El material radiactivo no es sencillo de transportar sin causar graves daños sobre aquellas personas y animales que se encuentre a su paso. Pero esto no ha frenado a una panda de peculiares ladrones, que han hurtado material radiactivo de una planta nuclear en contrucción en Egipto, según publica la revista Nature.
El peligroso robo se ha producido esta semana, según ha confirmado la Agencia Internacional de la Energía Atómica. El riesgo de manejar material radiactivo sin control es elevado: la sustancia libera partículas que interaccionan con los tejidos vivos, y que son capaces, entre otros perjuicios, de causar peligrosas mutaciones en el cuerpo, por ejemplo, cáncer.
Unos cacos poco precavidos
Pero estos riesgos parecen haber sido ignorados por los cacos radiactivos egipcios, que no han dudado en entrar en la planta nuclear para hacerse con restos de material activo, que debía usarse para calibrar los detectores de radiactividad, que pueden evitar un accidente en caso de fuga.
"Según la información de la que disponemos, el material robado sería de un tipo de sustancia de baja radiactividad", ha señalado un portavoz de la Agencia Internacional de la Energía. La "baja radiactividad" no asegura, sin embargo, que los ladrones nucleares estén libres de peligro, como ha señalado por su parte el director del Centro de Estudios Radiactivos Medioambientales", Ronald Chesser.
Chesser duda, no obstante, de que los cacos sean expertos en manejar este tipo de sustancias. "Eran pequeños trozos de material radiactivo, pero sigue siendo preocupante que esta sustancia esté en unas manos desconocidas", ha advertido el director del centro, Ronald Chesser.
Noticia publicada en El Economista (España)