La resiliencia es la capacidad de una persona para adaptarse con �xito al estr�s, trauma o adversidad. La ciencia comienza a entender los factores psicosociales y las bases neurobiol�gicas asociadas con la resiliencia humana. Aunque el estr�s en la infancia aumenta el riesgo de trastorno mental de los adultos, hay pruebas de que cierta exposici�n al estr�s en la infancia disminuye la presencia de una psicopatolog�a posterior.
Experiencias estresantes desafiantes, pero no abrumadoras, promover�an el desarrollo de la regulaci�n de la capacidad de resiliencia. Cierta exposici�n a niveles tolerables de estr�s en la infancia producir�a cambios cerebrales que influir�an la respuesta inicial a eventos traum�ticos posteriores.
El funcionamiento adaptativo de los circuitos cerebrales del miedo, recompensa, regulaci�n emocional y comportamiento social ser�an la base de la capacidad para enfrentar temores, experimentar emociones positivas, buscar maneras positivas de replantear acontecimientos estresantes y beneficiarse del apoyo de amistades.
Algunos traumas infantiles se asocian con cambios hormonales y de neurotransmisores que aumentar�an la vulnerabilidad a trastornos psiqui�tricos en la edad adulta. Estudios realizados en animales demostraron que la separaci�n materna prolongada en la vida temprana tiene efectos adversos duraderos sobre la respuesta al estr�s.
Otros estudios, en ni�os adoptados en orfanatos institucionales en Rumania, ilustran la capacidad de los sistemas de adaptaci�n para resistir o recuperarse de perturbaciones. Por medio de investigaciones con roedores se mostr� que un entorno enriquecido durante el desarrollo hace a los animales menos vulnerables al estr�s m�s tarde en la vida y revierten conductas inducidas por la separaci�n materna prolongada. Una estrecha relaci�n con adultos responsables, competencia social, ayuda social y capacidad de autorregulaci�n ser�an protectores durante el desarrollo.
Reinterpretar el significado de los est�mulos negativos, con la consecuente reducci�n en las respuestas emocionales, se denomina reevaluaci�n (cambiar la manera en que sentimos, cambiando la manera en que pensamos). Los individuos resilientes son mejores en esta reevaluaci�n y la utilizan m�s.
La cooperaci�n mutua activa circuitos de recompensa del cerebro. Un sentido de prop�sito y un marco interno de creencias acerca de lo correcto e incorrecto son caracter�sticas de las personas resilientes. Las creencias religiosas y las pr�cticas espirituales podr�an facilitar la recuperaci�n y la b�squeda de sentido despu�s de un trauma.
Sin duda, el optimismo y las emociones positivas contribuyen a respuestas cognitivas saludables. Ese "sesgo optimista" evidencia el esfuerzo humano por mantener una visi�n controlable de su entorno, que falla en la depresi�n. En esa situaci�n, los mecanismos cerebrales que regulan nuestro estado emocional se vuelven en contra del sistema, y en lugar de actuar como un filtro de nuestra experiencia, funcionan como un testigo cruel y despiadado de las inclemencias externas y de nuestras limitaciones para enfrentarlas.
Ciertas formas de psicoterapia pueden mejorar atributos psicol�gicos asociados con la resiliencia y las intervenciones tempranas en el desarrollo tienden a maximizar la resistencia al estr�s. Una mayor comprensi�n de los circuitos neurales que subyacen a la resiliencia podr�a eventualmente brindar nuevas modalidades de intervenci�n.
Publicado originalmente en Clar�n (Argentina)