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La solución para erradicar el VIH podría estar más cerca  que nunca según revela la revista Nature con la publicación del resultado del estudio, que analiza la manera de actuar del virus.

Su modus operandi es siempre el mismo: se infecta una persona busca refugio y cuando ya lo tiene se desprende de lo accesorio y después se queda con lo más valioso que tiene, que es su código genético, el abc de la enfermedad. Hasta aquí su erradicación sería muy sencilla sino fuera porque el VIH tiene la habilidad de camuflarse con el ADN de las células de la persona, de modo que aunque bajo tratamiento no cause mayor daño a la persona si la mantiene en alerta constante porque es un peligro latente, que siempre exige un control.

Ha sido a partir de esta filosofía de vida que adoptan los pacientes, la de una medicación de por vida para mantener el VIH latente, la que ha puesto sobre la pista a los investigadores que experimentaron con 8 hombres voluntarios con VIH en estado de absoluto control. A todos ellos se les proporcionó el medicamento conocido por el nombre de Vorinostat. Tras su ingesta se procedió a medir el nivel de leucocitos y el resultado fue el siguiente: su nivel se había multiplicado por 4,5, es decir, el VIH había picado en la trampa para dar la cara. Sacar al virus de su escondite en la maraña del ADN de los enfermos es uno de los primeros pasos para avanzar en la erradicación.

El ensayo con estos 8 hombres ha sido solo el primer paso hacia una curación, que respalda la teoría de que la lucha contra el cáncer y la del VIH han de ir unidas, porque no hay que olvidar que la única persona en todo el mundo que hasta ahora ha vencido al VIH lo hizo a través de un tratamiento de quimioterapia y con una reconstrucción completa de su sistema inmunitario.

La investigación en el interior de la célula es primordial, porque ahí se refugia el VIH y desde ese punto declara la guerra al sistema inmune. Sin un tratamiento adecuado que lo neutralice podría generar enfermedades secundarias que son las que matan al paciente. Puede ser desde una neumonía hasta un cáncer del tipo que sea. En todo caso, como el VIH mata las defensas deja al cuerpo sin armas para combatir dolencias y enfermedades graves. De ahí también la importancia de la aplicación del  Vorinostat y la multiplicación del nivel de leucocitos que dan la clave de dónde juega el VIH a esconderse.

Noticia publicada en Expresión Digital