Imaginemos que el municipio entrega la administraci�n de las calles y parques a los ciudadanos organizados en barrios. Los impuestos prediales se administran por los ciudadanos del sector para obras en ese mismo sector, en la pr�ctica los impuestos se convierten en cuotas contraactuales, es decir cuotas por condominio. Expliquemos un poco mejor. Cada administraci�n barrial establece un estatuto en donde se estipula las cuotas por cada propiedad y el destino que tendr� el dinero, siendo los propietarios actuales los socios fundadores con voz y voto en las asambleas, con los debidos l�mites que establecen la propiedad privada y la libertad personal. El directorio resultante administra la obra barrial que puede incluir la seguridad, el mantenimiento de calles y parques y la regulaci�n del uso de estos. Con esto en mente podr�a pensarse en el establecimiento de peajes para el ingreso de autos a los barrios cuyo costo cubrir�a las necesidades de mantenimiento de las calles aunque de hecho muchos barrios podr�an mantener eficientemente sus calles con las cuotas por condominio. Otros barrios con una mayor afluencia de veh�culos podr�a financiar sus obras y al mismo tiempo regular el tr�fico mediante el costo del peaje, el cual har�a pensar dos veces a los propietarios de veh�culos sobre usarlo para fines triviales e incentivar�a el uso compartido de los veh�culos.
En donde sea posible ver�amos m�s gente caminando y utilizando bicicletas para ir de compras o al parque en lugar de -horror de horrores- llevar el auto al parque Metropolitano para all� descargar las bicicletas y hacer ejercicio. El Municipio de Quito, que obtendr�a un m�nimo porcentaje de las cuotas de condominio, se dedicar�a �nicamente a obras de infraestructura p�blica como avenidas, t�neles, alcantarillado y parques, obras que no sean f�cilmente sujetos de privatizaci�n. El municipio s�lo deber�a hacer fiscalizaci�n de obras pues toda obra debe ser concesionada al sector privado y privatizados los servicios de agua potable, recolecci�n de basura y energ�a el�ctrica, previa apertura a la libre competencia de estos. Aunque pens�ndolo mejor la fiscalizaci�n de obras lo pueden hacer empresas verificadoras y certificadoras.
Una virtual privatizaci�n de servicios municipales a gran escala generar�a s�lo en Quito m�s de tres mil nuevas empresas de servicios de agua potable, energ�a el�ctrica, recolecci�n de basura, seguridad, administraci�n de parques, peajes electr�nicos, alumbrado p�blico, fiscalizaci�n, certificaci�n, administraci�n de fondos, transportes y servicios complementarios. Este n�mero de empresas incluir�a las figuras jur�dicas que se constituyan en los barrios para la administraci�n de fondos y obras.
Con ciudadanos organizados administrando sus propios barrio, se incrementar�a la seguridad, mejorar�an los servicios merced a la libre competencia y reducir�an org�nicamente el tr�fico vehicular a niveles tolerables, de hecho, un sistema din�mico de precios de peajes y de costos de transporte har�a m�s eficiente al transporte p�blico y regular�a el uso del automovil para usos m�s necesarios, incluso la salud de los ciudadanos se ver�a incrementada gracias a un mayor uso de bicicletas y de traslado a pie. La poluci�n se reducir�a y la delincuencia tendr�a m�s obst�culos para operar, m�s ni�os jugar�an seguros en los parques y las ventas ambulantes se regular�an de acuerdo a lo que estipule cada barrio, pues mercados y ferias ser�an espacios administrados m�s ordenada e higi�nicamente.
Miles de nuevos empleos aparecer�an r�pidamente junto a las nuevas empresas y el dinero que pagamos los quite�os ser�a mejor administrado en obras del propio sector y no en los auspicio de festejos con las Miss Ecuador o Reina de Quito de turno, jaranas de las que tanto gusta Paco Moncayo, o las reuniones de terroristas bolivarianos patrocinados por la administraci�n actual, para escarnio nuestro y verg�enza nacional.