Durante m�s de medio siglo, el eminente f�sico Freeman Dyson residi� discretamente en Princeton (estado de Nueva Jersey), en la antigua explotaci�n agr�cola, ahora cubierta de �rboles, que es la sede del patr�n para el que trabaja: el Institute for Advanced Study (Instituto de Estudios Avanzados), el colectivo con m�s sabios por metro cuadrado de Estados Unidos. �ltimamente, sin embargo, desde su �salida del armario en lo que al calentamiento del planeta se refiere�, tal y como el mismo Dyson se refiere a su postura sobre este tema, se ha montado un gran revuelo a su alrededor. P�ginas de debate en la Red, secciones de cartas al director y el propio correo electr�nico de Dyson rebosan de invectivas en las que este ingl�s de 85 a�os se ve calificado como �imb�cil pretencioso�, �estercolero de desinformaci�n� y, quiz�s de forma inevitable, �cient�fico loco�.
Todo empez� un d�a en que a Dyson le dio por exponer que cualesquiera que fueran las alteraciones que el clima estuviera experimentando, �podr�an ser una buena cosa porque el di�xido de carbono contribuye al crecimiento de todo tipo de plantas�. A continuaci�n, a�adi� que en caso de que los niveles de CO2 aumentaran de manera excesiva podr�an reducirse mediante el cultivo masivo de ��rboles consumidores de carbono�, creados especialmente al efecto. A ra�z de semejante afirmaci�n, Eric Posner, profesor de Derecho de la Universidad de Chicago, repas� cuidadosamente el denso expediente de doctorados honoris causa que ha recibido Dyson (un total de 21, en universidades como Georgetown, Princeton y Oxford) y despu�s insinu� que �quiz�s tambi�n fuera posible dise�ar �rboles que indicar�n a los excursionistas la direcci�n correcta para que no se pierdan�.
George, un hijo de Dyson, experto en historia de la tecnolog�a, asegura que las opiniones de su padre le han alejado de muchos de sus amigos. Hay quienes sospechan que este anciano, un cient�fico del siglo XX, por grande que haya sido, no es que est� equivocado, es que est� directamente acabado, que ya no tiene la cabeza para nada. Sin embargo, seg�n la respetable opini�n del neur�logo Oliver Sacks, amigo de Dyson y, como �l, otro ingl�s emigrado, el cient�fico est� lejos de ese t�pico. �Sigue teniendo una mente abierta y flexible�, afirma.
Palabra de sabio
Sea como fuere, la postura de Dyson es mucho m�s inclasificable que la del t�pico derechista gru��n que reniega del cambio clim�tico. Es un cient�fico cuya inteligencia goza del respeto de sus colegas. Un prodigio de las matem�ticas, que aterriz� en Estados Unidos con 23 a�os y al d�a siguiente, como quien dice, ya hab�a contribuido al desarrollo de la electrodin�mica cu�ntica con un trabajo pionero en ambas ramas de la f�sica. Y no s�lo abri� por su cuenta nuevos caminos a la ciencia, sino que tambi�n presenci�, en primera fila, los avances de la f�sica moderna junto a algunas de las personalidades m�s brillantes de la �poca, entre ellas, Einstein, Richard Feynman y Niels Bohr.
Entre las grandes dotes de Dyson destacan su claridad interpretativa y su capacidad de penetraci�n para captar el m�todo y la trascendencia de lo que hacen cient�ficos de muy diferentes especialidades. Sus reflexiones sobre c�mo funciona la ciencia se recogen en una serie de libros l�cidos y nada enrevesados, destinados a los no expertos, que han hecho de �l un �rbitro de confianza para valorar ideas que van m�s all� de la f�sica.
Por ejemplo, Origins of Life (or�genes de la vida, 1999), que sintetiza y eval�a los �ltimos descubrimientos de bi�logos y ge�logos sobre la hip�tesis del origen doble de la vida, es decir, de la posibilidad de que la vida empezara en dos momentos diferentes; Disturbing the Universe (alterar el universo, 1979), que trata, entre otras cosas, de reconciliar la ciencia con la Humanidad, y Weapons and Hope (armas y esperanza, 1984), su meditaci�n sobre el sentido y el riesgo de las armas nucleares, que gan� el Premio Nacional del C�rculo de Cr�ticos de Libros.
