Entre cuatro paredes, m�s exactamente en 66 laboratorios de todo el mundo, se est� gestando la pr�xima revoluci�n cient�fica de la humanidad: la biolog�a sint�tica. Cient�ficos que se dedican d�a y noche a crear lo inexistente, desde bacterias, virus y hongos desconocidos, hasta lo que viene dentro de poco, insectos y animales que podr�an salvar el mundo de un desastre ambiental.
Los primeros pasos afectan al registro b�sico de la vida. No conformes con manipular a su antojo los genes de cuanta especie ha ca�do en manos de la ciencia, los investigadores han dise�ado nuevas cadenas de ADN que en lugar de tener las cuatro bases tradicionales -adenina, citosina, guanina y timina- suman ocho m�s. Se trata de un verdadero c�digo gen�tico alien�gena, que logra autocopiarse y, de esta manera, puede heredarse.
"Si existe una disciplina cient�fica que con seguridad causar� indignaci�n y alarma p�blica, es �sta", advierte Philip Ball, editor consultor de revista Nature. Esto porque si los transg�nicos que usan los genes ya existentes en la naturaleza han provocado pol�mica, los sint�ticos que involucran la creaci�n de ADN inexistente para crear vida que no conocemos garantiza una disputa agria a nivel global.
Los dineros para impulsar esta emergente disciplina provienen de organismos cient�ficos, de los ministerios de Energ�a y de Defensa de pa�ses como Estados Unidos, China, Rusia, India, Australia y Europa. No existen protocolos o reglas que controlen esta investigaci�n. Mucho dinero y poco control para un �rea que se ve como muy promisoria, por las ganancias comerciales que producir�a, y porque podr�a ser la clave para disipar amenazas como el calentamiento global o la extinci�n de cientos de especies.
Organismos obedientes
"Quiero dise�ar y construir organismos vivos, o programar su ADN para que ejecute instrucciones y se comporten como yo prediga", dice Drew Endy, cient�fico del MIT. Seg�n �l, se trata de no estar restringidos por la naturaleza, sino dise�ar peque�os organismos a nuestro antojo y seg�n nuestras necesidades.
Otro protagonista de esta disciplina es Craig Venter, el bi�logo que casi le arrebata los laureles -finalmente los comparti�- a Francis Collins, al descifrar en poco tiempo el genoma humano. Despu�s de su haza�a el a�o 2000, se ha dedicado a surcar los mares en su yate y -junto a su equipo de la empresa Synthetic Genomics- a recolectar vida microsc�pica en oce�nos, aire y subsuelo en los lugares m�s rec�nditos del planeta. As�, asegura, ya han identificado seis millones de genes nuevos, adem�s de los cuatro millones que se conoc�an.
Su apuesta es ahora dise�ar nuevos organismos que ayuden a combatir el cambio clim�tico, con bacterias desconocidas que transformen el di�xido de carbono en metano. En una charla que dio en Cambridge, llam� a terminar con los temores frente a estas nuevas tecnolog�as: "El ADN es s�lo ADN", dijo.
Y sin ning�n temor, los investigadores han logrado sintetizar con �xito, y funcionando a plenitud, el desparecido virus de la gripe espa�ola responsable de la pandemia de 1918. Ahora creen que ser� m�s f�cil dise�ar un virus en el laboratorio, que intentar buscarlo y aislarlo de la naturaleza. En las pr�ximas d�cadas apuestan a crear nuevas semillas y animales desconocidos. "Cuando uno ve mandarinas, ma�z o perros chihuahuas; creanme, nada de esto exist�a cuando nuestros primeros ancestros se pararon en sus dos pies", explica Art Caplan, jefe del Departamento de Etica M�dica de la U. de Pensilvania.
Pero hay desaf�os mayores: hoy se conoce el genoma completo del hombre de Neandertal y muchos ya debaten s� ser�a bueno o no traerlo de vuelta al mundo actual. De ah� podr�amos estar a un paso de encontrarnos en el bosque con un m�tico centauro o, quiz�s, un Pegaso.
El arca congelada
Antes de resultados espectaculares, la comunidad cient�fica ha empezado a aplicar la biolog�a sint�tica en desaf�os m�s inmediatos. Hoy el consorcio internacional "El Arca Congelada" busca completar en los pr�ximos tres a�os la recolecci�n del ADN de 36 especies recientemente extintas y de 7.000 en riesgo de desaparecer, como el oso hormiguero pigmeo.
La recuperaci�n de muchos de estos animales ser� un trabajo de transici�n para proyectos mayores. Hoy en algunos centros de conservaci�n de EE.UU. se han creado cebras de pelaje verde o azul, con sus habituales rayas negras. Es decir, la manipulaci�n y recombinaci�n de genes se est� haciendo algo rutinario.
Publicado originalmente en La Tercera (Chile)