El estadounidense, de 25 años, es uno de los 40 galardonados con una beca de 28.000 dólares de la Fundación Thomas J. Watson, el fundador del gigante informático IBM, que está destinando a documentar la cultura ciclista en los cuatro continentes.
Siracusa ha visitado Copenhague -a la que describe como la ciudad más avanzada en términos ciclistas-, Amsterdam, Melbourne, Londres y Berlín.
A Pekín, conocida antaño como "el reino de la bicicleta", llegó el uno de marzo para descubrir que la situación era "nefasta" y "difícil de aceptar" con respecto a sus expectativas.
"Vine para comprobar el declive de la cultura de la bicicleta, pero verlo de primera mano y conocerlo intelectualmente son dos cosas diferentes", señala el investigador al referirse a una ciudad cuya superficie completamente plana la hace idónea para los pedales.
La desaparición se debe al creciente uso del automóvil privado en una ciudad superpoblada que cuenta ya con un parque de vehículos superior a los cuatro millones de unidades.
El estadounidense ha dedicado su visita a Pekín a comprobar la situación en primera fila desde su "Giant XC770" mediante la observación del tráfico rodado, las infraestructuras y de otros ciclistas. Después de Pekín, Siracusa se dirigirá a Guatemala.
La bicicleta tiene sus incondicionales todavía en Pekín, como quienes han abandonado las cuatro ruedas porque no soportaban los interminables atascos, entre ellos el grupo Safer than Cars ("Más seguro que un auto", en inglés), formado en enero por chinos y extranjeros con el objetivo de elevar la conciencia sobre el medio ambiente y los pedales.
Noticia publicada en ABC (España)