Aunque este extracto no es ningún descubrimiento, hasta el momento no se había realizado ninguna investigación similar que dejara patente la mejora de los factores de riesgo cardiometabólicos asociados a la obesidad, según explica María Dolores Herrera, directora del grupo de investigación.
Y así se ha demostrado a través del estudio desarrollado en ratas. «Las ratas obesas que no han sido tratadas con este extracto han desarrollado todos los parámetros habituales del síndrome cardiometabólico, mientras que a las que se les ha suministrado, a través de la alimentación, ha bajado el colesterol y mejorado la tolerancia a la glucosa».
Para María Dolores Herrera, uno de los puntos destacados de esta investigación reside en las características del extracto, «es un polvo soluble en agua», que difiere del aceite insoluble de salvado de arroz que se encuentra en el mercado. Y también destaca el hecho de que el extracto se obtiene de la cascarilla del arroz, que se suele tirar o utilizar para los animales. «Sería una buena forma de usar este subproducto a tan bajo coste».
Este extracto «está enriquecido en gamma oryzanol en cuatro veces más del original, siendo éste el principio mayoritario del salvado de arroz. También es rico en vitamina E, con propiedades antioxidantes».
Esta es una más de las investigaciones que el grupo de Farmacología Cardiovascular está llevando a cabo y que próximamente será publicada en una de las revistas especializadas en nutrición destinadas a difundir los resultados de las investigaciones realizadas. El objetivo es «conocer los beneficios de fármacos y sustancias de origen natural para el tratamiento de patologías como la hipertensión, la arteriosclerosis, y el envejecimiento».
De hecho, siguen trabajando en el desarrollo de nuevas posibilidades de aplicación terapéuticas en el aceite de oliva , el agua de vegetación, así como en la producción de una nueva generación de alimentos para el control del peso y prevención de la obesidad. Además, colabora con el grupo Biofotónica Integrada del Centro Nacional de Microelectrónica de Barcelona para el desarrollo de microdispositivos fotónicos que permitan identificar y evaluar biomarcadores de enfermedades cardiovasculares y metabólicos objeto de esta investigación.
Y seguirán investigando con el extracto de salvado de arroz, en esta ocasión para conocer su comportamiento en la grasa interna y determinar si los marcadores inflamatorios disminuyen también con ese extracto. Para ello, solicitarán al Ministerio la renovación de la subvención en investigación para poder profundizar, durante otros tres años más, en estos aspectos.
Otra cuestión será poner este producto al mercado, teniendo en cuenta los múltiples controles pertinentes que hay que superar hasta su uso en personas.
Noticia publicada en ABC de Sevilla (España)