Desde Sigmund Freud hasta Jean Piaget y Lawrence Kohlberg, durante mucho tiempo los psic�logos argumentaron que los hombres empiezan su vida como animales amorales. Y una de las tareas m�s importantes de la sociedad, y de los padres en particular, es convertir a los beb�s en seres civilizados.
Sin embargo, cada vez existe m�s evidencia que sugiere que los humanos tienen un sentido moral rudimentario ya desde el comienzo de sus d�as. Se pueden ver destellos de pensamientos, juicios y sentimientos morales, incluso en el primer a�o de vida.
Estudiar las habilidades cognitivas de cualquier criatura que no posea el lenguaje es un desaf�o, pero los beb�s humanos presentan una dificultad adicional, porque incluso comparados con ratones o p�jaros est�n limitados: no pueden correr por laberintos o accionar manivelas.
En la d�cada del 80, los psic�logos empezaron a explorar el conocimiento de los beb�s a trav�s de uno de los pocos comportamientos que pueden controlar: el movimiento de sus ojos. Al igual que los adultos, cuando los beb�s ven algo que encuentran interesante o sorprendente tienden a mirarlo durante m�s tiempo que a algo aburrido o esperado. Se puede usar el "tiempo de mirada" como un indicio rudimentario pero fidedigno de lo que captura su atenci�n.
A trav�s de los a�os existieron experimentos que probaron que los beb�s poseen conocimientos ingenuos acerca de la f�sica, la matem�tica y la psicolog�a. Por ejemplo, los psic�logos saben desde hace tiempo que incluso los m�s j�venes sujetos tratan a las personas de manera diferente que a las cosas inanimadas; esperan respuesta: si un objeto m�vil se detiene, ellos pierden el inter�s; si el rostro de una persona se inmoviliza, se afligen.
Entonces, �por qu� parecen tan ignorantes e indefensos? �Por qu� no utilizan sus conocimientos? Una respuesta es que estas capacidades son los equivalentes psicol�gicos de rasgos f�sicos como los test�culos o los ovarios, que se forman en la infancia y despu�s quedan inutilizados durante a�os. Otra posibilidad es que los beb�s usen sus conocimientos a partir del primer momento no para actuar, sino para aprender. La ciencia cognitiva sabe que una cabeza vac�a no aprende nada: un sistema que es capaz de absorber r�pidamente informaci�n necesita tener alg�n tipo de comprensi�n anterior para saber a qu� prestar atenci�n.
Mientras las leyes y verdades de la f�sica y la psicolog�a son universales, la existencia de que existe un c�digo moral universal es una afirmaci�n controvertida. Hay una amplia variaci�n entre las diferentes sociedades. Sin embargo, todos -y en todo lugar- tienen sentido de lo que est� bien y lo que est� mal. Estos conceptos universales tienen sentido evolutivo. Ya que la selecci�n natural funciona, al menos en parte, a nivel gen�tico: es l�gico ser instintivamente buenos con los cong�neres, ya que el hecho de que sobrevivan ayuda a promover los propios genes. Adem�s, a veces es necesario trabajar en grupo con otros humanos, lo que significa que la capacidad de juzgar la bondad o la maldad de otros individuos tendr�a que ser un rasgo adaptativo. Todas �stas son razones para considerar algunos conceptos morales b�sicos como innatos.
Origen evolutivo
Adem�s, los cient�ficos saben que ciertos sentimientos e impulsos de compasi�n aparecen temprano en el desarrollo humano. Parece haber algo evolutivamente antiguo en las muestras de empat�a, que ser�n las bases de los sistemas morales.
Kiley Hamlin, del Laboratorio de Cognici�n Infantil de la Universidad de Yale, estudi� qu� pensaban los beb�s de dos acciones en particular: ayudar e impedir. En uno de los primeros estudios de evaluaci�n moral se usaron objetos geom�tricos reales con caras de personas, manipulados como t�teres, que ayudaban o entorpec�an: un cuadrado amarillo ayudar�a a un c�rculo a subir un monte; un tri�ngulo rojo lo empujar�a por la ladera. Despu�s de ver la escena, el investigador dispon�a a ambos personajes en una bandeja y se los mostraba al ni�o. Encontr� que beb�s de 6 y 10 meses prefer�an al que ayudaba.
