Como los lavavajillas que se anuncian en la tele bajo el eslogan de "el milagro antigrasa", el cuerpo humano tambi�n tiene un mecanismo interno que controla la acumulaci�n de grasa en las c�lulas y se encarga de convertirla en energ�a para el organismo, seg�n acaban de descubrir unos cient�ficos. No obstante, el envejecimiento puede perjudicar esta maquinaria, lo que favorece la aparici�n de trastornos como el h�gado graso o la diabetes.
Investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva (Nueva York, EEUU) han visto por primera vez -tanto "in vitro" como "in vivo"- cu�les son los agentes del cuerpo implicados en este proceso de destruir la grasa. Su descubrimiento se publica en la revista "Nature".
Todas las c�lulas necesitan energ�a, que toman de los nutrientes. No obstante, como medida de precauci�n, las c�lulas tambi�n acumulan grasa en su interior en forma de dep�sitos para utilizarla en caso de que les falten nutrientes. Seg�n explica a elmundo.es Ana Mar�a Cuervo, del Departamento de Biolog�a Molecular de la Universidad y una de las autoras de la investigaci�n, "si la cantidad de grasa que un individuo ingiere a trav�s de la dieta es muy alta, las c�lulas acumular�an mucha m�s y esto podr�a interferir en sus funciones".
Sin embargo, "hemos visto que las c�lulas son capaces de evitar esto. Para no acumular demasiada grasa, la movilizan constantemente para transformarla en energ�a. Una tarea en la que intervienen los lisosomas, que siempre se hab�a cre�do que eran como contenedores de basura que limpiaban s�lo las cosas malas que hay en el interior de la c�lula; pero que para nuestra sorpresa resulta que tambi�n tienen una funci�n muy importante a la hora de reciclar los dep�sitos de grasa", indica la especialista de Yeshiva.
El proceso, denominado autofagia -literalmente "comerse a uno mismo"-, consiste en que los lisosomas reciben parte de la grasa acumulada en forma de triglic�ridos y la convierte en �cidos grasos que la mitocondria puede usar para producir energ�a. Ana Mar�a Cuervo lo ilustra de la siguiente manera: "Es como el juego del "comecocos", en el que los lisosomas ser�an el mu�eco que va por la c�lula comi�ndose las bolsas de grasa".
Las consecuencias de la edad
Uno de los aspectos que destacan los investigadores es que esta labor de los lisosomas disminuye a medida que la persona va cumpliendo a�os. "A medida que envejecemos, la actividad de estos "basureros" del cuerpo se reduce, lo que significa que la cantidad de grasa acumulada en las c�lulas aumentar� y que no se puede obtener energ�a de ellas tan f�cilmente", reconoce la investigadora.
Las consecuencias de este exceso de grasa intracelular son negativas. Puede dar lugar a desarrollar h�gado graso, una enfermedad cr�nica que muchas veces termina en cirrosis, a padecer diabetes, ya que la acumulaci�n de grasa hace a las c�lulas resistentes a la insulina e, incluso, a problemas en el cerebro, ya que las c�lulas de este �rgano tambi�n tendr�an m�s grasa de lo aconsejable y no funcionar�an como antes.
Tal y como han comprobado los autores de este trabajo, "una vez que se acumula grasa por encima de un nivel, se inhibe la actividad de los lisosomas, por lo que se crea un c�rculo vicioso: m�s grasa, menos lisosomas, y de nuevo m�s grasa". Por eso, el siguiente paso de la investigaci�n consistir� en ver si desarrollando terapias capaces de mejorar el proceso de autofagia se pueden prevenir enfermedades como las citadas anteriormente.
El grupo de Yeshiva ya ha comprobado en ratones viejos que se puede aumentar la autofagia mediante un modelo gen�tico. Sin embargo, como la manipulaci�n gen�tica no se puede aplicar a toda la poblaci�n a medida que envejece "tenemos que buscar compuestos qu�micos que hagan la misma labor", concluye Cuervo.
En cuanto a si esta herramienta tambi�n podr�a reducir la obesidad, la autora explica que "indirectamente s�". "La obesidad (o lo que vemos por fuera) est� relacionada m�s con dep�sitos de grasa en los adipocitos (el tejido adiposo, los t�picos "michelines") y ah� la autofagia es distinta, pero lo que s� que es importante es que el proceso que nosotros hemos visto podr�a controlar las consecuencias de la obesidad, como las enfermedades cardiovasculares".
Para la cient�fica "existe una relaci�n en la acumulaci�n de grasa en las c�lulas y la obesidad, porque por ejemplo si las c�lulas del h�gado se llenan de grasa no pueden metabolizar bien lo que se toma en la dieta y esto empieza a acumularse en el tejido adiposo".
Publicado originalmente en El Mundo (Espa�a)