Desde hace casi una semana, la televisi�n del r�gimen comunista muestra el ata�d de vidrio con el cuerpo del exdirigente en un mausoleo de Pyongyang homenajeado por miembros de la �lite aparentemente bien alimentados y vestidos.
Pero las c�maras se focalizan en la capital y fuera de ella muchos norcoreanos de las ciudades peque�as y aldeas pasan miseria, comen malamente o incluso mueren de hambre, seg�n los cooperantes humanitarios y refugiados que huyeron del pa�s.
El sistema centralizado de distribuci�n de comida no funciona y las malas condiciones meteorol�gicas arruinaron varias cosechas, dejando al pa�s bajo fuerte dependencia de la ayuda exterior.
"La entrega de comida en Pyongyang no es comparable a la del resto del pa�s, porque es la vitrina de Corea del Norte", explica Yeom Kwang-jin, un exiliado en Corea del Sur que ayuda a los tr�nsfugas del Norte.
"En Pyongyang, la gente recibe un poco, en otras partes, el reparto par� completamente. La gente -asegura- acude al mercado negro para sobrevivir".
Bajo Kim Jong-il, una terrible hambruna mat� a cientos de miles de norcoreanos en los a�os 1990, mientras el pa�s financiaba la investigaci�n para fabricar la bomba at�mica. Hoy en d�a todav�a escasea la comida.
"Nadie puede comer tres veces al d�a. La gente hace lo que puede para comer al menos una vez", cuenta Lee Hae-Young, director de la Asociaci�n de tr�nsfugas norcoreanos. "La mitad de mis amigos que se quedaron all� se murieron de hambre o est�n casi inv�lidos y sin dientes".
Seg�n la ONU, seis millones de personas - un cuarto de la poblaci�n - necesitan urgentemente ayuda alimentaria en este pa�s.
Jonathan Dumont, del Programa Mundial de Alimentos, viaj� este a�o a Corea del Norte. Vio a un ni�o de cuatro a�os tan d�bil que no se ten�a en pie y a escolares de siete a�os demasiado desnutridos para poder jugar en el patio.
"Las raciones diarias quedaron reducidas a unas cuantas patatas peque�as por persona, un tercio de lo que eran antes", describi�.
Una ONG con sede en Se�l, Good Friends, asegura que muchos campesinos s�lo comen una especie de caldo de hierbas. Pero con frecuencia los ni�os no son capaces de digerir las hierbas y la paja, que mezclan con ma�z cuando pueden permit�rselo, y a veces se mueren.
La poblaci�n tambi�n sufre de falta de calefacci�n y el invierno se convierte en una pesadilla. "La electricidad no funciona m�s que dos horas por d�a en Pyongyang, y nada en el resto del pa�s", afirma un refugiado que trabaja en una radio abierta en Corea del Sur que emite hacia el Norte.
Los habitantes se ven obligados en ocasiones a quemar la madera de sus muebles para calentarse. En los a�os 1960, la Corea del Norte comunista era m�s rica que su vecina capitalista del Sur, pero se hundi� en los a�os 1990, cuando la desmembraci�n de la URSS puso fin a la ayuda sovi�tica.
El Producto Interior Bruto por habitante del Norte es actualmente casi 20 veces inferior al del Sur, que creci� de forma casi ininterrumpida desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En 2009, el gobierno norcoreano revalu� bruscamente su moneda, lo que empobreci� todav�a m�s el pa�s.
El r�gimen se mantiene gracias a una pol�tica represiva que desemboc� en el encierro de 200.000 presuntos opositores en campos "espantosos" durante la pasada d�cada, seg�n Amnist�a Internacional. Los prisioneros comen ratas y semillas que encuentran en los excrementos de animales, afirma la organizaci�n.
Contrastando con las fotograf�as oficiales, las im�genes que se filtran al exterior muestran a gente paup�rrima.
En un v�deo grabado clandestinamente en 2010 por un periodista norcoreano que trabaja para la revista japonesa Rimjingang, una mujer fam�lica de 23 a�os recoge hierba. Cuando el reportero le pregunta qu� come, responde: "Nada". Meses m�s tarde, su cuerpo fue encontrado sin vida, seg�n la revista.
Noticia publiicada en El universo (Ecuador)