En "La teor�a de la necedad de los terroristas" me refer� al alt�simo coste que tuvo el 11-S para Al Qaeda. Como mero apunte recordatorio: cerca del 80% de sus seguidores radicados en Afganist�n fueron v�ctimas mortales de la invasi�n estadounidense, seg�n el periodista Lawrence Wright. Se dio caza a dos terceras partes sus representantes, que murieron o fueron capturados. Los actuales militantes asociados a esta organizaci�n terrorista rondar�n tan s�lo los 200 o 300. Demos por supuesto, como muchos creen, que esta merma en sus filas ha bastado para que Al Qaeda lo haya tenido tan crudo para atacar otra vez a Estados Unidos tras el 11-S. Siendo as�, �no podr�an haberse encargado de hacerlo otros energ�menos yihadistas que ya resid�an en el pa�s? �D�nde est�n las c�dulas dormidas de Al Qaeda?
Durmiendo, aparentemente. Desde el 11-S, relativamente pocos han sido procesados por conspirar con Al Qaeda. En 2002, Jos� Padilla, nacido en Brooklyn, fue arrestado en Chicago por haber hecho explosionar presuntamente una bomba radiactiva, pero, cinco a�os m�s tarde, iba a ser juzgado (y condenado) por un cargo totalmente distinto: maquinar que se cometieran actos terroristas en el extranjero. En 2006, siete vecinos de Liberty City en Miami fueron arrestados por su trama para hacer volar la torre Sears de Chicago por los aires, pero intervino para destaparla un infiltrado del FBI que se hizo pasar por un terrorista de Al Qaeda. El propio director adjunto del FBI calific� esta conspiraci�n de "m�s una aspiraci�n que operativa" y en la acci�n judicial que se interpuso acab� declar�ndose el juicio nulo. En diciembre de 2008, la saliente Administraci�n Bush arrest� y puso entre rejas a todos los terroristas y "sus seguidores" que se encontraban en Estados Unidos desde el 11-S "por docenas", lo cual podr�a parecer un flaco esfuerzo salvo por el hecho de que no se perpetraron ataques terroristas en Estados Unidos durante esas fechas. A falta de pruebas en sentido contrario, debemos concluir que dentro de Estados Unidos rara vez han llegado lejos quienes, criados aqu� mismo, se dedican a la conspiraci�n terrorista inspirada en Al Qaeda.
El registro contrasta fuertemente con el del Reino Unido, que desde el 11-S ha incubado diversas maquinaciones serias de terrorismo inspiradas directa o indirectamente por Al Qaeda. Uno de estos complots lleg� a cristalizar: el de los atentados con bomba del metro y un autob�s de Londres de 7 de julio de 2005, que se saldaron con 52 muertos y cerca de 800 heridos. El intento de rematar la faena se hizo esperar tan s�lo dos semanas, frustrado s�lo porque se impidi� dinamitar el material explosivo. Richard Reid, conocido como el "terrorista del zapato", volaba a bordo de un avi�n fletado desde Par�s hacia Miami, pero era ciudadano brit�nico. El complot de 2006, que origin� las prohibiciones aeroportuarias de portar l�quidos y otras sustancias, tambi�n se engendr� en el Reino Unido y, por lo que sabemos, fue en sus estadios finales cuando las autoridades brit�nicas lo atajaron. En 2007, un atacante suicida en coche bomba atent� contra el aeropuerto de Glasgow, pero, afortunadamente, s�lo acert� a matarse a s� mismo; en torno a esos mismos d�as, las autoridades brit�nicas encontraron dos coches bomba y los desactivaron antes de explosionar en el West End de Londres. Incluso en los casos en que no est� vinculado directamente con el terrorismo, el extremismo musulm�n parece prevalecer �y desde luego est� m�s patente� dentro del Reino Unido y en Europa occidental, en general, que en Estados Unidos.
�Por qu� esta diferencia? Puede que en parte sea atribuible a causas socioecon�micas. Los musulmanes norteamericanos cuentan con un nivel de educaci�n m�s alto y son m�s ricos que la media de la poblaci�n. En Europa, por el contrario, su nivel de estudios es m�s bajo y tienen menos recursos econ�micos que la media �en Alemania, s�lo en torno al 10% de la poblaci�n turca va a la universidad�. Estados Unidos ha asimilado a los musulmanes en su sociedad con m�s �xito que Europa occidental, y durante un periodo m�s largo. Los �rabes comenzaron a emigrar a Estados Unidos a espuertas durante la segunda mitad del siglo XIX. La inmigraci�n �rabe en Europa occidental no comenz� hasta despu�s de la II Guerra Mundial, cuando muchos llegaron como braceros o con contratos temporales. En Francia y Alemania, muchos musulmanes viven en complejos de viviendas protegidas segregados del resto de la poblaci�n. En Estados Unidos, la presencia musulmana es mucho m�s dispersa. Una excepci�n la constituye Detroit, que cuenta con una populosa comunidad musulmana, pero no una que viva con estrecheces.
Art�culo completo en Soitu (Espa�a)