La frase "el Ecuador deber�a tener pol�ticas de Estado sobre..." ambiente, hospitales, educaci�n, saneamiento, carreteras, lugares de diversi�n, casas de tolerancia, enfermedades infecciosas, etc. ponga usted el tema, es la t�pica frase de relleno que usan reporteros, columnistas, comentaristas radiales y bloggers. Su uso y abuso constituye un vicio del lenguaje, una frase prefabricada que demuestra poca imaginaci�n y profundidad, y cuyo origen puede hallarse en la propaganda y el activismo pol�tico.
Tras la simpleza de esta frase se esconde el verdadero objetivo del discurso, del cual muchos periodistas ni siquiera est�n conscientes cuando la dicen o cuando la escuchan de sus colegas.
La frase de marras, de hecho una afirmaci�n pol�tica y obviamente parcializada, propone el reposicionamiento del Estado como eje alrededor del cual debe gravitar el ordenamiento civil. La frase, escupida por reporteros m�s preocupados por la r�pida edici�n de la noticia antes de pasarla al aire, propone un objetivo protervo: que el poder de coerci�n estatal se haga presente para regular alg�n aspecto de la vida cotidiana.
Desde luego, mostrar un hecho tal cual es sin editorializaci�n es algo dif�cil y probablemente imposible, debido a que ninguna actividad humana -excepto las matem�ticas- escapa de la subjetividad de los individuos. Sin embargo, si la prensa pretende mostrar hechos presentados en forma objetiva en la medida de lo posible, entonces deber�a empezar una campa�a de "poda" de frases cutres y lugares comunes que no ayudan a formar conclusiones propias en la masa de individuos promedio, ya de por s� perezosa.
Y es que clamar por "pol�ticas de Estado" es como llamar a un buque petrolero para apagar un incendio en el muelle, porque si el periodista indagara m�s profundamente sobre las causas de las diversas crisis nacionales o locales, hallar�a que todas son resultado del fracaso de aplicar "pol�ticas de Estado" y que muchos de los conflictos existentes en el sector privado ya tienen mecanismos de reparaci�n o de precauci�n.
Los problemas ambientales como la disposici�n de basura por ejemplo, se han vuelto cotidianos y preocupantes debido a la falta de titularizaci�n privada (derechos de propiedad) sobre grandes �reas boscosas, playas o r�os que podr�an ser conservadas por los due�os o copropietarios reserv�ndose el derecho a demandar por da�os y perjuicios a los contaminadores. De hecho, las expropiaciones para crear rellenos municipales, una medida arbitraria y facilista, ha impedido la emergencia de un rentable negocio de reciclaje (en EEUU hasta m�s del 90% de la basura met�lica es reciclada).
Otro ejemplo. las causas del maltrato al usuario en los buses y la impericia de los conductores de transporte p�blico pueden rastreare a la falta de incentivos de mercado al imponer controles de precios sobre pasajes, (incluidos descuentos para estudiantes y ancianos) y sistemas de cuotas y regulaciones en el transporte. Tales cuotas y precios oficiales hacen menos rentable la actividad y desinfla la presi�n de imaginar nuevos y mejores modelos de negocio de transporte p�blico.
Otro ejemplo constituye el creciente �ndice de criminalidad, originado por varias de las "pol�ticas de Estado" a saber: estatizaci�n econ�mica que desincentiva la creaci�n de empleo y causa pobreza y problemas familiares, inadecuado sistema de justicia estatal plagado de numerosas regulaciones que hacen dif�cil y costosa la administraci�n de justicia, impedimento estatal del derecho a portar y llevar armas que pone en indefensi�n a las familias en sus propias casas mientras que los delincuentes tienen libre acceso a armamento en el mercado negro.
Los anteriores son s�lo tres ejemplos de problemas cuyo origen se encuentra en la promulgaci�n y aplicaci�n de "pol�ticas de Estado", las que a su vez gatillan una mayor demanda de funcionarios p�blicos, generan m�s tramitolog�a y p�rdidas de tiempo, crean m�s impedimentos, demoras y cuellos de botella. Adem�s, todas estas pol�ticas deben ser costeadas de alg�n modo ya que los funcionarios, inspectores, comisarios y toda un ej�rcito de otros bur�cratas deben cobrar un salario por estorbar la vida del resto, tales costos de salarios provienen, como no cabe de otra forma, de los impuestos. As� que a mayores "pol�ticas de Estado", m�s impuestos deben ser cobrados, menos pan habr� en cada mesa porque parte del dinero familiar ahora financia los salarios del creciente n�mero de funcionarios p�blicos.
�Pero funciona el incremento de "pol�ticas de Estado" y de funcionarios p�blicos? la evidencia muestra que no. Al no existir incentivos de mercado para que los funcionarios hagan su trabajo, los funcionarios hacen su trabajo a medias o no lo hacen, y hasta el mejor empleado se desmotiva al poco tiempo al ver que puede cobrar el mismo salario siendo perfectamente ineficiente como el compa�ero a su lado. Peor a�n, mucho del trabajo burocr�tico consiste en registros, permisos, sellos y otros tr�mites in�tiles abriendo un floreciente mercado de sobornos, de pago necesario si alg�n desdichado ciudadano tiene que cumplir con la norma r�pidamente. De nada sirve que el funcionario haga bien o mal su trabajo, en ambos casos genera un costo innecesario a los ciudadanos, en ambos casos estorba las actividades de los individuos.
En conclusi�n, el da�o que hace el periodismo a los ciudadanos clamando por m�s poder estatal es enorme, pues respaldan la creaci�n de sistemas de regulaci�n y burocratismo que usualmente los pol�ticos est�n prestos a construir y llenar con sus partidarios. Para cuando estos sistemas se evidencien corrompidos e ineficiente, el pol�tico ya habr� sido reemplazado por otro que impondr� nuevas regulaciones, nuevas burocracias, respaldado por periodistas perezosos y faltos de imaginaci�n y profundidad que claman por "m�s pol�ticas de Estado" para intentar sanear problemas creados por otras "pol�ticas de Estado".