Numerosos bi�logos con conocimientos en f�sica cu�ntica se preguntan si el desarrollo de los organismos vivos, desde que existen hace 4.500 millones de a�os, no se ha beneficiado de una u otra forma de la interacci�n entre el mundo cu�ntico, llamado microsc�pico, y el mundo macrosc�pico.
Si se admite que el mundo cu�ntico constituye el �tejido de la realidad�, seg�n la expresi�n del f�sico brit�nico David Deutsch, ser�a muy extra�o que los mecanismos que utilizan los efectos cu�nticos no hubieran sido utilizados por la evoluci�n a lo largo del tiempo.
Numerosos procesos biol�gicos siguen siendo misteriosos todav�a, ya se trate de sus manifestaciones actuales o de las condiciones en las cuales aparecieron. Puede suponerse l�gicamente que los procesos cu�nticos intervienen tambi�n en los procesos biol�gicos, pero que todav�a no somos capaces de identificarlos.
Sin embargo, las considerables dificultades que encuentran los f�sicos para crear en laboratorio part�culas cu�nticas y para realizar experiencias con ellas evitando la decoherencia, ha llevado a pensar hasta ahora que estudiar la interacci�n entre un �bit� cu�ntico y un organismo biol�gico, aunque sea muy peque�o, de miles de �tomos c�lidos y h�medos, resulta imposible.
Sin embargo, la revista del MIT, Technology Review, acaba de publicar al respecto sorprendentes informaciones en su blog que se refieren a otras informaciones anteriores publicadas en el mismo sitio y a las que nos referimos en este art�culo. Estos art�culos mostrar�an que los procesos de entralazamiento cu�ntico podr�an explicar tanto la fotos�ntesis como la forma en que los p�jaros se orientan en vuelo utilizando el campo magn�tico terrestre.
Respecto a este �ltimo fen�meno, del que se sospecha desde hace mucho tiempo pero que todav�a no ha sido aclarado, un equipo dirigido por el Dr Vladko Vedral, de la Universidad de Oxford, acaba de aportar nuevos elementos que completan y precisan los evocados anteriormente por el Dr Yannis Kominis, de la Universidad de Creta.
Visi�n cu�ntica
Seg�n el modelo establecido por estos cient�ficos, los p�jaros dispondr�an de mol�culas posicionadas detr�s de sus ojos, sobre la retina, que ser�an sensibles tanto a los fotones de luz recibidos por el ojo, como al campo magn�tico terrestre. Cuando una de estas mol�culas absorbe un fot�n, se genera una pareja de electrones entrelazados y uno de ellos es transferido a la otra parte de la mol�cula.
En ausencia del campo magn�tico terrestre, la pareja de electrones entrelazados se unen para resituar al electr�n en su estado inicial. Pero el campo magn�tico puede modificar el spin de uno de los electrones entrelazados, permitiendo a ambos recolocarse en un estado diferente. La mol�cula adoptar�a entonces un nuevo estado que el p�jaro podr�a percibir.
Lo m�s importante es que el estado de entrelazamiento podr�a ser mantenido antes de la decoherencia y durante un periodo de alrededor de 100 microsegundos. Esta duraci�n es considerable, ya que las experiencias relacionadas con el entrelazamiento en los sistemas f�sicos muestran que, en las condiciones experimentales, el estado de entrelazamiento no dura m�s de 80 microsegundos.
Los investigadores destacan un aspecto a�n m�s sorprendente: la utilizaci�n de fen�menos de entrelazamiento cu�ntico en los procesos de magnetorecepci�n biol�gica estudiados, no son sino el subproducto de estos procesos. No son en realidad su esencia.
Todo ocurre como si el organismo biol�gico, al evolucionar, se hubiera beneficiado de una propiedad cu�ntica que se encontraba disponible, pero que no la habr�a inventado. De ah� a pensar que otras mol�culas y �tomos presentes en los organismos vivos utilizan el entrelazamiento cu�ntico sin que nosotros lo sepamos, incluyendo el funcionamiento de nuestro cuerpo, cerebro y c�lulas gen�ticas, s�lo hay un paso. De esta forma se abre un nuevo dominio fascinante de investigaci�n.
Recordemos que desde hace tiempo, el profesor JohnJoe Macfadden, de la Universidad de Surrey, hab�a afirmado algo parecido, en medio de la incredulidad general. Desde entonces parece que abandon� esta idea.
Publicado originalmente en Tendencias 21