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Tailandia puede albergar a alrededor de 10 por ciento de los microorganismos y hongos del mundo", explica Jariya Sakayaroj, quien pasa tanto tiempo en el agua que pronto se convertir� en una sirena. Pero la perspectiva de hallar cura a diversas enfermedades le importa m�s.

Microbi�loga de la Unidad de Tecnolog�a de Biorrecursos en el Centro Nacional para la Ingenier�a Gen�tica y la Biotecnolog�a (Biotec), Jariya sabe que las horas que pasa investigando las �reas costeras de Tailandia pueden acarrear descubrimientos que alg�n d�a ayuden a combatir dolencias cardiacas, c�ncer u osteoporosis. 

Jariya surca las aguas buscando hongos que puedan alojar compuestos bioactivos que luego puedan utilizarse en tratamientos m�dicos. 

Dice que la ecolog�a �nica de los manglares, con sus aguas salobres que suben y bajan dos veces al d�a, representa un entorno particularmente hostil para los hongos, volviendo su resiliencia especialmente atractiva para las empresas farmac�uticas. 

Sin embargo, advierte: "Nunca sabremos cu�les podemos estar perdiendo a medida que los mares se vuelven m�s c�lidos y cambian los patrones de las tormentas. Est�n teniendo lugar grandes cambios que necesitamos abordar, pero los microsc�picos tambi�n requieren atenci�n". 

De hecho, mientras buena parte del mundo considera que la reducci�n del h�bitat helado de los osos polares es el principal presagio de p�rdidas ecol�gicas causadas por el cambio clim�tico, los cient�ficos tailandeses vienen trabajando en una relativa oscuridad, como si corrieran contra el tiempo para documentar las microespecies de los ecosistemas acu�ticos. 

Jariya dice que los microorganismos representan uno de los mayores segmentos del inventario biol�gico del planeta. Pero agrega que hasta ahora se ha identificado apenas alrededor de 10 por ciento de los microorganismos del mundo --que se estima son 1,5 millones--, y teme que muchos puedan estar desapareciendo antes de que se conozcan sus compuestos. 

De las 549 especies de hongos marinos cuya existencia se conoce, 180 se encuentran en este pa�s del sudeste asi�tico. Cuarenta de ellas son nuevas y fueron descubiertas en la �ltima d�cada por la unidad donde trabaja Jariya. 

Hace m�s de 80 a�os, la penicilina present� al mundo el valor de los hongos para la medicina. Pero fue reci�n en los �ltimos 15 a�os que los investigadores fueron m�s agresivos a la hora de rastrillar el planeta en busca de nuevos hongos y bacterias que puedan hacer avanzar los tratamientos m�dicos. 

Hasta ahora, 15 investigadores de Biotec que estudian ecosistemas marinos, de agua dulce y forestales han identificado 2.500 nuevos microorganismos y 70 nuevos compuestos bioactivos con nuevas estructuras bioqu�micas. 

Todos ellos est�n ahora en los laboratorios del gigante farmac�utico suizo Novartis, donde son sometidos a m�s an�lisis para identificar sustancias que puedan ser efectivas en el tratamiento de enfermedades. 

Novartis lleg� a Tailandia en 2005 para asociarse con Jariya y otros investigadores de Biotec. Seg�n este centro, alrededor de 20 por ciento de los microorganismos que ahora estudia Novartis proceden de Tailandia.

Sin embargo, esto genera recelos entre algunos expertos tailandeses. Por ejemplo, la farmac�loga y experta en medicina herbal Supaporn Pitiporn, del hospital Abhaibhubejhr, en la oriental provincia de Prachin Buri, destaca que aunque el trabajo de Jariya es vital, Tailandia debe debe llevar un registro de los compuestos bioactivos que se descubren dentro de sus fronteras. 

"Los beneficios de los hongos en particular son invalorables. Se usan en muchas curaciones tradicionales, incluida la desintoxicaci�n, y como complementos nutricionales", dice Supaporn, quien convirti� los productos herbales de su hospital en un �xito de ventas. 

"Sin embargo, el gobierno ha protegido muy mal los derechos de la propiedad intelectual, y estos tratamientos son robados, comercializados" y generan ganancias econ�micas a las principales empresas farmac�uticas, se�ala. 

Los curanderos tradicionales tailandeses reconocen la eficacia de los microorganismos que componen los hongos para tratar diversas enfermedades. El hongo Reishi, por ejemplo, se usa para retrasar el crecimiento de tumores, as� como para estimular el sistema inmunol�gico. Mientras, el hongo Boletus se recomienda para quienes padecen tuberculosis. 

Tambi�n se descubri� que las bacterias proteol�ticas, que prosperan en alimentos tradicionales tailandeses fermentados, pueden reducir las alergias al trigo y a la leche. 

Pero aunque preocupa la potencial p�rdida de derechos intelectuales sobre los microorganismos de Tailandia, los investigadores de este pa�s tambi�n dicen que es importante que la gente se d� cuenta de que incluso la m�s diminuta de las especies puede tener un rol en la mitigaci�n del cambio clim�tico. 

Microorganismos como las algas ya son observados como fuentes de energ�a sustentable, mientras que a�n las peligrosas bacterias Escherichia coli (o E. coli), causantes de la mayor�a de los envenenamientos de alimentos, pueden transformarse pronto en f�bricas de biocombustibles. 

"Apenas estamos empezando a explorar lo que nos pueden ofrecer los microorganismos, por lo que los esfuerzos por proteger los ecosistemas que los sostienen se vuelven cada vez m�s importantes", destaca Supaporn. 

Tambi�n es fundamental el rol que juegan las especies en ayudar a Tailandia a comprender mejor la direcci�n que est� adoptando el cambio clim�tico, observa Visut Baimai, director del Programa de Investigaci�n y Capacitaci�n en Biodiversidad. 

"Mientras se invierten tantos recursos en sofisticados modelos clim�ticos, la observaci�n de las respuestas de plantas y animales al aumento de las temperaturas ambientales de sus h�bitats pueden decirnos mucho", agrega. 

Eso incluye el rastreo de microorganismos. Seg�n Visut, cuanta m�s documentaci�n haya sobre las especies, tanto grandes como peque�as, m�s r�pido ser� el apoyo p�blico a pol�ticas m�s agresivas contra el cambio clim�tico. 

"La poblaci�n tailandesa est� m�s preocupada por los animales que por las gr�ficas y las listas", dice. 

"Para bien o para mal, necesitan ver esta clase de impactos antes de sentirse obligados a actuar", a�ade. 

Publicado originalmente en IPS Noticias