Por estos días en que el espacio exterior nos mantiene atentos con constantes hallazgos de galaxias y mundos nuevos y el vecino planeta Marte nos revela más de sus enigmas; nos detenemos en el interior de nuestro hogar, la Tierra, y su asombrosa naturaleza.
El reino vegetal ha mantenido casi toda la exclusiva del asombroso proceso de la fotosíntesis, donde las plantas son capaces de tomar energía luminosa y usarla para crear su propio alimento.
Hoy descubren que un grupo de insectos de la familia de los áfidos o pulgones, conocidos parásitos de algunos jardines, poseen un sistema capaz de realizar una rudimentaria fotosíntesis.
Los áfidos más conocidos son los blancos, pero hay de variadas tonalidades anaranjadas provenientes del pigmento carotenos, el cual se encuentra en vegetales como tomates o zanahorias.
Científicos de la Universidad de Yale en EEUU, estudiaron áfidos con altos niveles de carotenos para intentar saber cómo llegaban estos a su organismo. Se midieron los niveles de energía producida por estos insectos, expresada en ATP, y se observó que los de color naranja al ser expuestos a la luz multiplicaban ellos solos la producción de ATP.
Así los investigadores descubren lo que parece ser el primer representante del reino animal con la capacidad de, al menos parcialmente, sintetizar su propio alimento. Fotosíntesis, proceso mayoritario de las plantas y en mínima cantidad en ciertas bacterias, hongos y algas.
Los científicos de EEUU además analizaron y purificaron los carotenos hallados en los áfidos estudiados y dieron como resultado que esa sustancia guarda la capacidad de producir energía absorbiendo la luz. Este hallazgo de la naturaleza se puede conocer con más detalle en la revista Nature.
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