefutables", que afirman el aumento del "riesgo de participar en actividades sexuales inseguras porque, bajo los efectos de la droga, se omiten las medidas precautorias. Los embarazos no deseados, las enfermedades ven�reas y el sida son m�s frecuentes en los fumadores de mariguana que en quienes no consumen �sta ni otras drogas".

Por otra parte, se�ala: "El consumidor cr�nico de mariguana simplemente disminuye, y en algunos casos, pierde el inter�s en las actividades que las personas comunes consideramos �tiles, productivas y convenientes", aunque al final del an�lisis sobre el "s�ndrome amotivacional" se�ala que es una posibilidad.

Este estudio fue presentado por Rafael Velasco Fern�ndez y Beatriz Velasco Mu�oz Ledo, producido por el Centro de Estudios de Alcohol y Alcoholismo A.C, bajo el patrocinio del Consejo Nacional contra las Adicciones, la Universidad Veracruzana y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Las fuentes fueron el libro "La familia ante las drogas", de Velasco Fern�ndez; "Droga y drogacci�n, conceptos b�sicos", de Velasco Mu�oz Ledo; la Encuesta Nacional de Adicciones 2002, y el National Institute on Drug Abuse, el cual forma parte del Departamento de Salud de Estados Unidos, principal fuente consultada para el estudio, seg�n se�alan las propias fuentes. Consulte el informe completo de la Conadic aqu�

La OMS: no genera s�ndrome de abstinencia

La Organizaci�n Mundial de la Salud presenta, por otra parte, el estudio "Neurociencia del Consumo y Dependecia de Sustancias Psicoactivas", publicado en 2004, el cual detalla los efectos de la mariguana en el organismo humano.

El informe choca con las afirmaciones de la Conadic, puesto que se�ala que si bien existe una r�pida tolerancia al tetrahidrocannabinol (TCH), principal sustancia psicoactiva de la mariguana, esta no genera s�ndrome de abstinencia, debido "problamente a la larga vida media de esta sustancia, lo cual impide el surgimiento de s�ntomas". Se pueden hallar cannabinoides dos o tres d�as tras haber fumado un cigarrillo, y hasta seis semanas despu�s en un fumador cr�nico.

La OMS menciona que la mariguana tambi�n es ingerida, lo que no es mencionado en el estudio del Conadic.

Donde coinciden es que la exposi�n a largo plazo a la cannabis produce problemas cognitivos duraderos, aunque es determinante la exposici�n y la duraci�n de la misma puede ser determinantes de la neurotoxicidad.

Para lograr dichos efectos se tuvieron que administrar cannabinoides diariamente durante tres meses a una rata, uno 8% o 10% de su vida total, que podr�a ser comparable a siete o diez a�os en la vida de un humano.

Con respecto a los efectos, la OMS se�ala: "La percepci�n del tiempo se hace m�s lenta, y hay una sensaci�n de relajaci�n y de una conciencia sensorial aguzada. La percepci�n de mayor confianza en uno mismo y mayor creatividad no est� asociada con un mejor rendimiento", y agrega: "los efectos centrales descritos a veces como de relevancia cl�nica son analgesia, acci�n antiem�tica -evita el v�mito- y antiepil�ptica y m�s apetito".

Los dos estudios mencionan que la mariguana ha sido usada de forma terap�utica, aunque ambos ponen dudas sobre el funcionamiento de este m�todo. El Conadic porque afirma que hay medicamentos m�s efectivos y que provoca adicci�n, en tanto la OMS se�ala que es necesario considerar las dosis y la dificultad de comparar el efecto de la mariguana en comparaci�n con otros agentes terap�uticos. Consulte el informe completo de la OMS aqu�.

C�mo funciona

Los compuestos del cannabis inducen sus efectos farmacol�gicos tienen receptores cerebrables, los cuales forman el "sistema endocanabinoide", los cuales se encuentran en la corteza cerebral, hipocampo, el caudado lateral y el putamen, la sustancia negra y la capa molecular del cerebelo.

Cuando los cannabinoides pasan por las neuronas, se comportan como transmisores del cerebro, por lo que modifican el curso "normal" de la actvidad neuronal, aunque los mecanismos de sus efectos euf�ricos y productores de dependencia son casi desconocidos, afirma la Organizaci�n Mundial de la Salud.

En M�xico, m�s de 3.5 millones de personas han usado alguna vez la mariguana en su vida, de las cuales, 2.6 millones son hombres y poco m�s de 810 mil son mujeres, seg�n la Encuesta Nacional de Adicciones 2002.

Publicado originalmente en El Universal (M�xico)