"Las erupciones de los volcanes Xitle y Popocat�petl, entre los a�os 90 y 80 de nuestra era, provocaron la hu�da de los habitantes de la cuenca de M�xico, y a la vez congregaron a los pueblos que habitaban la zona de Puebla y Tlaxcala, principalmente, quienes despu�s fundar�an la gran metr�poli de Teotihuacan. Sin duda alguna, los movimientos de grupos humanos crearon conflictos al buscar nuevas �reas donde asentarse, pero esto no quiere decir que el reagrupamiento en el valle haya sido debido a la conquista o a un fen�meno coercitivo, como sugirieron los investigadores Sanders y Parsons", aclar� la doctora Linda Manzanilla, del Instituto de Investigaciones Arqueol�gicas de la UNAM durante la c�tedra "El esplendor de la civilizaci�n en el valle de M�xico. Del surgimiento de Cuicuilco al abandono de Teotihuac�n".
La presencia de poblanos y tlaxcaltecas en la gran urbe se sabe por el estilo arquitect�nico de tablero-talud (sistema constructivo del valle Puebla-Tlaxcala), que se reprodujo a nivel monumental en la ciudad teotihuacana, y que luego se adapt� a los estilos regionales de las culturas de Mesoam�rica de entonces, pero tambi�n por su gastronom�a, la forma en que enterraban a sus muertos y su juego de pelota, seg�n la prueba arqueomagn�tica y radiocarb�nica que atestigua que tras la explosi�n de los volcanes no se refugiaron en Cuicuilco.
Tales aseveraciones s�lo podr�an provenir de Manzanilla, quien estuvo el pasado fin de semana en el Museo Amparo como una de las ponentes magistrales del Diplomado "El Arte del M�xico Ind�gena". Es la primera mujer mexicana que ingresa a la Academia de las Ciencias en Estados Unidos, organismo que afilia a los cient�ficos m�s reconocidos del mundo, entre ellos los premios Nobel. Es doctora en arqueolog�a por la Sorbona, en Francia; forma parte del Sistema Nacional de Investigadores y ha recibido el Premio "Alfonso Caso" del INAH por la mejor investigaci�n en arqueolog�a en M�xico, y el Presidential Award, de la Society for American Archaeology. Tambi�n ha escrito y editado 14 libros, y ha realizado excavaciones cient�ficas en nuestro pa�s, Bolivia, Egipto y Turqu�a.
En dos sesiones, de ocho horas en total, Manzanilla explic� claramente el origen y colapso de la urbe, a la que consider� el "primer desarrollo urbano de gran magnitud en el centro de M�xico, que pronto se convirti� en una de las ciudades preindustriales m�s grandes del mundo antiguo, con 20 kil�metros cuadrados de extensi�n y con m�s de 125 mil habitantes".
A nivel simb�lico, "Teotihuac�n se materializ� como el centro del mundo, fundada en honor al dios de las tormentas, a quien rend�an culto para apaciguar al fuego de los volcanes, aunque la pir�mide del sol tambi�n era la monta�a sagrada de la fertilidad".
Y para los pueblos que llegaron posteriormente a la cuenca de M�xico "fue or�culo sagrado, el lugar de nacimiento del quinto sol cosmog�nico, sitio de creaci�n de dioses y astros, punto donde se recib�a el poder para gobernar, quiz�s incluso la Tollan arquet�pica".
De acuerdo con descubrimientos recientes, la gran ciudad estuvo habitada en multifamiliares, agrupados por parentesco, oficio u origen de procedencia, destacando cuatro barrios: los zapotecas, veracruzanos, michoacanos y popolocas.
No obstante, del origen del establecimiento de Teotihuac�n en el valle de M�xico se sabe poco. Algunos estudiosos aseguran que fue por su cercan�a a la obsidiana de Otumba y de la Sierra de las Navajas, por los r�os de agua dulce y por ser la ruta franca entre la costa del Golfo y la cuenca de M�xico, aunque varios han pensado que los teotihuacanos estaban reservando la llanura aluvial para el cultivo, y otros evocan la disponibilidad de material de construcci�n in situ como prioridad.
El colapso
Del declive de los teotihuacanos, la arque�loga coment� que diversos autores marcan el fin por una sequ�a en 700-950 dC, "pero se ha observado, en algunos perfiles de la Sierra de Patlachique, pel�culas arcillosas recubiertas de carbonatos recristalizados que podr�an estar asociados a sequ�as, y este hecho se repite en algunos suelos de Tlaxcala".
Por ello, nuevos datos de excavaciones controladas sugieren que "el fin se inici� hacia 550-570 dC, con un gran incendio en la porci�n central del sitio, y tiene que ver m�s con problemas de estructura social y pol�tica que hicieron vulnerable al sistema teotihuacano".
Con el colapso de Teotihuac�n, el reordenamiento de las esferas de poder surgi� en peque�as unidades pol�ticas de tipo "ciudad-estado", como Cholula, Cacaxtla, Xochicalco, Tula, en el altiplano central, y Taj�n, en la Costa del Golfo.
En 650 dC est� plenamente constatada la presencia de grupos probablemente procedentes del Baj�o y centro-norte de M�xico, adscritos a la cultura Coyotlatelco, que probablemente estaban saqueando la ciudad.
Las relaciones microrregionales
En 650 dC, Tlaxcala declina su poblaci�n, pero al norte, sur y este de La Malinche hay un corredor de 80 sitios teotihuacanos agrupados en bloques, al cual habr� que a�adir los sitios del sector de Atlixco.
Por otro lado, al sur de Puebla est�n los popolocas, que tienen una relaci�n estrecha con los teotihuacanos por la producci�n de la vajilla "anaranjado delgado" y la obtenci�n de �nix y cal. A recientes fechas, la zona de Tepexi-Ixcaquixtla ha tomado relevancia gracias a la excavaci�n de Juan Cervantes, en 2005, en una tumba con pintura mural que posiblemente alude al se�or de la regi�n y los linajes subordinados. Tambi�n analizado como un grupo de estrategia excluyente relacionado con el estado corporativo de Teotihuacan.
Tetimpan
Para el a�o 400 antes de Cristo hab�a gente viviendo en casas sencillas en el valle de M�xico, incluido las simples y nada complejas edificaciones de Tetimpa, que quedaron enterradas tras la erupci�n del Popocat�petl en el a�o 80 de nuestra era, que no lanz� lava, sino grandes emisiones de piedra p�mez, cacahuatillo y cal.
En investigaciones recientes -se�al� la doctora Manzanilla- se descubri� que la arquitectura de las casas de Tetimpa son construcciones de tres estructuras: patio, altar y unidad familiar, que se repiten en Teotihuac�n; tambi�n se encontraron altares con estelas lisas en direcci�n al Popo, reproducidas en otros lugares de Mesoam�rica, m�ltiples vasijas, ollas que se quedaron con frijoles en el fog�n, y peque�as figuras volc�nicas que se instalaban en el patio y que, con carb�n, emulaban fumarolas.
"Cuando los poblanos y tlaxcaltecas llegan al valle de M�xico huyendo de la erupci�n, s�lo hay algunas aldeas, dispersas, pero no construcciones monumentales; por eso, a ellos, a los que hu�an del Xitle y del Popo, y a algunos pobladores del baj�o, se les atribuye la fundaci�n de Teotihuac�n, con la construcci�n de la primera pir�mide dedicada al sol que, precisamente, ve de frente al Popocat�petl.
Publicado originalmente en La Jornada de Oriente (M�xico)