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Hoy en d�a pueden apreciarse vestigios de la antigua vida terrestre que tuvieron los ancestros de los actuales cet�ceos, como que las ballenas y delfines respiren aire, los vestigios de huesos de manos y caderas t�picos en mam�feros terrestres o el movimiento vertical de sus espinas dorsales a diferencia del movimiento horizontal de los peces, etc.

El ancestro de la ballena m�s antiguo conocido es el Pakiceto, un ungulado terrestre de la familia de los artiod�ctilos que vivieron en el eoceno temprano hace 52 millones de a�os y mas bien parecidos a perros. M�s tarde evolucionan los ambulocetidos similares a cocodrilos pero inequ�vocamente mam�feros con membranas entre sus dedos que les permit�an moverse c�modamente en el agua. Aparecen luego los Protocetidos como el rodhocetus mucho m�s adaptados al agua aunque tambi�n se adentraban en tierra.

Luego entran en escena los basilosauros y dorudontidos, ancesttros de las ballenas m�s cercanos y totalmente adaptados al mar, abandonando la tierra para siempre hace 38 millones de a�os. Los misticetos evolucionan ya muy parecidos a las ballenas actuales y con el mel�n, un �rgano de ecolocaci�n que poseen ballenas y delfines para guiarse en el mar.