En cualquier caso, tal y como han apuntado ponentes de distintas religiones, �stas no alientan la violencia criminal y cuando se invoca a ellas para justificar la criminalidad se hace desde extremismos e idolatr�as que se alejan de la esencia de las grandes religiones.
Sobre las relaciones entre criminalidad y pr�ctica religiosa, el te�logo y ex rector de la Universidad Pontificia de Salamanca y de la Universidad Cat�lica de �vila, Jos� Manuel S�nchez Caro, reconoci� que, al ser la religi�n practicada por personas, pueden darse conductas irregulares y criminales.
Sin embargo, seg�n sostuvo en su ponencia, esa �no es raz�n para descalificar las grandes religiones�, ya que, lejos de incitar a la violencia y la criminalidad, la religi�n �puede ayudar mucho a la convivencia ciudadana y a evitar muchos cr�menes�. Pese a ello, admiti� que la exigencia de fe absoluta que requiere el cristianismo ha llevado en ocasiones a violentar a otros para obligarles a aceptar la misma fe.
Cristianismo y poder
Esto ha sucedido hist�ricamente en alguna circunstancia puntual cuando la religi�n cristiana se ha aliado con el poder �lo cual no est� precisamente entre las exigencias del Evangelio�.
S�nchez Caro tambi�n se refiri� a la objeci�n de conciencia invocada por algunos cat�licos para negarse a cumplir algunas leyes como ha ocurrido en casos como la Ley del aborto o, m�s recientemente, con la normativa que introduce la asignatura de Educaci�n para la Ciudadan�a en las aulas. Sin mencionar expresamente estas leyes, el te�logo declar� que la aceptaci�n de la objeci�n de conciencia del creyente por parte de la autoridad judicial y pol�tica es una �muestra de madurez democr�tica�. S�nchez Caro hizo esta reflexi�n en el transcurso de una mesa redonda sobre la religi�n en la convivencia social desde los distintos cultos incluida en la jornada inaugural del II Congreso Internacional de Criminolog�a Ciudad de Zamora, centrado en el an�lisis de las relaciones entre violencia criminal y religi�n.
El catedr�tico de la Sagrada Escritura abulense defendi� la objeci�n de conciencia del creyente cuando �ste considera que la ley choca con sus convicciones religiosas y siempre que esa actitud �no da�e de manera inevitable� a una persona ni contravenga alguno de los derechos humanos b�sicos.
Agreg� que es inevitable que haya conflicto entre las creencias y la normativa legal y en estos casos defiende que el creyente acate cualquier ley aprobada democr�ticamente, aunque tambi�n es partidario de que se acepte la objeci�n de conciencia del creyente.
Por su parte, el responsable del centro cultural isl�mico de Madrid, Saif Ben Abdennour, defendi� en la mesa redonda vespertina que los cultos religiosos, y en concreto el isl�mico, pueden aportar su granito de arena para �la cohesi�n de nuestras nuevas sociedades cambiantes de forma permanente�.
Modelo integrador
Saif Ben Abdennour apost� por un modelo integrador de la sociedad basado en cinco pautas propuestas por el Islam: la superaci�n, el respeto a la diversidad, el perd�n, la b�squeda de puntos de encuentro y el conocimiento mutuo.
Otro de los conferenciantes, el catedr�tico de Fisiolog�a Humana de la Universidad Complutense de Madrid y de Fisiolog�a Molecular y Biof�sica de la Universidad de Iowa (Estados Unidos), Francisco Mora Teruel, diseccion� la biolog�a del fen�meno religioso y las relaciones existentes entre la epilepsia y el misticismo religioso. Mora Teruel coment� que las experiencias de los m�sticos o las experimentadas en la meditaci�n tras muchos a�os de aprendizaje, son procesos que �ocurren en el cerebro y que pueden ser activados como procesos fisiol�gicos�.
El biof�sico, coautor del "Diccionario de Neurociencia" y autor de libros como "Continuum", "El reloj de la sabidur�a" o "El sue�o de la inmortalidad", tambi�n suscribi� la afirmaci�n de Ramachandr�n de que en el cerebro humano existen circuitos neuronales que intervienen en la experiencia religiosa y que en algunos epil�pticos estos circuitos se vuelven hiperactivos.
Fuera del cuerpo
El ponente explic� que se ha observado que en determinadas epilepsias focales, durante la descarga neuronal, los pacientes experimentan grandes sensaciones emocionales que en algunos casos se traducen en una sensaci�n de estar fuera del cuerpo o de estar en comunicaci�n directa con Dios. �Son pacientes que experimentan conversiones religiosas s�bitas, hiperreligiosidad, hipergrafia y proligiosidad en el discurso, sus conversaciones siempre giran en torno a la religi�n y la filosof�a�, se�al� Francisco Mora en el resumen de su ponencia, dedicada �al determinismo del ser religioso: biolog�a del fen�meno religioso�. Los grandes m�sticos espa�oles, como Santa Teresa de Jes�s o San Juan de la Cruz, podr�an entrar en esta categor�a, incluso ap�stoles como San Pablo y su conversi�n al cristianismo.
Publicado originalmente en Norte Castilla (Espa�a)