La racionalidad social, estimula el desarrollo de propuestas institucionales e individuales, como la del arquitecto Daniel Fern�ndez-Shaw para sustituir ranchos insalubres por modernos condominios, e incluye la participaci�n de los propios afectados por la pobreza en la soluci�n de sus problemas, como, por ejemplo, diligenciando la propiedad de los terrenos que habitan para convertirlos en instrumentos de capitalizaci�n y desarrollo. La Grameen Bank en Bangladesh, dirigido por el Dr. Mohammed Yunnus, Premio Nobel de Econom�a, que consiste en el dise�o de un mecanismo financiero de popularizaci�n del microcr�dito destinado a financiar al sector m�s pobre de la sociedad sin m�s garant�a que su palabra, es un ejemplo de �Racionalidad Social�. Mientras la racionalidad social genera responsabilidad, la justicia social produce parasitismo social. Y lo m�s peligroso, al parcelar la justicia, puede darse el caso, sobre todo en reg�menes como el nuestro, que en su nombre se conculquen los derechos pol�ticos y ciudadanos, es decir la justicia jur�dica y la justicia pol�tica.
Acceso proporcional a la riqueza
La manida e ilusoria �repartici�n proporcional de la riqueza� no creada, donada de manera espont�nea por la naturaleza, puesta aqu� por Dios en forma de petr�leo, mientras en Italia coloc� monta�as de m�rmol, ha sido el n�cleo del discurso socialista para justificar su poca tendencia al trabajo y su dependencia del Estado paternalista. Lo ideal es que cada venezolano �tenga su forma de tener algo�, como so�aba el poeta Andr�s Eloy Blanco. Pero esa forma de tener algo debe provenir del trabajo, del estudio y de la responsabilidad, no de la munificencia irresponsable del Estado. Por ello la propuesta del liberalismo siglo XXI es precisamente que cada hombre y mujer de esta tierra tenga libre acceso, proporcional a sus capacidades, a la riqueza.
Meritocracia o merecimiento
Meritocracia significa ascender por merecimiento propio. Quien se lo merece lo tendr�. El asenso por m�rito es el orgullo del hombre cabal. El m�rito o merecimiento depende exclusivamente del individuo y su voluntad de lograr sus prop�sitos sin da�os a terceros, a trav�s del trabajo, del estudio y de la responsabilidad.
Solidaridad org�nica
La solidaridad es un valor social que se ha malinterpretado hasta convertirse en apoyo autom�tico hasta de las consecuencias de las perversiones de los individuos, lo que deriva en alcahueter�a y hasta complicidad. Adem�s, la solidaridad s�lo es posible entre pares econ�micos, por lo tanto no es ascensional. Cuando la solidaridad es de arriba hacia abajo, es decir entre impares, se llama filantrop�a, y cuando la ejerce el Estado es populismo, que se disfraza de �justicia social�, que deriva en vulgar clientelismo electoral. La solidaridad que defiendo es org�nica y se refiere a aquella que permite hacer m�s independientes a los hombres y mujeres por medio del aprovechamiento de las oportunidades. Solidaridad org�nica significa detectar las potencialidades del individuo o de la comunidad y ayudar a convertirlas en herramientas de desarrollo.
Plusval�a del conocimiento
Uno de los grandes mitos que ha mantenido viva la llama rom�ntica del socialismo es que la mano de obra genera plusval�a que le es robada al trabajador por el patrono. Esta visi�n de Marx en la era de las fundiciones a carb�n, se traslada sin una arruga hasta Silicon Valley, donde j�venes de 18 a�os producen tecnolog�a digital que genera millones de puestos de trabajo en el planeta. La verdad es que es la mano de obra la que explota al conocimiento que crea la plusval�a. El petr�leo sin el conocimiento y la tecnolog�a todav�a ser�a trampa para atrapar venados en Venezuela. Las universidades deben ser fuente del conocimiento generador de empleo y riqueza, propiciando la independencia laboral.
Econom�a de mercado
�Con el derrumbe del comunismo, el triunfo de la econom�a de mercado sobre la planificaci�n colectivista es clara y total. Para cualquier alfabeto en econom�a, no afecto de ceguera ideol�gica, no existen diferentes tipos de econom�a. La econom�a que funciona es una sola: la econom�a de mercado. El mercado es el �nico mecanismo eficiente para crear riqueza. El debate econ�mico serio ya no est� entre mercado y no mercado, sino en elegir la mejor forma de econom�a de mercado que se adapte a nuestras circunstancias y preferencias�. El sistema econ�mico que propone el liberalismo siglo XXI es el del mercado pero en un marco de plena inclusi�n social.
Gobierno m�nimo
Compuesto por servidores p�blicos eficientes, totalmente obedientes a las leyes, sujeto a la inspecci�n constante de los ciudadanos (contralor�a social, no pol�tica). Esta propuesta es la que menos le gusta al autoritarismo, porque lo reduce, separado del Estado como institucionalidad base de la estructura democr�tica, a funciones espec�ficas, como la de regular las actividades socioecon�micas para evitar la arbitrariedad y mantener el orden p�blico para que las libertades puedan ser ejercidas a plenitud por todos los ciudadanos.
Sociedad de bienestar
La persona humana es el centro y fundamento de todo quehacer social, cultural, econ�mico y pol�tico en el liberalismo Siglo XXI, porque la patria es la gente, y no puede haber patria desarrollada con su gente en la miseria mientras un Estado poderoso, inmensamente rico, programa la misi�n limosna para mantenerla en el parasitismo. En lugar de ese mun�fico Estado benefactor, proponemos que sea la Sociedad de Bienestar la que mantenga al Estado con el producto de sus impuestos, por lo que es imperativo que todos sus ciudadanos sean productivos, bien como empresarios bien como accionistas. Significa esto la sustituci�n del decadente proletariado (eterna base del discurso comunista) por el accionistariado ascensional. Al trabajador hay que decirle la verdad, su salario y beneficios y prestaciones sociales estar�n m�s seguros, y ser�n siempre progresivos, si provienen de la econom�a liberal, que del socialismo, porque all� si no hay discusi�n posible: Socialismo no paga prestaciones sociales.