Nuestro universo est� poblado por una variedad de astros a los que, en nuestro af�n de clasificar todas las cosas, hemos ido bautizando a lo largo del tiempo como estrellas, planetas, asteroides, galaxias, cu�sares, p�lsares..., cada una de ellas con sus propios subgrupos. Desde hace alg�n tiempo parec�a que este zoo astrof�sico hab�a dado todo de s�, y que el crecimiento de especies c�smicas avanzar�a muy lentamente. Pero a comienzos de los a�os noventa se produce una revoluci�n en la astronom�a. Se descubren los primeros planetas extrasolares o exoplanetas (planetas en �rbita alrededor de una estrella diferente del Sol) en dos entornos inesperados: primero en 1992 alrededor de un pulsar (residuo de una gran estrella), y cerca, muy cerca, de una estrella como el Sol, se descubre en 1995 un gigante gaseoso tan grande como J�piter.
Estos descubrimientos rompen con el paradigma de la estructura de nuestro Sistema Solar, el �nico conocido hasta esas fechas, como arquetipo de sistema planetario con planetas terrestres (s�lidos y con superficie accesible) cercanos a la estrella y gigantes gaseosos y fr�os en las partes lejanas. En los m�s de quince a�os transcurridos desde entonces, el descubrimiento de exoplanetas ha sido incesante y, lo m�s intrigante, se han encontrado en una gran variedad de ambientes estelares: orbitando en torno a una, dos o tres estrellas, algunas j�venes, otras muy viejas y evolucionadas, es decir, alrededor de cad�veres estelares como las estrellas de neutrones y las enanas blancas. �Sobrevivieron a la muerte explosiva de la estrella progenitora o se formaron posteriormente de sus residuos? Tambi�n los hay aislados, libres de la gravedad de cualquier estrella (llamados planetas flotantes, solitarios o hu�rfanos). �Cu�ntos tipos de configuraciones de �rbitas planetarias existen? Adem�s sabemos que muchos de estos planetas en cuanto a su estructura no tienen an�logo en el sistema solar, �c�mo son y que aspecto tendr�n?
Con el t�rmino planetodiversidad pretendo sintetizar a la variedad de planetas en el universo, que al igual que la de especies biol�gicas, es extremadamente rica y abundante y que adem�s, al igual que �sta, es evolutiva y emerge en una variedad de entornos, ya que cada planeta es un producto �nico resultante de las condiciones iniciales de su formaci�n y de su historia evolutiva, orbital y f�sica, en el sistema planetario en el que naci�. En el momento de escribir estas l�neas son 340 los objetos candidatos a planeta ya catalogados, y la tasa de descubrimientos se espera se dispare en los pr�ximos a�os con la entrada en acci�n de varias misiones espaciales en proyecto.
Tipos de planetas
Hist�ricamente la palabra planeta fue acu�ada en la antigua Grecia para designar a las estrellas errantes con movimiento aparente en la esfera celeste, y distinguirlas de las estrellas fijas, de posici�n inmutable al ojo a�o tras a�o. Los planetas fueron reconocidos por sus movimientos (m�s adelante por sus �rbitas alrededor del Sol) pero no por su naturaleza f�sica, desconocida hasta la introducci�n del telescopio.
Hoy sabemos que el aspecto y la estructura de un planeta quedan determinados por su masa, su composici�n qu�mica y la energ�a de la que dispone. Un l�mite superior de masa nos permite distinguir entre estrella y planetas. Por encima de unas 13 veces la masa de J�piter el astro genera energ�a interna por procesos termonucleares de fusi�n y pasa a ser una estrella enana marr�n. Todo objeto por debajo de ese valor puede ser considerado como planeta... hasta un l�mite inferior de masa a�n no claramente definido y que adem�s depende de la presencia de otros astros en su entorno. Respecto a la composici�n qu�mica del planeta, depende del inventario de elementos existentes en la nebulosa de la que se formaron. La masa y composici�n qu�mica determinan a su vez el radio planetario y por lo tanto su densidad media.
Tipos de planetas
Usando la densidad media del planeta como gu�a (tomemos como referencia el hielo de agua, que tiene 1 gramo por cent�metro c�bico), podemos efectuar una clasificaci�n de los planetas en los siguientes cuatro grandes grupos b�sicos: (I) Met�licos (densidad mayor que 6, constituidos primariamente por hierro, n�quel y otros metales); (II) Silicato-rocosos (densidad entre 3 y 6, compuestos por �xidos de silicio, magnesio y hierro); (III) Helados (densidad entre 1 y 3, formados por hielos de agua, amoniaco, metano y di�xido de carbono); (IV) Gaseosos (densidad entre 0.5 y 1.5, b�sicamente de hidr�geno y helio). Es de esperar que, al igual que acontece en el Sistema Solar, los planetas m�s comunes sean mezclas de estos cuatro casos b�sicos: met�lico-rocosos (como Mercurio, Venus, Tierra, Marte), de rocas y silicatos (como los sat�lites la Luna, Io y Europa), de rocas y hielos (como Gan�medes, Calisto, Tit�n, Trit�n, Plut�n), helados-gaseosos (Urano, Neptuno) y los esencialmente gaseosos (J�piter y Saturno), aunque estos dos �ltimos grupos con un probable n�cleo rocoso en su centro.
Pero �pueden existir otros tipos de planetas? Pues parece que s�. Ya se han descubierto supertierras con algunas masas terrestres a mitad de camino entre un planeta como la Tierra y uno de tipo Urano-Neptuno. Algo inexistente en el Sistema Solar. Te�ricamente se ha propuesto la existencia de planetas oce�nicos, mundos cubiertos globalmente por un oc�ano de agua, quiz�s con unos 100 kil�metros o m�s de espesor. Otro tipo de planeta ser�an los llamados planetas de carb�n, formados por derivados del carbono (carburos, compuestos carbonatados y quiz�s hasta diamantes). Y por qu� no, se me ocurren los magnetoplanetas (es decir planetas poseedores de potentes campos magn�ticos, intensas auroras y emisiones de ondas de radio) y los planetas esferoidales (como balones de rugby debido a una alta rotaci�n). Aunque los planetas del Sistema Solar y sus lunas son un buen muestrario de la diversidad planetaria, probablemente no podemos a�n imaginar la fant�stica variedad de formas, superficies, atm�sferas (y quiz�s formas vivientes) presentes en esos mundos.
Agust�n S�nchez Lavega pertenece al Grupo de Ciencias Planetarias de la Escuela T�cnica Superior de Ingenier�a. Universidad del Pa�s Vasco
Publicado oriignalmente en El Pa�s (Espa�a)