1.- Habr�a que separar entre la preocupaci�n y ciertos avances culturales y pr�cticos sobre el tema de la conservaci�n por un lado, y por otro lado el uso soterrado de la agenda verde para imponer normas de unos paises a otros (ej: La UE impone tributos a las empresas para que compensen el producto de sus chimeneas, con "captura de ox�geno" es decir, pagar a ciudadanos o comunidades de paises en vias de desarrollo para que conserven zonas intocadas y as� compensar su "pecado" contaminador). El tema tiene una ra�z filos�fica, pues hay muchos ecologistas malthusianos en el Primer Mundo o en nuestra regi�n a los que les he escuchado de primera mano decir que sobra gente en el mundo y que la naturaleza tiene valor intr�nseco. Ambas cosas son falsas. Franklin Lopez Buena�o, Ph.D. calcul� que sin topar una hect�rea de tierra adicional en el mundo, simplemente tecnificando (es decir, humanizando ir�nicamente pues se usa m�quinas en vez de personas con azad�n, para un trabajo m�s bien mec�nico o de bestias de carga) el agro a nivel mundial, se puede sostener c�modamente a 41.000 millones de personas en el mundo, con el acceso a calorias per c�pita del pueblo japon�s, uno de los mejores del mundo. Pero la visi�n malthusiana tiene poderosos detractores, en lo que se conoce como el pensamiento cornucopiano (cornucopia: cuerno de la abundancia) entre los cuales podemos destacar a Julian Simon, Johan Norberg, George Reisman y Bj�rn Lomborg. El mundo no se est� destruyendo. Hay m�s bosques en Europa ahora que en los 1950"s, y cada vez nuestra tecnolog�a es menos impactante para el ambiente pues gracias a grandes inversiones (lo cual implica riqueza y ahorro previos) se puede acceder a minerales a profundidad sin da�ar paisajes y habitats m�s all� de un m�nimo.
2.- La energ�a es, como dice Rob Bradley, el recurso maestro. Es la m�quina de vapor el invento que permiti� la Revoluci�n Industrial (adem�s de libertad, pues �sta ocurre en los poblados menos o nada intervenidos de Inglaterra), la red de electricidad lo que Edison realmente aporta al mundo (la bombilla es vital, nadie lo niega) como forma de colocar electrodom�sticos y librar a mujeres de tareas repetitivas o peligrosas en el hogar y llegar eventualmente al Internet, el petr�leo para movilizarnos a diario, a otros paises y a otros planetas, etc. Su producci�n es clave, y entre a) hallar fuentes menos impactantes para el ambiente y b) querer restringir la calidad de vida del mundo (todos tal vez hemos oido eso de "El mundo no toleraria que todos queramos consumir como los EEUU). Bueno, en ese caso de nuevo tenemos a cornucopianos vs. malthusianos.
3.- El universo es energ�a ilimitada, como nos ense�� Einstein, la materia es energ�a condensada y no vamos ni al inicio de saber aprovecharla. Si realmente el CO2 fuera el causante del calentamiento global de todos modos hay una soluci�n a la mano muy simple y econ�mica: la energ�a nuclear. El rechazo a la energ�a nuclear es simplemente ideol�gico, no tiene sustento t�cnico real, es energ�a limpia y segura. Se puede enterrar o enviar al espacio los desechos nucleares sin riesgo alguno. Es m�s, un dato interesante: 700.000 trabajadores de muelle que atendian reactores nucleares de la Marina de los EEUU mostraron una incidencia de c�ncer de 25% menos que los trabajadores sin exposici�n a dichas radiaciones. "Nuclear Shipyard Worker Study" (1980-1988), fuente: "Radiation, Science and Health".Esto se debe al reconocimiento del efecto Hormesis, donde la exposici�n a radiaciones bajas tiene un efecto ben�volo general y tambi�n equivalente a generar anticuerpos frente a dosis m�s grandes.
La energ�a e�lica y solar a�n no son lo suficientemente econ�micas. Por eso dichos proyectos no cotizan como generaci�n competitiva ni en paises de sistema semi-estatizado como EEUU o Ecuador. Siempre buscan subsidios.
Los manaties devenidos ceviche en Cuba -y la aridez de la antes verde isla caribe�a, Chernobyl en la URSS, y los rios de las ciudades industriales chinas (de Corea del Norte sabremos cuando levanten su propia cortina de hierro) son los m�s grandes desastres ambientales de la historia. No hay nada m�s contaminante que el socialismo.
4.- Pasando a ejemplos concretos y funcionales de soluciones alternativas que no sean puramente estatales y por ende obtienen muchos mejores resultados:
A) Los fisheries con sistemas de cuotas transables en Islandia:
http://www.fisheries.is/managem/index.htm
B) Sistemas privados de conservaci�n, con o sin fines de lucro en Canad�:
http://www.natureconservancy.ca/site/PageServer?pagename=
C) Legislaci�n y mercados en el tema del agua:
http://www.perc.org/perc.php?id=1006
D) Greenpeace celebrando sistemas mixtos de conservaci�n:
http://www.greenpeace.org/usa/news/great-bear-rainforest-a-globa
E) Tal vez el mejor tratamiento disponible de los �ngulos del problema ambiental, desde una perspectiva Law & Economics:
http://www.mises.org/rothbard/lawproperty.pdf
F) George Reisman, probablemente el mejor economista vivo, nos cuenta sobre los recursos ilimitados a nuestra disposici�n:
http://www.liberalismo.org/articulo/378/
G) El tema de medir y regular huella ecol�gica �con el que ya se nos amenaza en Quito- es el esfuerzo por regular cu�nto carbono (los llamados combustibles f�siles como el petr�leo) se gasta, para a�adirlo como costo (y claro, un impuesto correspondiente) al transporte y generaci�n de bienes. Los ejecutivos que viajan 3 veces por semana por ejemplo, o los millonarios que usan sus jets por placer, ser�an los primeros se�alados con el dedo, como ya ocurre en Inglaterra y otros paises. (El problema es que Al Gore mismo consume 7 veces m�s energ�a en su casa que George W. Bush en la suya, por lo cual parece que para variar les gusta regular la vida ajena pero no la propia).
Conclusi�n
Con un sistema de propiedad y precios libres, es f�cil castigar comportamientos predatorios y premiar los virtuosos simplemente porque el ecoturismo y similares tendr�n gran demanda y se buscar� alternativas a la tala de �rboles (cemento, adobe, ladrillo, etc) y a otros recursos que se vuelvan costosos al existir precios reales. En ausencia de ello, quedan tambi�n las alternativas intermedias ya mencionadas. De todos modos, una cosa es ser responsables y pasar via ahorro, capital e inversiones a tecnolog�as m�s limpias y formas mejores de conservaci�n, y otra muy distinta es aceptar que deba ofrecerse una versi�n moderna de los sacrificios humanos de eras precient�ficas, para aplacar la ira de los dioses.