Por esos azares de la vida, quienes se autodenominan "de izquierda" nos han colocado en el mismo saco (�la centroderecha? �la derecha?) a ustedes y a nosotros los liberales cl�sicos (libertarios). Esta carta es para decirles, de una vez por todas, que nos incomoda tanto como a ustedes que nos confundan. Si bien nosotros somos radicales, instransigentes y bastante audaces (entiendase como quiera esto �ltimo) creo que nadie se ha detenido a decirles un par de cosas que s�lo nosotros podemos, ya que nadie, en su sano juicio nos pondr�a en una "izquierda" plagada de socialistas, ecologistas y otros enemigos de Occidente y la civilizaci�n industrial. En los fines podemos ser parientes muy cercanos, pero es en los medios donde me concentrar� sobre todo.
Valga decir que es cierto, los liberales manchesterianos o hispanos no tenemos mucho que ver con los liberales decimon�nicos (afrancesados) en eso de obsesionarse con atacar a la religi�n o a la iglesia y mucho menos en los afanes estatizadores de aquellos. Pero en realidad las diferencias filos�ficas son mucho m�s importantes que las program�ticas para todo efecto. Nosotros vemos al ser humano como poseedor de una naturaleza que no depende en absoluto en la existencia del alma, y que se distingue por medio de la raz�n del resto de seres vivos. No le vemos como fundamentalmente defectuoso ni condenado a nada. Por eso no pensamos que su vida debe dedicarse a expiar una supuesto pecado original o a aplacar la ira de los dioses sacrificando su vida y energ�as. Pensamos que ser felices aqu� en la Tierra es no s�lo posible sino la m�s noble meta de todo individuo. Y pensamos que ver los valores humanos en acci�n (prop�sito, productividad, creatividad, autoestima, generosidad, valor, lealtad, etc) es fuente suficiente de felicidad. Es por eso que el liberalismo es una doctrina de "vive y deja vivir". Como dijo el gran libertario y literaro H.L. Mencken "Puritanismo: el miedo insoportable a que alguien, en alguna parte, sea feliz". �Siguen siendo puritanos?
Ahora pasemos al plano de la �tica. Ahi es donde nos topamos con otra diferencia entre ustedes y nosotros. Nosotros creemos que con unas pocas normas razonadas es posible la coexistencia pac�fica y mutuamente enriquecedora en sociedad. Eso nos evita a los liberales tener que depender de la f� en un texto sagrado o un ente sobrenatural para que nos diga qu� est� bien y qu� est� mal. Sabemos que el uso de la fuerza contra otros seres humanos est� mal. Sabemos que forzarle a hacer con su persona y su propiedad lo que no har�a voluntariamente est� mal. Los fines, que quede muy claro, no justifican los medios. Uds. pensar�n que la diferencia no es tan grande en este tema. Lamento decirles que s�, lo es. Donde uds. creen que ponen "moderaci�n" y "centrismo" al combinar Estado y Mercado, est�n aceptando una premisa esencialmente perversa. Perm�tanme explicarme. El brillante soci�logo Franz Oppenheimer clasific� las formas de ganarse la vida como la producci�n, la colonizaci�n de recursos sin due�o, el intercambio y la herencia, como formas pac�ficas y basadas en tratos libres entre individuos. A aquellas las llam� "los medios econ�micos". Tal vez ahora entiendan por qu� el liberalismo tiene un �nfasis que raya en obsesi�n, con la Econom�a. Dado que los seres humanos pasamos buena parte de nuestras vidas trabajando para el disfrute y otra parte disfrutando los frutos de lo creado, los liberales queremos asegurarnos de que la riqueza socialmente disponible sea bien habida. Pero Oppenheimer tambi�n clasific� las formas agresivas, fraudulentas e invasivas de ganarse el sustento. Les llam� "los medios pol�ticos". Y para rematar, este l�cido soci�logo llam� al Estado "el aparato de los medios pol�ticos". En suma, lo que Oppenheimer sugiere y los liberales abrazamos, es la idea de que el Estado sobre todo si excede el rol de (supuesto) garante de la vida, la propiedad y los contratos, es su principal amenaza. No cabe ser "moderados" o "centristas" cuando se trata de los atropellos y los abusos. No necesitamos mezclar relaciones pac�ficas con relaciones agresivas para "no ser extremistas". No necesitamos tolerar un poco de violaciones de derechos "para no ser radicales". No es necesario mezclar comida con veneno para parecer "sensatos" y "flexibles". �Se volver�n uds. m�s tolerantes en lo que es asunto de cada uno y menos tolerantes con los abusos del Estado?
Para terminar y como consecuencia de todo lo anterior, quiero urgirles frontalmente a que abandonen la doctrina del Mercantilismo. Aquella dice que "hay que impulsar a la empresa privada". Nada m�s equivocado que eso. A la empresa privada (los productores), s�lo se le puede "impulsar" (o pervertir, ser�a m�s honesto) a costa de las familias e individuos (los consumidores). Cada vez que uds. salen orgullosos de las salas de negociaci�n de un TLC "porque negociaron bien", los libertarios tenemos la obligaci�n de decirles que est�n usando medios ileg�timos (el Estado o comportamientos mafiosos) para mantenerse como el proverbial zorro que cuida el gallinero. Si uds. negocian "mal" o no negocian, vendr�n empresas, capitales y productos mejores y m�s baratos de afuera. Pero ya que los consumidores estamos dispersos por definici�n, nadie negocia por nosotros. Cada vez que ustedes logran un privilegio gremial (por ejemplo, que s�lo los arquitectos puedan firmar planos) los que pagan la cuenta de tener menos alternativas y depender de un oligopolio, somos todos los dem�s. Cada vez que ustedes rescatan bancos en aprietos o a cualquier otra industria impidiendo que se hagan responsables de sus errores o tropel�as, la cuenta la pagamos todo el resto de nosotros. En otras palabras, si el �nfasis est� en el empresario y no en el p�blico, o la soberan�a (cu�nto, con qui�n y c�mo comerciar) reside en el Estado y no en el individuo, lo que tenemos es una econom�a Mercantilista. Una en que quienes tienen conexiones obtienen privilegios a costa del resto. Es una econom�a as� la que crea desigualdades no basadas en el esfuerzo, es una econom�a as� la que frustra a los emprendedores sin conexiones, es una econom�a as� la que expulsa a millones al exterior. No es una econom�a de libre mercado o Capitalista; no trae bienestar general, ni desarrolla a un pa�s.
Como pueden darse cuenta, ser pro-empresa no es ser pro-mercado. No es liberal. No es suficiente.
Publicado originalmente en Liberalismo.org