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La investigación, en la que también han colaborado otros científicos europeos, ha sido publicada por la revista "Ecography".

Es la primera vez que se demuestra que esta especie de mariposa, que se llama así porque sus orugas se alimentan de los cardos, es capaz de volver a África en otoño, como hacen también las aves migratorias, cerrando así un ciclo migratorio continuo.

El estudio del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF) de la UAB y del museo granollerense se ha realizado con el análisis de más de 60.000 observaciones procedentes de más de 60 países de África y Europa.

Los investigadores han acreditado que el ciclo anual de la mariposa de los cardos conlleva un viaje intercontinental "épico", en el que se desplazan cientos de millones de mariposas en un viaje de ida y vuelta, en parte invisible y a grandes alturas.

El estudio constata que estos movimientos migratorios alcanzan hasta 6.500 kilómetros, unos 60 grados de latitud, desde países como Ghana y Senegal hasta el norte de Noruega o Islandia.

Según el investigador del Museo de Granollers Constantí Stefanescu, "las mariposas pueden hacer estas enormes distancias porque utilizan vientos favorables a gran altura, entre 200-500 metros, e incluso más arriba. Con la ayuda de estos vientos, pueden desplazarse a 40-50 kilómetros por hora y, en casos extremos, atravesar más de mil kilómetros de océano en poco más de un día".

Según los autores de la investigación, este descubrimiento ayudará a predecir posibles plagas futuras y tiene implicaciones importantes en el campo de la entomología aplicada, ya que es muy probable que otros insectos migrantes sigan ciclos muy similares, incluidas algunas especies (como mariposas nocturnas) que se comportan como plagas agrícolas graves.

Para explicar la magnitud del proceso, los científicos indican que los radares detectaron en verano de 2009 que 4 millones de mariposas atravesaron unos 300 kilómetros al sur de Inglaterra.

La mariposa migratoria de los cardos no causa daños en la agricultura, pero otras especies con ciclos similares pueden ocasionar pérdidas enormes en productos de la huerta, han explicado los investigadores, que esperan poder ayudar a minimizar estas pérdidas en los próximos años.

Sin embargo, las previsiones de cambio climático, con una mayor frecuencia de episodios de vientos saharianos, aumenta el riesgo de que estas migraciones sean cada vez más importantes.