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Detectando FalaciasEl pensamiento esc�ptico es simplemente el medio de construir, y comprender, un argumento razonado y �especialmente importante� reconocer un argumento falaz o fraudulento. Por Carl Sagan en El Mundo y sus Demonios Publicado: Domingo, 9/1/2005 - 13:10 | 3191 visitas.
| | Carl Sagan Imagen: Ecuador Ciencia
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Adem�s de ense�arnos qu� hacer cuando evaluamos una declaraci�n de conocimiento, un buen equipo de detecci�n de camelos tambi�n debe ense�arnos qu� no hacer. Nos ayuda a reconocer las falacias m�s comunes y peligrosas de la l�gica y la ret�rica. Se pueden encontrar muchos buenos ejemplos en religi�n y pol�tica, porque sus practicantes a menudo se ven obligados a justificar dos proposiciones contradictorias. Entre esas falacias se encuentran: - Ad hominem: lat�n �contra el hombre�, atacar al que discute y no a su argumentaci�n (p. ej.: El reverendo doctor Smith es un conocido fundamentalista de la Biblia, por lo que sus objeciones a la evoluci�n no deben tomarse en serio);
- Argumento de autoridad (p. ej.: El presidente Richard Nixon deber�a ser reelegido porque tiene un plan secreto para terminar la guerra en el sudeste de Asia... pero, como era secreto, el electorado no ten�a ninguna manera de evaluar sus m�ritos; el argumento equival�a a confiar en �l porque era presidente: craso error, como se vio);
- Argumento de consecuencias adversas (p. ej.: Debe existir un Dios que d� castigo y recompensa porque, si no, la sociedad ser�a mucho m�s ilegal y peligrosa, quiz� incluso ingobernable. [2] O: El acusado en un juicio de asesinato con mucha publicidad recibi� el veredicto de culpable; en otro caso, habr�a sido un incentivo para que otros hombres matasen a sus esposas);
- Llamada a la ignorancia; la declaraci�n, de que todo lo que no ha sido demostrado debe ser cierto, y viceversa (es decir: No hay una prueba irresistible de que los ovnis no est�n visitando la Tierra, por tanto, los ovnis existen... y hay vida inteligente en todas partes en el universo. O: Puede haber setenta mil millones de otros mundos pero, como no se conoce ninguno que tenga el avance moral de la Tierra, seguimos siendo centrales en el universo.) Esta impaciencia con la ambig�edad puede criticarse con la frase: la ausencia de prueba no es prueba de ausencia;
- Un argumento especial, a menudo para salvar una proposici�n en un problema ret�rico profundo (p. ej.: �C�mo puede un Dios compasivo condenar al tormento a las generaciones futuras porque, contra sus �rdenes, una mujer indujo a un hombre a comerse una manzana? Argumento especial: no entiendes la sutil doctrina del libre albedr�o. O: � C�mo puede haber un Padre, Hijo y Esp�ritu Santo igualmente divinos en la misma persona? Argumento especial: no entiendes el misterio divino de la Sant�sima Trinidad. O: �C�mo pod�a permitir Dios que los seguidores del juda�smo, cristianismo e Islam �obligados cada uno a su modo a medidas heroicas de amabilidad afectuosa y compasi�n� perpetraran tanta crueldad durante tanto tiempo? Argumento especial: otra vez, no entiendes el libre albedr�o. Y en todo caso, los caminos de Dios son misteriosos);
- Pedir la pregunta, llamado tambi�n asumir la respuesta (p. ej.:Debemos instituir la pena de muerte para desalentar el crimen violento. Pero �se reduce la tasa de delitos violentos cuando se impone la pena de muerte? O: El mercado de acciones sufri� ayer una ca�da debido a un ajuste t�cnico y la retirada de beneficios por los inversores... pero �hay alguna prueba independiente del papel causal del �ajuste� y retirada de beneficios; nos ha ense�ado algo esta explicaci�n impl�cita?);
- Selecci�n de la observaci�n, llamada tambi�n enumeraci�n de circunstancias favorables o, como lo describi� Francis Bacon, contar los aciertos y olvidar los fallos3 (p. ej.: Un Estado se jacta de los presidentes que ha tenido, pero no dice nada de sus asesinos en serie);
- Estad�sticas de n�meros peque�os, pariente cercano de la selecci�n de la observaci�n (p. ej.: �Dicen que una de cada cinco personas es china. �C�mo es posible? Yo conozco cientos de personas y ninguna de ellas es china. Suyo sinceramente.� O: He sacado tres sietes seguidos. Esta noche no puedo perder�);