Dyson est� convencido de que esta �poca de la inform�tica que estamos viviendo dar� paso muy pronto a la �poca de la �biotecnolog�a domesticada�. La biotecnolog�a, seg�n escribe en su libro Infinite in All Directions (infinito en todas las direcciones, 1988), �nos ofrece la oportunidad de imitar la velocidad y la flexibilidad de la naturaleza�. El autor imagina que la gente �desarrollar� un mobiliario a la carta y cachorritos de dinosaurio para sus hijos (�l ha tenido seis), adem�s de una serie de parientes de un �rbol consumidor de carbono mediante manipulaci�n gen�tica: tambi�n termitas que se comer�n los autom�viles desguazados, una patata que podr� crecer en la superficie roja y �rida de Marte, un autom�vil capaz de evitar la colisi�n con otros...
Semejantes ideas suscitan las mismas burlas que los ensayos de Dyson sobre el cambio clim�tico, pero �l es un octogenario con visi�n de futuro que no se inmuta por nada. �Yo no creo que est� haciendo futurolog�a. Estoy exponiendo posibilidades, cosas que podr�an ocurrir. En gran medida, es cuesti�n del empe�o que se ponga o no en que ocurran. El objetivo de pensar en el futuro no es predecirlo sino aumentar la esperanza de la gente�, advierte.
Dyson es perfectamente consciente de que �muchos creen que estoy equivocado en el tema del calentamiento del planeta�. Pero �l no se adhiere a ninguna ideolog�a y experimenta una aversi�n fulminante al consenso cient�fico. Por encima de todo, el ingl�s es un estupendo cient�fico que se plantea los interrogantes m�s dif�ciles. Podr�a ser un profeta solitario o, como �l mismo reconoce, podr�a estar completamente equivocado.
Contracorriente
Hace cuatro a�os que Dyson empez� a exponer p�blicamente sus dudas sobre el cambio clim�tico. En una conferencia en el Centro Frederick S. Pardee para el Estudio del Futuro a M�s Largo Plazo, en la Universidad de Boston, proclam� que �todo este jaleo acerca del recalentamiento del planeta se ha exagerado de la manera m�s burda�. Desde entonces, no ha hecho sino atizar a�n m�s el fuego de sus dudas.
En 2007, declar� en una entrevista concedida a la revista on line Salon.com: �El hecho de que el clima se est� volviendo m�s c�lido no me asusta lo m�s m�nimo�. Meses m�s tarde, escribi� un ensayo para The New York Review of Books donde afirmaba que el cambio clim�tico �ha pasado a ser el art�culo fundamental de fe de una religi�n secular de �mbito mundial conocida con el nombre de ecologismo�.
De todos los que �l considera fervientes seguidores de esa religi�n, Dyson ha convertido a Al Gore en el particular blanco de su desprecio. En su opini�n es el �propagandista principal� del cambio clim�tico; �l y James Hansen, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA y asesor de la pel�cula de Gore Una verdad inc�moda. Dyson acusa a ambos de apoyarse de manera desmedida en modelos clim�ticos generados por ordenador que pronostican una inminente devastaci�n mundial por culpa de la fusi�n de los hielos polares, la subida del nivel de los oc�anos y otras cat�strofes que arrasar�n la Tierra. Y les echa en cara �unos p�simos conocimientos cient�ficos� con los que �distraen la atenci�n de la opini�n p�blica de peligros m�s graves y m�s inmediatos para el planeta�.
En su opini�n, �los que se dedican al estudio del clima y trabajan con modelos inform�ticos tienden a sobrevalorar esos modelos. Se llegan a creer que son reales y se olvidan de que no son m�s que eso, simulaciones�. Los modelos clim�ticos, a ojos de Dyson, toman en consideraci�n variables como los mecanismos atmosf�ricos y los niveles de las aguas, pero no tienen ninguna sensibilidad hacia la qu�mica y la biolog�a del cielo, la tierra y los �rboles.
Calentamiento local
Eso no quita para que el cient�fico est� de acuerdo con la opini�n predominante de que en la atm�sfera hay unos niveles de di�xido de carbono, causados por la actividad del hombre, que est�n aumentando r�pidamente. Pero para el planeta, apunta �l, este aumento del carbono podr�a muy bien ser una circunstancia que en �ltimo t�rmino resultara beneficiosa en �un per�odo relativamente fr�o en la Historia de la Tierra�. El calentamiento, seg�n �l, no es universal sino localizado, �calienta los lugares fr�os, pero no calienta m�s los lugares c�lidos�.