Para evitar las preferencias personales -�y si a algunos beb�s les gusta el color rojo o prefieren los cuadrados?- se vari� el uso de colores y formas con respecto al papel que jugaban en la historia. Adem�s, para evitar que los adultos predispusieran a los peque�os, un ayudante que sosten�a la bandeja no sab�a cu�l era el personaje bueno y cu�l el malo, y se les pidi� a los padres que cerraran sus ojos en el momento de la elecci�n.
�Esto significa que los beb�s actuaban de esa manera porque los atra�a el individuo que ayudaba o porque les repel�a el que no ayudaba, o era por ambas razones? Para estudiar este punto se introdujo un personaje neutral, y se encontr� que, dada la opci�n, los ni�os prefer�an al "bueno" por sobre el neutral, y a �ste por sobre el "malo".
Ni�os fruncen el ce�o ante lo cruel
El resultado del estudio de Kiley Hamlin, del Laboratorio de Cognici�n Infantil de la Universidad de Yale, que demuestra que los ni�os prefieren ayudar a impedir, no significa necesariamente que los beb�s conceptualizaran al personaje que ayuda al protagonista como bueno y al otro como malo, pero sus preferencias respondieron a los comportamientos que los adultos describir�an como bueno o decente y malo o cruel.
Se realizaron una serie de estudios manteniendo el formato b�sico del test, pero cambiando las acciones, con resultados similares. Esto sugiere que los beb�s estudiados ten�an una apreciaci�n general de comportamientos buenos y malos, y �sta estaba presente en una variedad de acciones. En uno de los estudios sobre el premio y el castigo, a pesar de preferir en general a los personajes buenos, los beb�s tend�an a elegir a los malos cuando �stos castigaban malos comportamientos.
Probablemente los beb�s no tengan acceso consciente a nociones morales, no tengan idea de cu�ndo ciertos actos son buenos o malos. Responden de manera visceral. De hecho, no act�an como jueces imparciales: tienden a sonre�r y batir sus palmas durante buenos eventos, y a fruncir el ce�o y sacudir sus cabezas durante los momentos malos.
Un bien producto de lo cultural y biol�gico
Hay muchas investigaciones que muestran que los beb�s tienen tres grupos de preferencia: los de tres meses eligen las caras de la raza que les es m�s familiar; los de 11 meses a individuos que comparten su gusto acerca de los alimentos y esperan que sean mejores; los de 12 meses prefieren aprender de alguien que hable su propio lenguaje. E incluso hay experimentos que muestran que una vez que se los segrega en grupos diferentes -por ejemplo, al utilizar remeras coloreadas- ellos favorecen a individuos de su propio grupo.
La idea b�sica de cualquier moral adulta es la imparcialidad. Si se le pide a una persona que justifique sus acciones y uno explica que actu� de tal manera "porque quer�a hacerlo", esto ser� s�lo expresi�n de deseo ego�sta. Pero explicaciones como "era mi turno" son potencialmente morales.
El aspecto de la moral es producto de la cultura, no de la biolog�a. La moral con la que se nace es primitiva, no s�lo en el sentido obvio de que es incompleta, sino en el m�s profundo de que cuando los individuos y las sociedades aspiran a una moral s�lida lo hacen sobre la base que los chicos traen desde el comienzo.
La moral es, entonces, una s�ntesis de lo biol�gico y lo cultural, de lo innato, lo descubierto y lo inventado. De modo que todo indica que los beb�s poseen fundamentos morales: la capacidad y voluntad de juzgar acciones de otros, sentido de la justicia y respuestas viscerales frente al altruismo y la maldad.
Publicado en El Pa�s (Uruguay)