- Incomprensi�n de la naturaleza de la estad�stica (p. ej.: El presidente Dwight Eisenhower expresa asombro y alarma al descubrir que la mitad de los americanos tienen una inteligencia por debajo de la media);
- Inconsistencia (p. ej.: Prepararse con toda prudencia para lo peor de que sea capaz un adversario militar potencial, pero ignorar las proyecciones cient�ficas en peligros medioambientales para ahorrar porque no est�n �demostrados�. O atribuir el descenso de la esperanza de vida en la antigua Uni�n Sovi�tica a los defectos del comunismo hace muchos a�os; pero no atribuir nunca la alta tasa de mortalidad infantil de Estados Unidos (ahora la m�s alta de las principales naciones industriales) a los defectos del capitalismo. O considerar razonable que el universo siga existiendo siempre en el futuro, pero juzgar absurda la posibilidad de que tenga una duraci�n infinita hacia el pasado);
- Non sequitur. �no sigue�, en lat�n (p. ej.: Nuestra naci�n prevalecer� porque Dios es grande. Pero casi todas las naciones pretenden que eso es cierto; la formulaci�n alemana era: �Gott mit uns�). A menudo, los que caen en la falacia non sequitur es simplemente que no han reconocido posibilidades alternativas;
- Post hoc, ergo propter hoc: en lat�n, �despu�s de esto, luego a consecuencia de esto� (p. ej.: Jaime Cardinal, arzobispo de Manila: �Conozco... a una mujer de veintis�is a�os que parece tener sesenta porque toma p�ldoras [anticonceptivas].� O: Cuando las mujeres no votaban, no hab�a armas nucleares);
- Pregunta sin sentido (p. ej.: �Qu� ocurre cuando una fuerza irresistible choca con un objeto inamovible? Pero si existe algo as� como una fuerza irresistible no puede haber objetos inamovibles, y viceversa);
- Exclusi�n del medio o falsa dicotom�a: considerar s�lo los dos extremos en un continuo de posibilidades intermedias (p. ej.: �S�, claro, ponte de su parte; mi marido es perfecto; yo siempre me equivoco.� O: �El que no quiere a su pa�s lo odia.� O: �Si no eres parte de la soluci�n, eres parte del problema�);
- Corto plazo contra largo plazo: un subgrupo de la exclusi�n del medio, pero tan importante que lo he destacado para prestarle atenci�n especial (p. ej.: No podemos emprender programas para alimentar a los ni�os desnutridos y educar a los preescolares. Se necesita tratar con urgencia el crimen en las calles. O: �Por qu� explorar el espacio o seguir la ciencia fundamental cuando tenemos un d�ficit de presupuesto tan enorme?);
- Terreno resbaladizo, relacionado con la exclusi�n del medio (p. ej.: Si permitimos el aborto en las primeras semanas de embarazo, ser� imposible impedir la muerte de un beb� formado. O al contrario: Si el Estado nos proh�be abortar aunque sea en el noveno mes, pronto nos empezar� a decir lo que tenemos que hacer con nuestro cuerpo en el momento de la concepci�n);
- Confusi�n de correlaci�n y causa (p. ej.: Una encuesta muestra que hay m�s homosexuales entre los licenciados universitarios que entre los de menor educaci�n; en consecuencia, la educaci�n hace homosexual a la gente. O: Los terremotos andinos est�n correlacionados con, aproximaciones m�s cercanas del planeta Urano; en consecuencia �a pesar de la ausencia de una correlaci�n as� para el planeta m�s cercano y m�s imponente, J�piter�, lo segundo causa lo primero ;[4]
- Hombre de paja: caricaturizar una postura para facilitar el ataque(p. ej.: Los cient�ficos suponen que los seres vivos se formaron juntos por casualidad, una formulaci�n que ignora deliberadamente la principal idea darwiniana: que la naturaleza avanza conservando lo que funciona y descartando lo que no. O, y eso tambi�n es una falacia a largo/corto plazo, los defensores del medio ambiente se preocupan m�s por los caracoles y los b�hos moteados que por las-personas);
- Prueba suprimida, o media verdad (p. ej.: Aparece en televisi�n una �profec�a� sorprendentemente precisa y ampliamente citada del intento de asesinato del presidente Reagan, pero �detalle importante� �fue grabada antes o despu�s del acontecimiento? O: Estos abusos del gobierno exigen una revoluci�n, aunque sea imposible hacer una tortilla sin romper antes los huevos. S�, pero �en esta revoluci�n morir� m�s gente que con el r�gimen anterior? �Qu� sugiere la experiencia de otras revoluciones? �Son deseables y en inter�s del pueblo todas las revoluciones contra reg�menes opresivos?