Lejos de temer las terribles consecuencias perjudiciales de estas temperaturas cada vez m�s elevadas, estima que el di�xido de carbono podr�a resultar saludable, un indicio de que �en realidad, el clima est� mejorando en lugar de ir a peor�, porque act�a como un fertilizante ideal que estimula el crecimiento de los bosques y la producci�n agr�cola. �En su mayor parte, la evoluci�n de la vida se produjo en una planeta considerablemente m�s c�lido de lo que es en la actualidad y considerablemente m�s rico en CO2�, sostiene.
Dyson considera que la acidificaci�n de los oc�anos, que seg�n muchos cient�ficos est� destruyendo la cadena alimenticia es, efectivamente, un problema, pero que, probablemente, �se haya exagerado�. Los niveles de los mares est�n aumentando de manera constante, a�ade, pero �hasta que no sepamos mucho m�s acerca de sus causas, no pueden predecirse ni las razones de que eso sea as� ni los peligros que pueda encerrar�.
Para Hansen, el asesor de Al Gore, la causa siniestra del apocalipsis que amenaza el medio ambiente es el di�xido de carbono presente en el humo del carb�n. �El carb�n es la principal amenaza de la civilizaci�n y de la vida entera en nuestra planeta�, ha escrito. Y se ha referido a los vagones de ferrocarril que transportan carb�n como �trenes de la muerte�.
Por su parte, Dyson ha dejado bien claro, en conversaciones y en mensajes de correo electr�nico, su opini�n de que �la cruzada de Jim Hansen contra el carb�n exagera los da�os que puede causar el di�xido de carbono�.
El carb�n contiene �contaminantes, sin ning�n g�nero de dudas�, como holl�n, azufre y �xido de nitr�geno, �un mejunje realmente repugnante que hace que la gente se ponga enferma y que resulta peligroso�. Esos subproductos �se consideran algo malo, moralmente hablando, y con raz�n, pero pueden reducirse a niveles bajos mediante descontaminantes a un coste razonable�. Seg�n �l, Hansen �explota� la toxicidad de esos elementos de la combusti�n del carb�n como f�rmula para condenar el di�xido de carbono que liberan, �que no puede reducirse a un coste razonable, pero que tampoco produce un perjuicio importante�.
M�s all� de los puntos concretos de controversia sobre los datos, Dyson ha manifestado que todo se reduce a �un desacuerdo profundo sobre valores� entre aquellos que creen que �la naturaleza sabe lo que es mejor y que toda alteraci�n flagrante del medio natural es algo malo�, y �los humanistas�, entre los que �l se cuenta, que sostienen que la protecci�n de la biosfera en sus condiciones actuales no es tan importante como hacer frente a males que producen mayor repugnancia, como la guerra, la pobreza y el desempleo.
A menudo, Dyson pone como modelo su amada Inglaterra y sus paisajes. La modificaci�n de los montes y las tierras bajas del pa�s, realizada con �xito, ha creado una ecolog�a verde totalmente diferente que ha permitido a plantas, animales y seres humanos salir adelante en �una comunidad de especies�. Siempre se ha opuesto a la idea de que haya algo as� como un ecosistema �ptimo (�la vida es algo siempre cambiante�, advierte) y reprueba la opini�n de que hombres y mujeres sean una especie que no tenga nada que ver con la naturaleza, aquello de que �debamos pedir perd�n por ser humanos, aunque tenemos la obligaci�n de reestructurar la naturaleza para sobrevivir�.
Alarmado. Quiz�s todo esto explique las razones por las que este mismo hombre pudo escribir que �vivimos en un planeta vulnerable y en declive que nuestra falta de previsi�n est� transformando en una ruina� y, sin embargo, reprender con buenas maneras a esos norteamericanos que se manifiestan contra el carb�n en Washington. Dyson siente un gran aprecio por el carb�n, y tiene una buena raz�n para ello: es tan barato que casi todo el mundo puede coste�rselo. En su opini�n, �el paso de las poblaciones de China y la India, de la pobreza a la prosperidad de la clase media, deber�a considerarse el gran logro hist�rico del siglo. Sin carb�n no habr�a sido posible�. Dicho lo cual, Dyson ve el carb�n como el combustible provisional del progreso. En �apenas 50 a�os, la energ�a solar habr� pasado a ser barata y abundante, y hay muy buenas razones para preferirla al carb�n�, pronostica.
Lo que quiz� m�s preocupa a Dyson en relaci�n el cambio clim�tico son los expertos. En su opini�n, �caen con frecuencia en una par�lisis causada por la opini�n predominante que ellos mismos generan, lo que les lleva a creer que lo saben todo de todo�.
Publicado completamente en El Mundo (Espa�a)