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La noticia la trae InfoBAE (Argentina: Google niega que su plan amenace la neutralidad de la red 

Richard Whitt, consejero de telecomunicaciones y medios de Google en Washington, dijo en un blog de la compa��a que �sta se ofrec�a situar sus servidores entre las prestaciones de los proveedores de servicios de Internet, acercando los datos a los consumidores y por lo tanto facilitando el acceso.
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El Wall Street Journal dijo que la propuesta pondr�a en riesgo la posici�n de neutralidad que sostiene Google. Las empresas de cable y telefon�a trabajan con esos datos, deben tratar todo el tr�fico de manera igualitaria.
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Josh Silver, director ejecutivo del grupo de apoyo Free Press, dijo que cualquier compa��a que planease "violar en secreto" el principio de neutralidad en red se encontrar�a con una oposici�n importante de la comunidad internauta.

Siempre, los m�s grandes problemas sociales son ocasionados por la intervenci�n de los estados, y las soluciones propuestas por sus burocracias son medicinas peores que la enfermedad. Aqu� trataremos brevemente sobre el error del principio de neutralidad de la red y algunas de sus consecuencias.

El Principio de Neutralidad de la Red afirma que debe imponerse la apertura y no discriminaci�n ni restricci�n de contenidos, protocolos, plataformas y tipos de equipamiento necesarios para conexi�n residencial de banda ancha. Tal principio parece pecar de buenista e ingenuo, pero en realidad peca como arbitrario y falto de �tica.

Este principio es una aberraci�n jur�dica puesto que las normas en este sentido hurtan la facultad de disponer sobre una cosa (una red) a su propietario. En tal sentido, las regulaciones de la FCC y cualquier otro organismo regulatorio estatal, son ileg�timas pues constituyen una erosi�n del derecho de propiedad de los accionistas de las empresas proveedoras de conexi�n de banda ancha. Por tanto tales normas basadas en este principio carecen de base �tica.

Explicada la inmoralidad de estas normas (suficiente para invalidar, abolir o desobedecer tales regulaciones), ahora veamos algunas de las consecuencias nefastas de la aplicaci�n de las regulaciones basadas en el Principio de Neutralidad de la red.

La neutralidad de la red es un ejemplo claro de privatizaci�n de las ganancias y socializaci�n de las p�rdidas, debido a que beneficia a los mayores consumidores/productores de contenidos a precios bajos mientras que perjudica a los consumidores con menos demanda/producci�n de informaci�n con precios altos, sin embargo todos usan una red lenta al ser esta "igualitaria". Uno de estos ejemplos es el caso del potocolo de comunicaci�n Bitorrent, el cual permite descargas de archivos P2P. El uso de este protocolo genera un 18-35% de impacto en el tr�fico de una red grande, en algunos casos saturando las redes y causando lentitud. Sin embargo, otros usuarios que no usan este protocolo o cuyo uso del servicio de conexi�n es reducido, deben soportar la lentitud en la red creada por otros y pagando ese exceso. Quienes generan ese abultado tr�fico de red pagan en cambio precios irreales.

La soluci�n al problema anterior radica en desobedecer las normas de neutralidad de la red y por ende que las empresas establezcan precios de acuerdo a la demanda de ancho de banda e incluso que permitan o impidan protocolos de comunicaci�n en forma limitada o total. Lo anterior lejos de encarecer el servicio, permite redes m�s r�pidas y por ende menos costos de mantenimiento; permite ampliar la capacidad de ancho de banda la red, inversi�n en mayor cobertura, un servicio m�s eficiente y precios m�s convenientes hacia los usuarios.

Una segunda consecuencia no prevista de la aplicaci�n del principio de Neutralidad de la red es el tan odiado spam o correo no solicitado. Actualmente la forma de combatirlo es principalmente usando software que elimina los mensajes de correo no solicitado tanto en el servidor del cliente como en el computador del cliente mismo, mas esto de nada sirve para aligerar el tr�fico en la red, el da�o ya est� hecho. La lentitud que el spam causa en las redes, el costo de mantenimiento de los equipos y del software usado para filtrarlo, las demoras y da�os causados por el spam y fraudes relacionados con este, llegar�an a los 50 mil millones de d�lares seg�n una estimaci�n para el a�o 2005.

Mucho de esta enorme cifra que le cuesta a todos los usuarios en el mundo, podr�a reducirse dr�sticamente si se eliminasen las reglamentaciones absurdas basadas en el principio de neutralidad de la red. Las soluciones para detener el spam y el fraude ser�an mucho m�s sofisticadas, algunas implicar�an negar el servicio a los servidores y redes conocidas como utilizadas por los atacantes, aligerando adem�s el tr�fico en las redes mundiales al cesar la comunicaci�n con redes "grises" usadas por spamers (al menos el 90% del correo es spam en cualquier d�a en el mundo seg�n un estimado de Spamhaus).

Cancelar la comunicaci�n de una red con otra o la mera posibilidad de ello, originar�a autoregulaci�n espont�neamente y una mejora de los contratos entre operadoras. Tener una red bloqueada por otras redes es un mal negocio, entonces los correctivos se hacen necesarios en la forma de discriminaci�n de los contenidos de los servidores para reducir en la medida de lo posible el env�o de spam, fraudes electr�nicos, pornograf�a infantil y software malicioso. Eliminar o desobedecer las normas estatales basadas en el Principio de neutralidad de la red har�a posible la emergencia de un mercado de medidas y contramedidas para imposibilitar que los servidores donde se almacena material peligroso para el usuario puedan siquiera conectarse a la red.

�Este escenario puede vulnerar la libertad de expresi�n de los cyberactivistas? no m�s de lo que hacen estados como los de Ir�n, China o Cuba, estados infames que censuran y persiguen a quien piense distinto. Por el contrario, en un mercado libre en donde los operadores buscan maximizar utilidades, estos operadores de redes buscar�n brindar toda la informaci�n leg�tima a sus clientes con la menor intromisi�n posible sobre contenidos, protocolos, incluso permitiendo contenidos potencialmente peligrosos pero bajo advertencia o regulaci�n privada. Existir�n incluso redes que no discriminen contenidos, equipos ni protocolos pero ofrecer�n servicios de esta naturaleza por convicci�n propia y no exigidos por una insensata legislaci�n estatal.