- Palabras equ�vocas (p. ej.: La separaci�n de poderes de la Constituci�n de Estados Unidos especifica que este pa�s no puede entrar en guerra sin una declaraci�n del Congreso. Por otro lado, los presidentes tienen el control de la pol�tica exterior y la direcci�n de las guerras, que son herramientas potencialmente poderosas para conseguir la reelecci�n. Los presidentes de cualquier partido pol�tico podr�an verse tentados por tanto a disponer guerras mientras levantan la bandera y llaman a las guerras otra cosa: �acciones de polic�a�, �incursiones armadas�, �golpes reactivos de protecci�n�, �pacificaci�n�, �salvaguarda de los intereses americanos�, y una gran variedad de �operaciones�, como las de la �Operaci�n Causa Justa�. Los eufemismos para la guerra forman parte de una gran clase de reinvenciones del lenguaje con fines pol�ticos. Talleyrand dijo: �Un arte importante de los pol�ticos es encontrar nombres nuevos para instituciones que bajo sus nombres viejos se han hecho odiosas al pueblo�).
Conocer la existencia de esas falacias ret�ricas y l�gicas completa nuestra caja de herramientas. Como todas las herramientas, el equipo de detecci�n de camelos puede usarse mal, aplicarse fuera de contexto o incluso emplearse rutinariamente como alternativa al pensamiento. Pero, si se aplica con juicio, puede marcar toda la diferencia del mundo, y nos ayuda a evaluar nuestros propios argumentos antes de presentarlos a otros. [1] Este problema afecta a los juicios con jurado. Estudios retrospectivos demuestran que algunos miembros del jurado deciden su opini�n muy pronto �quiz� durante los discursos de apertura� y luego se quedan con la prueba que parece encajar con sus impresiones iniciales y rechazar la prueba centran;�. No les pasa por la cabeza el m�todo de hip�tesis alternativas de trabajo que nos vemos obligados a enfrentarnos, pero encontrarlas es un desaf�o mucho mayor. [2] Una formulaci�n m�s c�nica del historiador romano Polibio: Como las masas del pueblo son inconstantes, plagadas de deseos desenfrenados e indiferentes a las consecuencias, se las debe llenar de terror para man tener el orden. Los antiguos hicieron bien, por tanto, en inventar los dioses y la creencia en el castigo despu�s de la muerte. [3] Mi ejemplo favorito es esta historia que se contaba del f�sico italiano Enrico Fermi cuando, reci�n llegado a las costas americanas, se enrol� en el �Proyecto Manhattan� de armas nucleares y se encontr� cara a cara en plena segunda guerra mundial con los almirantes estadounidenses: Fulano de tal es un gran general, le dijeron. �Cu�l es la definici�n de un gran general?, pregunt� Fermi como era t�pico en �l. Se supone que es un general que ha ganado muchas batallas consecu tivas. �Cu�ntas? Despu�s de sumar y restar un poco, se fijaron en cinco. �Qu� fracci�n de generales americanos son grandes? Despu�s de sumar y restar un poco m�s, se fijaron en un peque�o tanto por ciento. Pero imaginemos, replic� Fermi, que no existe algo as� como un gran general, que todos los ej�rcitos son iguales y que ganar una batalla es puramente un asunto de posibilidades. Entonces, la posibilidad de ganar una batalla es una de dos, o 1/2, dos batallas 1/4, tres 1/8, cuatro 1/16, y cinco batallas consecutivas 1/32... que es cerca del tres por ciento. Es l�gico esperar que un peque�o tanto por ciento de generales americanos venzan en cinco batallas consecutivas, por pura casualidad. Ahora bien, �alguno ha ganado diez batallas consecutivas?... [4] O: Los ni�os que miran programas de televisi�n violentos tienden a ser m�s violentos de mayores. Pero �es la televisi�n lo que causa la violencia, o es que los ni�os violentos disfrutan preferentemente viendo programas vi�lenlos? Es muy probable que los dos enunciados sean verdad. Los defensores comerciales de la violencia en la televisi�n arguyen que cualquier persona puede distinguir entre televisi�n y realidad. Pero el promedio actual de los programas infantiles de los s�bados por la ma�ana es de veinticinco actos violentos por hora. Cuando menos, eso insensibiliza a los ni�os peque�os ante la agresi�n y la crueldad sin ton ni son. Y, si pueden implantarse recuerdos falsos en los cerebros de adultos impresionables, �qu� estamos implantando en las mentes de nuestros hijos cuando los exponemos a unos cien mil actos de violencia antes de que acaben la escuela elemental?
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