Las sensaciones de �nervios en el est�mago� o de sentir en las v�sceras punzadas de angustia o de cualquier otra emoci�n son consecuencia de la existencia de lo que los especialistas llaman un �segundo cerebro� en nuestro organismo.
Este segundo cerebro consiste en una red de neuronas, a menudo pasada por alto, que recubre nuestras v�sceras. La profundizaci�n en el conocimiento de esta masa de tejido neuronal formada por importantes neurotransmisores est� revelando que este segundo cerebro hace mucho m�s que controlar la digesti�n de alimentos.
Un art�culo reciente publicado por la revista Scientific American analiza los conocimientos m�s recientes sobre esta red neuronal y explica las caracter�sticas del t�cnicamente conocido como �sistema nervioso ent�rico�.
Sentir, pero no pensar
El estudio del segundo cerebro ha dado lugar, en las �ltimas dos d�cadas, a una rama de investigaci�n conocida como neurogastroenterolog�a. La importancia de conocer a fondo el sistema nervioso ent�rico radicar�a en que �ste se encarga de que las funciones digestivas mantengan un funcionamiento coordinado e integrado.
Pero no s�lo eso, afirman los expertos. Situado en el interior de las entra�as, el segundo cerebro est� conectado con el cerebro situado en el interior del cr�neo y, al menos en parte, determina nuestro estado mental y juega un papel clave en ciertas enfermedades del organismo.
Fuera de su alcance quedan, a pesar de la gran repercusi�n que esta red neuronal tiene para el cuerpo, la generaci�n de pensamiento consciente y la capacidad de decisi�n, afirman los investigadores.
Seg�n declara el experto en la materia Michael Gershon, del Columbia University Medical Center: �el segundo cerebro no ayuda en los procesos mentales: la religi�n, la filosof�a y la poes�a est�n en manos del otro cerebro�. Gershon est� especializado en el estudio de esta red de neuronas, y es autor de un libro titulado �The Second Brain�.
El sistema nervioso ent�rico est� compuesto por conjuntos de neuronas incrustadas en las paredes del largo tubo del intestino, o canal alimenticio, cuya extensi�n es de alrededor de nueve metros, desde el es�fago al ano.
Este segundo cerebro contiene alrededor de 100 millones de neuronas, que es m�s de las que hay en la m�dula espinal o en el sistema nervioso perif�rico, explica Gershon.
Esta enorme cantidad de neuronas del sistema nervioso ent�rico es la que permite que la digesti�n se haga de forma apropiada, sin que el cerebro principal tenga que intervenir en sus procesos: la rotura de los alimentos, la absorci�n de los nutrientes y la expulsi�n de los desechos requieren de procesos qu�micos, contracciones musculares, etc. de los que se encarga el segundo cerebro, de forma independiente.
Pero la complejidad del sistema nervioso ent�rico no termina ah�, porque este segundo cerebro tambi�n influye en una gran parte de nuestras emociones: la sensaci�n de tener �mariposas en el est�mago�, por ejemplo, es en realidad una se�al fisiol�gica que responde a un estado de nervios o de estr�s, y que percibimos gracias los nervios presentes en nuestro intestino.
Intestino y salud
La complejidad del segundo cerebro hace que, seg�n Gershon, de �l dependa en parte nuestro bienestar f�sico y emocional cotidiano.
Dada la concordancia entre ambos cerebros, los cient�ficos afirman que, por ejemplo, ciertos tratamientos contra la depresi�n que tengan como objetivo la mente, pueden impactar sin pretenderlo en el intestino.
Es el caso de ciertos medicamentos antidepresivos, los denominados inhibidores selectivos de la recaptaci�n de la serotonina (ISRS), que aumentan los niveles de serotonina en el organismo, y que pueden provocar efectos gastrointestinales secundarios, como el s�ndrome del intestino irritable.
Esto es debido a que la serotonina, una hormona que es sintetizada por el sistema nervioso central y que act�a como neurotransmisor, se encuentra en su mayor parte (en un 95%) en el tracto intestinal del organismo.
Los cient�ficos est�n descubriendo que la serotonina podr�a, adem�s, jugar un papel en la aparici�n de otras enfermedades. Recientemente, en la revista Nature apareci� un art�culo que relacionaba un medicamento inhibidor de la producci�n de serotonina en el intestino con la osteoporosis (enfermedad �sea degenerativa) en roedoras postmenop�usicas.
Asimismo, la serotonina del �segundo cerebro� podr�a jugar un papel en el autismo. En sus investigaciones, Gershon ha descubierto que los mismos genes implicados en la formaci�n de la sinapsis (conexiones entre neuronas) del cerebro est�n tambi�n implicados en la formaci�n de sinapsis del sistema nervioso ent�rico. Seg�n �l, si estos genes se ven afectados por el autismo, esto podr�a explicar por qu� muchos ni�os autistas padecen anomal�as gastrointestinales.
Otras investigaciones actuales tratan de establecer c�mo el segundo cerebro interviene en la respuesta inmune del organismo, dado que el 70% de nuestro sistema inmunol�gico se centra en el intestino para expulsar y matar a sus invasores.
Publicado originalmente en Tendencias 21