�Es nuestro universo en su conjunto una peque�a isla contenida dentro de un meta-mundo infinitamente vasto y diversificado? Este hecho podr�a ser una de las m�s importantes revoluciones en la historia de las cosmogon�as o, por el contrario, solamente una enga�osa declaraci�n que refleja nuestra incapacidad de comprensi�n de la mayor�a de las leyes fundamentales de la f�sica.
La idea en s� misma no es nueva: desde Anaximandro hasta David Lewis, los fil�sofos han considerado a fondo este hecho incierto. Lo que resulta especialmente interesante hoy d�a es que emerge, casi de manera natural, a partir de algunas de nuestras mejores �aunque a menuda m�s especulativas- teor�as f�sicas. El multiverso no es un modelo, sino una consecuencia de nuestros modelos. Ofrece una comprensi�n obvia de la peculiaridad del estado f�sico de nuestro propio universo. La propuesta es atractiva y cre�ble, pero requiere de una profunda reconsideraci�n de la f�sica actual.
A primera vista, el multiverso parece descansar fuera de la ciencia porque no puede ser observado. �C�mo �siguiendo la prescripci�n de Karl Popper- puede una teor�a ser refutada si no podemos comprobar sus predicciones? Esta manera de pensar no es en realidad correcta en el caso del multiverso por varias razones. En primer lugar, las predicciones pueden realizarse en el multiverso: �ste nos conduce s�lo a resultados estad�sticos, pero tambi�n es cierto que cualquier teor�a f�sica de nuestro propio universo se debe tanto a las fluctuaciones cu�nticas fundamentales como a la medici�n de incertidumbres.
En segundo lugar, nunca ha sido necesario comprobar todas las predicciones de una teor�a para considerarla cient�ficamente leg�tima. La relatividad general, por ejemplo, ha sido verificada ampliamente en el mundo visible y esto nos permite aplicarla a los agujeros de gusano, incluso a pesar de que resulta imposible entrar en ellos para probarla. Por �ltimo, el racionalismo cr�tico de Popper no representa la �ltima palabra en la filosof�a de la ciencia.
Soci�logos, estudiosos de la est�tica y epistem�logos han demostrado que existe otro criterio de definici�n que considerar. La historia nos recuerda que la definici�n de ciencia s�lo puede proceder de la praxis: ning�n �rea en actividad de la creaci�n intelectual puede ser estrictamente delimitada desde fuera. Si los cient�ficos necesitan modificar las fronteras de su propio campo de investigaci�n, ser�a dif�cil justificar una f�rmula filos�fica que los prevenga de hacerlo. Ocurre lo mismo en arte: casi todas las innovaciones art�sticas del siglo XX han transgredido la propia definici�n de arte legada por la est�tica del siglo XIX. Al igual que la ciencia y los cient�ficos, el arte viene definido desde el interior, por los propios artistas.
Una posibilidad real
Por todas estas razones, se debe considerar seriamente la posibilidad de que vivamos en un multiverso. Esto podr�a ayudar a comprender los problemas de la complejidad y de la sencillez. El hecho de que las leyes y consensos de la f�sica parezcan tan afinados como para permitir la existencia de la vida en ingentes cantidades procedentes de valores extremadamente �improbables�, resulta obvio a partir de la suposici�n de que nuestro universo es s�lo una peque�a parte de un vasto multiverso, en el que las diferentes regiones presentan leyes distintas. Desde esta perspectiva, vivimos en una de las �reas �antr�picamente favorables�. (En cosmolog�a el principio antr�pico establece que cualquier teor�a v�lida sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano. N. de la R.)
Esta selecci�n antr�pica posee dimensi�n estrictamente teleol�gica y no teol�gica, sin ninguna relaci�n con cualquier tipo de �dise�o inteligente�. No ser�a otra cosa que la generalizaci�n evidente del efecto de selecci�n que ya debe ser considerado dentro de nuestro propio universo. Cuando se maneja cualquier muestra, resulta imposible no preguntarse si es representativa del conjunto entero, y esta cuesti�n por supuesto debe extenderse cuando se considera nuestro universo dentro del multiverso.
El multiverso no es una teor�a. Aparece como consecuencia de algunas teor�as, que adem�s tienen otras predicciones que pueden probarse dentro de nuestro propio universo. Existen muchos tipos distintos de multiversos posibles, dependiendo de las teor�as particulares, estando algunas de ellas incluso posiblemente entretejidas.
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